Ciudad de Santiago: duda sobre el día de su fundación

Ciudad de Santiago: duda sobre el día de su fundación

Existen dudas sobre la verdadera fecha de la fundación de la primera ciudad de Guatemala hace 500 años.
24/07/2024 00:04
Fuente: Prensa Libre 

Catalejo

Ciudad de Santiago: duda sobre el día de su fundación

Existen dudas sobre la verdadera fecha de la fundación de la primera ciudad de Guatemala hace 500 años.

Como es normal en toda investigación histórica, la pérdida de documentos motiva dudas y discusiones. La falta de la primera página del Libro viejo de la fundación de Guathemala, año de 1524(*) las provoca al respecto de la verdadera fecha de la fundación del primer asentamiento realizado por Pedro de Alvarado en la capital del reino cakchiquel, Iximché. Tradicionalmente se festeja el 25 de julio, día de Santiago, patrono de España, pero documentos de esa época no dan certeza de haber sido en esa fecha, sino tal vez el 27 de julio de ese año. Esto invita a considerar este sábado 27 de julio de 2024 como la verdadera fecha de los 500 años de la fundación de la villa de Santiago de Guatemala. (*) Edición crítica y completa  del historiador Carmelo Sáenz de Santa María, 1982.

Existen dudas sobre la verdadera fecha de la fundación de la primera ciudad de Guatemala hace 500 años.

Basada en esta fuente, la acuciosa historiadora Regina Wagner en su reciente obra Historia de Guatemala señala que la fundación de Guatemala pudo haber sido el 25 de julio o el 27, pero por celebrarse al patrono de España el 25, se fijó en esa fecha la celebración. Según la doctora Wagner, el nombre Guatemala lo escribe Pedro de Alvarado tal como lo entendió al oírlo de mexicas: Quauhtemallan, lo cual en idioma náhuatl significa Iximché (árbol de maíz o rimero de madera). En una Carta de Relación, Alvarado notifica a Hernán Cortés del inicio de su viaje el 11 de abril de 1524 rumbo a Guatemala (Iximché), la capital del reino cakchiquel. Los mexicas también tradujeron al náhuatl la palabra Gúmarcaaj, nombre de la capital del reino k’iche’, y la llamaron Utatlán (lugar de bosques).

La serenidad y balance de los relatos de todas las etapas de la historia guatemalteca a lo largo de estos cinco siglos constituye uno de los sólidos valores del libro hoy comentado. La Historia es la Historia. No se debe cambiar ni es válido tratar de reescribirla si el objetivo es buscar culpables. Hay responsables, pero ese adjetivo no se  puede, no  se debe, caer en la culpabilidad ni en el análisis con criterios actuales de hechos y costumbres de tiempos pasados. Culpas del tiempo son y no de España, dice un refrán, pero se podría decir y no de los hombres, ni las circunstancias, increíbles si son analizadas con los criterios de hoy. Sin embargo, muchos de los cambios  se hicieron para disminuir el sufrimiento del condenado, un objetivo feroz en los tiempos medievales.    

El conocimiento de la Historia muchas veces causa vergüenza o lamentación, porque en el hombre hay mala levadura, como dijo Rubén Darío, pero responde y encaja en el tiempo. Alvarado quemó vivos a dos reyes indígenas porque así se hacía; la guillotina y el fusilamiento aceleraron la muerte a pausas por la horca; la inyección letal hizo lo mismo. Esto debe ser señalado en los libros, aunque duela, pero su desconocimiento u ocultamiento o reducción de su gravedad es peor. El valor histórico del libro de Regina Wagner aumenta por la firmeza individual, casi una valentía, al escribirlo como lo hizo. Si bien la reacción puede ser de dolor o molestia en algunos casos también de satisfacción por sus hechos positivos, también existentes y señalados por la autora. 

Guatemala tiene valiosos historiadores objetivos cuyo trabajo ayuda a conocer su historia, así como algunos con inclinaciones derivadas del momento histórico local e internacional.  Se puede aplicar el viejo dicho “la Historia está escrita por los vencedores”, no en el sentido de una victoria militar sino de criterios basados en la ideología dominante de grupo, después cambiados o descubiertos en su mala fe, pues al pasar el tiempo se comprenden mejor los hechos y sus razones. Esta obra de Historia de Guatemala puede ser criticada por algunos, como siempre ocurre, pero no hay motivo para rechazarla, considerarla poco profesional, ni escrita sin elegante corrección idiomática. La fecha de los 500 años demuestra la actualidad de la historia y la importancia de conocerla.