Democracia en Centroamérica bajo la lupa

Democracia en Centroamérica bajo la lupa

Una democracia liberal ofrece elecciones libres, respeto a derechos humanos, garantías individuales y límites al poder del Estado.
18/11/2024 00:02
Fuente: Prensa Libre 

Conciencia

Democracia en Centroamérica bajo la lupa

Una democracia liberal ofrece elecciones libres, respeto a derechos humanos, garantías individuales y límites al poder del Estado.

Esta semana se llevará a cabo la 12ª Asamblea Global en Johannesburgo, Sudáfrica, conmemorando sus 30 años de democracia. Junto a la participarán de más de 500 líderes de 100 países, bajo el tema “Revitalizando la Democracia: Resiliencia, Reflexión e Innovación”. Se espera analizar, compartir y presentar propuestas para fortalecer y construir una mayor unidad para encarar los retos que enfrentan las democracias en el mundo.

La situación en la región es poco alentadora, con democracias frágiles enfrentando graves desafíos.

Por tal motivo el CIEN, como participante, realizó un estudio respecto a cómo se encuentran las democracias en Centroamérica, las cuales enfrentan desafíos significativos, con ejemplos de autoritarismo en varios países.  Importante conocer la diferencia entre una democracia liberal y una democracia electoral. Una democracia electoral se centra en las elecciones y usa este instrumento para lograr el poder, mientras que una democracia liberal cuenta con un proceso electoral libre, se protegen los derechos humanos y las garantías individuales, y el poder del Estado está limitado.

Para analizar la democracia de cinco países centroamericanos se utilizaron tres índices que contemplan diferentes metodologías: 1) El Índice de Democracia Electoral (V-Dem Institute), que mide principalmente la calidad y profundidad de las democracias; 2) Índice de Democracia (The Economist Intelligence Unit), evalúa los avances y retrocesos democráticos a nivel global; y 3) el Índice de Libertad (Freedom House), que mide prioritariamente las libertades civiles y los derechos políticos de los países.

Las noticias para Centroamérica son poco alentadoras. En resumen, Costa Rica cuenta con una democracia plena y aparece entre las mejores posiciones en los tres índices. Destaca que tiene instituciones sólidas, se respetan las libertades civiles y cuenta con un proceso de elecciones estable. Por otro lado, El Salvador se clasifica como “una democracia defectuosa”. Se muestran preocupaciones respecto a la concentración del poder, lo que limita su equilibrio y la independencia de las instituciones.

Honduras se encuentra en un punto intermedio como un “régimen híbrido”, presentando grandes desafíos por la corrupción y la violencia. Las instituciones son frágiles y no representan independencia de poderes alejándose de una democracia liberal. En el caso de Nicaragua, los tres índices señalan que Nicaragua ha retrocedido, clasificándolo como un gobierno autoritario, “no libre”. El gobierno ha limitado las libertades civiles, manipulado el sistema electoral y reprimido la oposición.

Según The Economist, Guatemala también se describe como un “régimen híbrido” con un puntaje similar, pero menor que Honduras. La falta de independencia en el sistema judicial y la corrupción generalizada limitan su potencial democrático, según el V-Dem Institute. Es un país “parcialmente libre” como lo clasifica Freedom House. Se considera que el gobierno ha limitado libertades civiles, manipulado el sistema electoral y limitado a la oposición.

Para robustecer la democracia en Guatemala lo primero es fortalecer la independencia institucional —autonomía de los sistemas electorales y judiciales—. La segunda recomendación señala aumentar la transparencia y luchar contra la corrupción —urgente transformar la gestión pública, formar tecnocracia y contar con mecanismos de monitores efectivos del gasto pública, lo que puede reducir la discrecionalidad y generar confianza—. La tercera es fortalecer la participación ciudadana, lo que requiere crear espacios donde las personas participen, sean escuchadas e insistir en la vigilancia del poder. Por último, es crucial garantizar los derechos individuales, proteger las libertades políticas, lo que permitirá que Guatemala avance a una democracia liberal, más sólida y representativa.