Hace 126 años nacía la Huelga de Todos los Dolores del Pueblo de Guatemala o conocida también como el Desfile Bufo en la Universidad de San Carlos de Guatemala -USAC-, como una expresión carnavalesca de resistencia, sátira y denuncia en contra del poder.  Esta tradición ha permanecido a lo largo del tiempo y durante mucho tiempo como una expresión que permitía a una sociedad agobiada por la pobreza, la violencia y la opresión reírse del poder, reclamar y demandar airadamente a los gobiernos de turno, denunciar la dictadura, gritarle al ejército y a la oligarquía asesinos y destapar graves hechos ante la ausencia de libertad de expresión.  De esa cuenta, es que la Huelga de Dolores, fue tan perseguida durante muchos años y se pretendió por parte de los grupos de poder afectados, que dejará de existir.

Sin embargo, la Huelga de Dolores desde muchos años atrás dejó de ser el instrumento de denuncia, sátira y resistencia que conocíamos, tan sólo algunas unidades académicas o grupos estudiantiles en particular siguieron con la naturaleza de la misma, mientras que la mayoría se convertía en una expresión sin sentido de nada, que no aportaba nada, ni denunciaba nada y no era más que una expresión del deterioro al que la Universidad de San Carlos ha sido sometida.  Así como la USAC ha ido siendo capturada por mafias y/o por grupos de poder vinculados a la corrupción, de la misma manera, la Huelga de Dolores fue siendo cooptada por estructuras que pretenden su destrucción o provocarle un giro hacia la mediatización de su expresión contra el poder constituido o convertirla en un instrumento más de violencia contra la población y el estudiante, desnaturalizando por completo su esencia como expresión popular.

Hoy la Huelga, no es ni por asomo lo que fue y más bien hoy es vista por la comunidad san carlista y por el Pueblo con desconfianza, con desdén e incluso con rechazo y esto se debe a ese giro tomado en el desarrollo de sus actividades.  En la actualidad, la Universidad de San Carlos de Guatemala está sumida en una crisis sin precedentes, producto de la captura del Consejo Superior Universitario, por parte de una mafia que pretende destruir el carácter autónomo, público y de aporte a la solución a los problemas nacionales de la única Universidad estatal en Guatemala. Por lo tanto, hoy la Huelga debería estar volcada a denunciar esta grave situación y convertirse en ese instrumento de lucha que permita recuperar la Universidad y su quehacer esencial, pero no es así, sino más bien hoy la Huelga en su mayoría es un apéndice de esos grupos mafiosos que mantienen ilegal y fraudulentamente capturada.

Sin lugar a dudas, que recuperar la Universidad de las manos de la mafia que hoy ostenta el poder, significará tomar muchas acciones de toda índole, pero también significará que el estudiantado recupere su Huelga de Dolores y le dote de contenido, la inunde de esa capacidad creativa, de sátira y de resistencia legítima.