Se llevó a cabo la tercera edición del Premio de Fotografía Medioambiental de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco. Durante el evento varias imágenes fueron galardonadas. Los premios buscan transmitir un mensaje que promueva la conservación y la gran importancia que conlleva el preservar la naturaleza. En un comunicado de prensa, el presidente del jurado calificador, Sergio Pitamitz, expresó que “La fotografía es una herramienta muy poderosa para brindar una voz a la flora y fauna que se encuentran amenazada y a la biodiversidad”.

El jurado encargado de evaluar y seleccionar a las fotografías ganadoras está compuesto por 7 fotógrafos. Este equipo eligió a los trabajos galardonados de cada categoría entre un total de 10,000 imágenes presentadas por unos 2,300 fotógrafos que pertenecen a diversas partes del mundo. Entre las fotografías premiadas se encontraban la de un zorro ártico barrido por el viento, la de un hombre y un niño en un salón inundado, la de unos pájaros murmurando frente a una tormenta de nieve en el Himalaya, entre otras.

El premio principal del certamen lo obtuvo una imagen que muestra a un elefante angustiado que intenta defenderse luego de haber sido atropellado por un tren de mercancías en el Parque Nacional de Lopé, que se encuentra ubicado en la nación de Gabón, en la costa occidental de África central. Cabe destacar que tras este incidente la cadera del animal quedó tan destrozada que no existió posibilidad de mejora y el elefante falleció. Además, tras el deceso del paquidermo, el director del parque distribuyó su carne entre la comunidad local.

Este tipo de fotografías son un triste recordatorio de las consecuencias que ha suscitado el actual conflicto que existe entre los animales y los seres humanos. Esta problemática aumenta cada vez más y más debido a la pérdida de los hábitats a consecuencia de varias actividades humanas, como lo son el desarrollo de nuevas áreas urbanas y la agricultura. Según el fotógrafo originario de Países Bajos, Jasper Doest, considera que “las imágenes cuentan con el poder de inspirar a un cambio”.

Jasper Doest fue el encargado de la fotografía del elefante previamente mencionada. Doest expresó que “fue capaz de reaccionar en una fracción de segundo ante tal acontecimiento”. El fotógrafo de Países Bajos, comentó que con su fotografía sirve no solo para documentar esa historia, sino para brindarle una voz a los elefantes que habitan los bosques del continente africano.

Pero no todas las fotografías de los premios retrataban situaciones trágicas o negativas. En la categoría denominada como “Change Makers: razones de esperanza” se dan a conocer elementos positivos de la conexión entre los seres humanos y la naturaleza. Tal es el caso de una imagen donde se puede observar a unos elefantes que son subidos por una grúa hacia un camión, para ser trasladados del Parque Nacional de Liwonde al Parque Nacional de Kasungu, que está ubicado en Malawi, al sur de África. A pesar de que este proceso puede parecer algo extraño, forma parte de una iniciativa de conservación la cual está diseñada para mantener los hábitats de los parques saludables y establecer poblaciones de elefantes resistentes y estables.

Otra de las fotografías que resaltó en los premios es una donde se muestra una escena falsa de caza furtiva de un rinoceronte en la Wildlife Forensics Academy, que se encuentra ubicada en la nación de Sudáfrica. En la imagen se observa a 2 guardaparques que están recogiendo pruebas forenses vitales con el objetivo de condenar ante los tribunales a los cazadores furtivos responsables del hecho.

Actualmente las fotografías ganadoras de los premios se encuentran en exposición en la Promenade du Lavotto en Mónaco. Luego realizarán una gira internacional la cual visitará varios países.