Un grupo de arqueólogos descubrió en el norte de Guatemala tres poblados pertenecientes a la civilización maya con más de 2 mil 800 años de antigüedad. Los tres asentamientos se encuentran en Uaxactún, lo que actualmente está en el departamento de Petén, ubicado a unos 500 kilómetros al norte de la Ciudad de Guatemala.

—No alcanzaría una vida para explorar los tesoros que dejó esta ciudad; necesitaría muchas vidas para ello —dice Milan Kováč, quien lleva 20 años en Guatemala y, de ellos, 17 a cargo del Proyecto Arqueológico Regional Uaxactún (PARU), desarrollado en conjunto con la Universidad Comenius de Bratislava, Eslovaquia.

El proyecto ha contado con la participación de profesionales guatemaltecos e internacionales. En este artículo exploramos 10 puntos destacados de los recientes descubrimientos.

1. Uaxactún, todavía inexplorado

Uaxactún ha sido escenario de trabajo arqueológico a lo largo de las décadas. Es uno de los asentamientos más representativos de las Tierras Bajas Mayas. Desde las primeras investigaciones, los datos recabados sirvieron como base interpretativa de la sociedad maya y despertaron el interés de investigadores internacionales en otros sitios arqueológicos.

Fue visitado por primera vez en 1916 por Sylvanus Morley, quien dirigía entonces la Segunda Expedición Centroamérica de la Institución Carnegie de Washington, y fue quien le asignó el nombre con el que se le conoce actualmente. Posteriormente, la Institución Carnegie inició un programa de exploración arqueológica que se desarrolló de 1921 a 1937.

El sitio permaneció abandonado durante varias décadas, hasta que en 1974 David Pulleston realizó un reconocimiento de asentamientos entre Tikal y Uaxactún. En la década de 1980, específicamente de 1983 a 1986, comenzó el segundo proyecto de gran magnitud en el lugar, bajo la dirección de Juan Antonio Valdés. Otro proyecto se desarrolló entre 1988 y 1989. Después de estas intervenciones, no se realizaron nuevas investigaciones arqueológicas hasta 2009, cuando llegó el Proyecto PARU.

La directora del proyecto, Dora García, explica que se pensaba que todo estaba descubierto en este sitio. Existía un cerro que se creía natural, pero debajo de él se hallaba un edificio, ahora conocido como El Tiburón. Se encontraron también otras áreas inexploradas, de las cuales se han recuperado diversos artefactos y cientos de hallazgos.

2. El trabajo de 17 años

El área explorada abarca 1,200 kilómetros cuadrados al noroeste de Petén. En ella se han descubierto 176 asentamientos, de los cuales se han excavado 20.

Entre los diez principales centros excavados están: Uaxactún, Dos Torres, Petnal, Ch´anal, Ramonal, Jimbal, Ramonalito, Tz’ibatnah, Los Abuelos y Cambrayal. Otras exploraciones se centran en: Sakapuk, La Mesa, El Lodo, Atalaya, Chival, La Lomita, Sunsal, Santa Marta, El Guamil y Santa Luisa.

3. El descubrimiento de Los Abuelos

Las primeras excavaciones permitieron realizar el primer mapa del sitio y establecer una cronología preliminar. Los resultados sorprendieron con una ocupación muy temprana, desde el Preclásico Medio (800–500 a. C.), muy bien conservada, que continuó hasta el Preclásico Tardío, lo cual lo convierte en un asentamiento notable para el estudio de los orígenes de la sociedad maya en Petén.

El sitio conocido como Los Abuelos es uno de los centros ceremoniales más antiguos. Tomó su nombre tras el hallazgo de una pareja de esculturas que podrían estar vinculadas a antiguas prácticas rituales ancestrales.

Un estudio detallado muestra que estas figuras se encontraban originalmente sobre el templo E-54, rodeadas por varias ofrendas. Las estatuas miraban hacia el oeste, lo que indica una conexión con los ancestros y el inframundo.

4. La pareja ancestral

García explica que las esculturas se encontraron entre julio y agosto de 2023. Fue una sorpresa descubrir un templo pequeño (E-LIV) y las esculturas enterradas. Las dos figuras de arte en piedra tallada forman parte del patrimonio prehispánico de Guatemala.

