Comadronas merecen honra; diputados, no

Comadronas merecen honra; diputados, no

Las comadronas ejercen un servicio digno y una verdadera campaña por la vida a diario.
05/03/2025 00:06
Fuente: Prensa Libre 

Uno de cada tres partos en Guatemala es atendido por una comadrona, y ese dato evidencia la importancia, dignidad y valor de su trabajo de atención a las madres durante el embarazo y en el momento de dar a luz. Es una labor ancestral que integra una vocación espiritual, un legado de conocimiento y autoridad moral basada en el don del servicio comunitario. Si bien se ha integrado a este proceso la capacitación en conceptos y recursos de ciencia moderna por parte del sistema de salud, la confianza de cada mujer en su comadrona no depende de títulos, sino de la sabiduría heredada de las abuelas.


Por centurias, las comadronas han sido embajadoras de la vida, sobre todo en tiempos en que la medicina y los servicios de salud aún no se desarrollaban en el país. De hecho existen áreas que distan largas horas por malos caminos de la maternidad hospitalaria más cercana, y es allí donde la sabiduría de estas mujeres constituye una esperanza de vida para madres y bebés. La “legalización” de su labor se emprendió en Guatemala hacia 1935, pero fue en el 2015 que se creó la primera política nacional de comadronas. ¡Ochenta años después!


En el 2017 surgió una ley de dignificación que formulaba un estipendio de Q3 mil al año para cada comadrona registrada, y establecía el 19 de mayo como su día nacional. Fijar esta fecha fue arbitrario y totalmente divorciado de la cosmovisión y del sistema calendárico maya, que fundamenta la vocación y labor de la partera indígena. Nunca se atendió el llamado de cambiarlo a un día y mes culturalmente pertinentes, tampoco se fijó una partida para el emolumento. Los diputados quieren exhibirse benevolentes, magnánimos y hasta desinteresados. Pero la incoherencia de sus acciones los delata.


Así ocurrió el martes 25 de febrero, cuando el Congreso aprobó una reforma al decreto del 2002, que estableció el 19 de mayo como Día Nacional de la Comadrona Guatemalteca, y fijó el estipendio anual en Q4 mil, dividido en varios pagos, aunque sin indicar la fuente de financiamiento. En lugar de ponerse serios y asegurar una fuente de financiamiento en el Presupuesto —así como fueron buenos para avalar una ampliación multimillonaria a principios de mes—, se ordena al Ministerio de Salud encontrar los recursos financieros para pagarles, lo cual significa restar dicho pago a más de 23 mil comadronas de otros rubros de atención en salubridad.


De nuevo: las comadronas ejercen un servicio digno y una verdadera campaña por la vida a diario. Diputados de varias bancadas no podían perder su minuto de fama demagógica y las elogiaron e incluso esgrimieron argumentos ad populum que fueron aplaudidos por algunas representantes que se encontraban en la tribuna. Pero varios de esos mismos congresistas votaron a favor del autoaumento abusivo de sueldo a más de Q46 mil, lo cual negaron o callaron durante un mes, a pesar de las críticas ciudadanas.


Es evidente la intención distractora de aprovecharse de la necesidad de nobles parteras para tratar de lavarse las manos. Pudieron haber aprobado el beneficio desde el primer año de legislatura, pero esperaron hasta una coyuntura que pinta de cuerpo entero su vocación de aprovechados. Mientras tanto, la cartera de Salud necesita ver a qué rubro le quita para poder otorgar con puntualidad los pagos, que totalizan Q 4 mil para unas 23 mil comadronas, lo que implica unos Q92 millones en egreso: justo el monto extra de gasto pernicioso que suma el ilícito autoaumento, cuyo primer mes ya cobraron… pero no deberían acostumbrarse a este.