En el jardín de Guatemala, San Juan Sacatepéquez, la tecnología se abre paso y promete mejores cosechas

En el jardín de Guatemala, San Juan Sacatepéquez, la tecnología se abre paso y promete mejores cosechas

Loma Alta, San Juan Sacatepéquez, ha visto el cambio generacional en los floricultores, de la mano de las nuevas tecnologías que permiten flores “más naturales”, abonadas con probióticos.
06/11/2024 07:00
Fuente: Prensa Libre 

Comunitario

|

Suscriptores

En el jardín de Guatemala, San Juan Sacatepéquez, la tecnología se abre paso y promete mejores cosechas

Loma Alta, San Juan Sacatepéquez, ha visto el cambio generacional en los floricultores, de la mano de las nuevas tecnologías que permiten flores “más naturales”, abonadas con probióticos.

La familia Tuquer es una de las floricultoras de la aldea que utilizan nuevas técnicas más orgánicas. (Foto Prensa Libre: Érick Ávila)

En un viaje de 90 minutos desde la capital hacia el Occidente todo cambia. Se abandona la ruta asfáltica y comienza la terracería y conforme avanza el vehículo el camino se hace más estrecho y más difícil el acceso. Estamos entrando a uno de los jardines de Guatemala: San Juan Sacatepéquez.

Entre los árboles y montañas que integran el paisaje resplandecen áreas que a la lejanía podrían confundirse con agua, pero no, son invernaderos que en algunas áreas pareciera que forman un gran lago.

El destino final era Loma Alta, una de las 13 aldeas del municipio y que en 80 por ciento de sus actividades económicas gira alrededor del cultivo, cosecha y comercialización de flores.


Siendo la floricultura el principal ingreso de la población Kaqchiquel que reside en la zona, y al ser esta actividad comercial la que ha sostenido la economía, es una consecuencia lógica el que las nuevas generaciones han tenido acceso a tecnología y poco a poco han transformado una actividad que hace medio siglo era puramente artesanal, a un proceso que ahora introduce probióticos para fertilizar el suelo, provocando más y mejores cosechas. Como valor agregado al consumidor, flores que duran hasta 20 días, más coloridas y libres de funguicidas.


La floricultura también es una actividad económica de exportación en el país. Los datos del Banco de Guatemala dan cuenta que solo en 2023 se alcanzó la cifra de USD$61 mil 400 millones en la categoría, que incluye flores y follajes.


Floreciendo


La tradición pasa de generación en generación haciendo que desde jóvenes, los más chicos aprendan el negocio familiar.


La familia Tuquer es una de las residentes de Loma Alta que han heredado los invernaderos y se han enfocado en actualizar las técnicas de siembra para lograr más productividad.
Los hermanos Tuquer se dedican al cultivo de flores desde que su padre, Benancio Tuquer, se retiró.


Los tres han buscado nuevas maneras de hacer más efectiva y responsable la siembra, de manera que se genere más producción con menos compuestos químicos.


“A nuestros hijos también les estamos inculcando para que ellos en un futuro trabajen con un poquito más de tecnología en todo esto, porque nuestros padres antes lo trabajaban de distinta manera, ahora nosotros ya trabajamos de otra y queremos que nuestros hijos sigan con otra tecnología”, relató Héctor Tuquer, mientras platicaba con Prensa Libre en el interior de un invernadero que albergaba cerca de 5 mil crisantemos.


La nueva técnica que están implementando en los 10 invernaderos que poseen consiste en utilizar microorganismos que propician el crecimiento de las plantas, previenen las plagas y no lastiman la tierra.

familia Tuquer, floricultores en Loma Alta, San Juan Sacatepéquez. (Foto Prensa Libre: Érick Ávila)


Los Tuquer explican que pasaron de hacer tres cosechas al año a hacer cuatro, porque el inoculante acelera el ciclo pasando de 90 a 70 días el tiempo de espera para volver a sembrar.
“Nos empezó a funcionar y nos empezó a rendir más tallos por por cama, más manojos por tablones. Entonces, ahí nos dimos cuenta que el EM1 sí nos empezó a funcionar. Mis padres no lo conocían, nosotros fuimos quienes lo conocimos y lo empezamos a inculcar en nuestro campo”, relató.


