Otra vez se incendió Amsa

Otra vez se incendió Amsa

Aquí no se trata solo de culpas, pero si queremos soluciones, hay que entender quién está fallando.
19/03/2025 00:01
Fuente: Prensa Libre 

Dicen que un error repetido muchas veces es una decisión. También dicen que locura es esperar resultados distintos haciendo lo mismo.

Esas frases resonaban en mi cabeza mientras mi hija, asustada, me decía que mejor no iba al colegio porque el aire era tóxico. El vertedero del km 21 de Amsa (Autoridad por la Cuenca de Amatitlán) se incendió nuevamente. Y hoy, como cada vez que esto pasa, todos, niños, adultos, ancianos, mascotas e incluso animales de finca estamos respirando aire contaminado que podría causarnos enfermedades graves, incluso cáncer.

No es la primera vez. En la última década, este vertedero se ha incendiado cinco veces. Y el problema no es solo que seguimos igual, es que cada vez estamos peor.


En Guatemala confundimos lo importante con lo urgente. Creemos que ciertos cambios serían “buenos”, cuando en realidad son necesarios. Decimos “sería bueno que se clasificara la basura”, “sería positivo tener un plan concreto y accionable de corto plazo para recuperar Amatitlán”. No. No sería bueno, es urgente.


¿Cuántas crisis más necesitamos para darnos cuenta de que lo estamos haciendo terriblemente mal? ¿Cuántas enfermedades más? ¿Cuántos incendios? ¿Cuánto daño ambiental? Nos acostumbramos a convivir con la contaminación, la basura, la destrucción del agua y del aire como si fueran parte del paisaje, como si no estuvieran matándonos lentamente.

¿Qué dice Amatitlán de nosotros como sociedad?


Aquí no se trata solo de culpas. Pero si queremos soluciones, hay que entender quién está fallando. Amsa, que no ha gestionado los desechos correctamente ni ha cumplido con el dictamen de cierre del vertedero. Las municipalidades, que según el artículo 68 del Código Municipal son responsables del manejo de desechos sólidos y, a pesar de ello y del reglamento 164-2021, no han tomado acciones para instalar sistemas que eviten que la basura continúe llegando a un vertedero a cielo abierto. En lugar de actuar, imponen obstáculos legales para evadir su responsabilidad. Los ciudadanos, que producimos toneladas de basura, compramos y abusamos de los desechables sin pensar en las consecuencias, que tiramos la basura en la calle y nos volvemos indiferentes ante la muerte del lago de Amatitlán y la contaminación de nuestro aire.


La respuesta es clara: la responsabilidad es de todos. Y lo más grave es que sabemos lo que hay que hacer, pero seguimos posponiéndolo. No se trata de esperar a que el gobierno lo resuelva o decir que el problema es “la gente”. Se trata de asumir nuestro rol hoy. De cambiar hábitos ahora. Dejar de decir que “sería bueno” y empezar a decir: esto es urgente y necesario. Como ciudadanos, todos podemos reducir la contaminación desde nuestras casas: clasificar la basura, reciclar, compostar, reducir el uso de desechables. Si no sabes cómo empezar, existe un programa gratuito que en 21 días te enseña, paso a paso, a ser parte de la solución. Inscribirse es simple, solo busca @haciendoeco_gt en redes sociales. Los alcaldes deben implementar un sistema de recolección y manejo de desechos orgánicos, que representan entre el 50% y 60% de la basura. Si estos no llegan al vertedero, se reduce la producción de metano, el principal combustible de estos incendios.


Amsa debe dejar de evadir su responsabilidad y liderar una alianza público-privada para implementar soluciones como plantas de desechos a energía y sistemas sostenibles de manejo de residuos. Además, es necesario un plan concreto de cierre progresivo del vertedero, con plazos definidos y acciones claras. Cada uno tiene un rol en limpiar Guatemala. La pregunta es: ¿vamos a seguir ignorándolo?


El agua es nuestro espejo. ¿Qué dice Amatitlán de nosotros como sociedad? Y más importante aún: ¿qué queremos que diga en el 2032?