El Kremlin denunció la muerte en un ataque del Ejército ucraniano de dos periodistas rusos en Lugansk, anexionada por Rusia.

“El ataque estaba dirigido, les querían matar especialmente”, dijo Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin.

Peskov aseguró que Kiev continúa con sus “atrocidades, ahora contra periodistas y personas que no portaban armas”.

“Esta es la esencia del régimen de Kiev y de nuevo justifica el derecho de llevar a cabo nuestra operación militar especial”, añadió.

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El funcionario destacó la muerte de Alexandr Fedorchak, periodista del diario Izvestia; Andréi Panov, cámara de la cadena Zvezdá; y Aleksandr Sirkeli, conductor del grupo, en Kreminná, Lugansk.

También fue herido en el ataque Nikita Guldin, otro reportero de Zvezdá, canal adscrito al Ministerio de Defensa.

Además, Mijaíl Skrutov, periodista de la agencia TASS, resultó herido en otro ataqueucraniano en Kursk.

El portavoz del Kremlin se quejó de la inacción y escasa respuesta de la comunidad internacional.

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“Siempre denunciamos ante la comunidad internacional los ataques, intimidaciones e intentos de asesinato de periodistas en zonas de conflicto, pero consideramos insuficiente la reacción de la comunidad internacional, pues muchos se han negado a reaccionar, lo que desde nuestro punto de vista es imperdonable”, aseguró.

La ministra de Salud de Lugansk, Natalia Pashenko, confirmó la noche del 24 de marzo la muerte de seis personas en el bombardeo en Kreminná.

También fue herido un adolescente.

“El niño sufrió heridas leves de metralla en la parte posterior de la cabeza y la rodilla izquierda”, declaró Pashenko.

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A principios de 2025, otro periodista del diario Izvestia, Alexandr Martemianov, falleció en un ataque de un dron ucraniano en Donetsk.

En julio de 2024 también perdió la vida el corresponsal de guerra de la agencia oficial RIA Nóvosti, Rostislav Zhuravliov, cuando el automóvil en el que viajaba fue atacado en Zaporiyia.

Según la prensa local, más de una treintena de periodistas rusos han muerto desde el comienzo de la guerra en Ucrania en febrero de 2022.