—Debemos preguntarnos a quiénes pueden representar en la mitología maya, y encontramos que podrían ser los abuelos formadores, Ixpiyacoc e Ixmucané, citados en el libro sagrado del Popol Vuh —menciona Kováč—. Sería similar a los tatarabuelos de la humanidad.

Se cree que esta pareja representa lo masculino y lo femenino de la humanidad, seres divinos y ancestros. Su hallazgo junto al templo evidencia un culto ancestral hacia ellos.

5. Siglos de culto ceremonial

En el sitio se halló una tumba única, conservada desde la época Mamom (800–500 a. C.), colocada con una ofrenda directamente frente a la pareja ancestral. Del cuerpo se conservó el cráneo de un adulto masculino. El templo E-LIV fue un centro de culto importante durante aproximadamente 700 años, como lo demuestran las ofrendas y el entierro.

Los últimos registros de actividad en el sitio datan del final del periodo Preclásico, hacia el año 150 d. C. La ciudad fue abandonada durante unos 500 años. Al final del periodo Clásico Tardío, una nueva población construyó palacios sobre plataformas antiguas. En la estructura E-VIII se identificó un entierro del Clásico Tardío con dos vasijas, una de ellas con el motivo de una garza, símbolo asociado a la vida después de la muerte.

La continuidad del culto se evidenció en la estructura E-LIV, con un depósito de cerámica colocado al pie de las esculturas en un ritual.

6. Los felinos en el ritual

A los pies de las esculturas de Los Abuelos también se encontraron huesos de felinos, posiblemente jaguares o tigrillos, aunque aún no se ha identificado la especie. El hallazgo causó impacto en la comunidad, que realizó ceremonias para pedir permiso a los antepasados para continuar la exploración.

7. El Preclásico en la cultura maya

El descubrimiento se enmarca en el estudio del periodo Preclásico, época en la que se originó la cultura maya. Aunque El Mirador es considerado el mayor asentamiento, existen sitios aún más antiguos e influyentes para su desarrollo.

—Ahí nació la escritura, la pintura, el arte, la religión y la arquitectura maya —dice Kováč—. Todo se formó en este periodo. Creíamos que Uaxactún era grande y lo sigue siendo, pero estos hallazgos revelan que hubo centros aún más antiguos. Uaxactún copiaba elementos de Los Abuelos y antes no sabíamos que existía este lugar.

García añade que estos descubrimientos datan de entre 500 y 800 años a. C., es decir, más de 2 mil años antes de nuestra era.

8. Otros hallazgos relevantes

En el proceso también se descubrieron dos sitios asociados de gran interés: Petnal, con una pirámide de 33 metros decorada con murales preclásicos, y Cambrayal, que contiene un sistema de canales palaciegos y evidencia de infraestructura hidráulica avanzada. Junto con Los Abuelos, conforman un triángulo urbano antes desconocido.

Mónica Urquizí, directora técnica del Instituto de Antropología e Historia (IDAEH), resaltó el valor de estos hallazgos para la comprensión del desarrollo cultural de los mayas en Guatemala.

9. Reconocer el apoyo de la comunidad

El apoyo comunitario es clave para el desarrollo de las investigaciones. Se impulsa la educación y otros proyectos con los vecinos, quienes, al encontrar piezas, las reportan al proyecto por reconocerlas como parte de su patrimonio. “Las nuevas generaciones tienen más conciencia de ello y hay menos saqueadores”, dice Kováč. Agrega que todo el proyecto depende de la confianza entre autoridades, vecinos y arqueólogos.

Un aspecto fundamental, reconoce, son las cocineras: “Si no tenemos buenas cocineras, los trabajadores se van. En la selva dependemos de ellas, del agua y de la gasolina para transportarnos”.

10. Contacto con el patrimonio cultural

García invita a los guatemaltecos a interesarse en los patrimonios arqueológicos del país. Tikal y Uaxactún son reconocidos como sitios turísticos con infraestructura adecuada.

Por ahora, Los Abuelos y los sitios recientemente encontrados no están abiertos al público. “Solo se pueden observar montículos y vegetación; el área sigue en estudio”, afirma García.

También alienta a seguir el Simposio de Arqueología, donde cada año se presentan investigaciones de todas las regiones. “El objetivo es que el guatemalteco valore su patrimonio, se identifique con sus raíces y el legado cultural que posee”, concluye. En PARU se planifica la publicación de artículos científicos y libros que acerquen estos conocimientos a la población.

Con información de EFE.