Desde tempranas horas de este 10 de mayo, las familias llegaron al Cementerio General, en la zona 3, para rendir homenaje a sus madres con flores, oraciones y el arreglo de nichos de quienes marcaron sus vidas con amor y enseñanzas imborrables.

Miriam Aracely Manrique llegó con un ramo de flores en los brazos. Lo colocaría en la tumba de su madre, Eladia García, quien falleció hace 15 años, pero se ha convertido en una tradición familiar adornarla junto con sus hermanas y sobrinas.

“Ella era una mujer muy trabajadora, de las personas de antes que vendía lo que fuera: vendía atol, tostadas, tortillas con chicharrón, de todo. Nos enseñó a trabajar a nosotros. Nos dejó bien enseñadas. Sigue viva en el corazón de nosotros”, relata Manrique al recordar a su madre.

En total, son cinco hermanos los que tiene Manrique, aunque una hermana mayor ya falleció. Hoy aprovecharon también para adornar su nicho en el Cementerio General.

“Me duele haberla perdido”

A unos cuantos metros de distancia se encontraba Nora Leticia Chub, quien había madrugado para salir de Ciudad Quetzal, San Juan Sacatepéquez, y llegar temprano al Cementerio General para adornar las tumbas de sus papás, su suegra, dos hermanas y su esposo.

Recuerda que su mamá, María Eugenia Chávez, murió hace dos años, y dos meses atrás perdió a su padre, Abelino Chub, pero la reconforta saber que hoy están juntos ambos.

“Mi padre acaba de morir, pero ahora está con ella, él anhelaba estar con ella”, señala, mientras trata de recordar a su progenitora y las enseñanzas que le dio en vida.

“Mi madre fue una gran mujer. Gracias a Dios, nos enseñó muchas cosas. Primero, a amar a Dios sobre todas las cosas, y yo le agradezco a mi Dios por haberme dado a mi madre. Me duele en mi corazón haberla perdido, pero son cosas de Dios”, expone.

Asegura que todos los años llega al camposanto para adornar sus sepulcros.

“Siempre venimos a verla, no nos olvidamos. Yo sé que están en el cielo y desde allá nos miran”, relata, acompañada de sus nietas.