El EM1 es un inoculante biológico que está elaborado de levadura, bacterias fotosintéticas y bacterias de ácido láctico, estas se consideran microbios beneficiosos.


La experiencia de los hermanos incluye la disminución de más de la mitad de las moscas y la reducción del olor que proviene del fertilizante.


El compuesto se activa diluyéndolo con agua y rociándolo en la tierra, explicaron que les da los mismo resultados colocándolo antes o después del fertilizante.


Beneficios


El abono que se utiliza es la gallinaza cruda —estiércol de gallina preparado como fertilizante—, los Tuquer siguen utilizándolo, pero atestiguan que el inoculante corrige el daño de usarla de esa manera. Además, que desde hace seis años que utilizan el biopreparado no utilizan germicida ni fungicida.


Los hermanos dieron a conocer también han experimentado que se aumenta también la vida de anaquel de las flores y su producción puede durar radiante hasta por 20 días.

Apilados en hileras, los crisantemos amarillos y blancos esperan a ser cortados, uno a uno, para ser transportados a los distintos mercados donde se comercializarán.

Durante tres días, los trabajadores cortaron las flores que acababan de abrirse y están en el mejor punto, en el que permanecieron por más días.

“El EM1 ha venido como que a dar un poquito de valor agregado a lo que se ha venido trabajando anteriormente, cuando inició todo el proceso de la floricultura acá en San Juan Sacatepéquez. Este producto ha venido a  aportar, sí se ha tenido un  20 por ciento más de ganancias  en cada cosecha”, explicó otro de los hermanos.

El costo por decena de crisantemos es aproximadamente Q25 y las cosechas de los Tuquer son enviadas a Suchitepéquez, Quetzaltenango, Retalhuleu, Huehuetenango y Alta Verapaz. Además han distribuido flores en Costa Rica y El Salvador.


Decenas de invernaderos en el camino a Loma Alta, San Juan Sacatepéquez.

Impacto

Los Tuquer no son los únicos que dominan la floricultura y que buscan nuevas tecnologías. En la aldea y todo el municipio más del 80 por ciento de habitantes se dedica a la actividad económica. Solo los Tuquer dan trabajo a 40 personas en sus campos.

Nineth Flores, miembro del Consejo de Desarrollo del departamento, explicó que en el municipio el cultivo de flores y agricultura ha ido mejorando los ingresos de las familias porque están anuentes a aprender nuevas técnicas. Amplió que en años anteriores el Ministerio Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga) acude a las aldeas a brindar capacitaciones, sin embargo este año no ha ocurrido.

“La economía familiar hemos visto que ha ido mejorando conforme se va aprendiendo, conforme el apoyo también del Maga, que ha ayudado a ver lo de las plagas, a mejorar la siembra madre”, ahondó.

También empresas ubicadas en el sector se acercan a los vecinos recurrentemente para brindar apoyo a los agricultores sobre técnicas de siembra, combate de plagas, uso de productos y capacitaciones relacionadas con la agricultura.

En el extranjero

Dentro del último invernadero que aún posee flores, los hermanos Tuquer dan a conocer su experiencia con el inoculante a visitantes latinoamericanos que también son agricultores de diferentes productos y que utilizan el EM1. Escuchan la experiencia de la familia y como ha funcionado de diferentes maneras en los crisantemos.

Los presentes comentan que las ventajas del biopreparado es que los resultados que da en un cultivo en específico no son iguales a los que da en otros, pero siempre son positivos. Visitantes de Paraguay, Perú, Costa Rica y demás países de la región conocieron la experiencia de los Tuquer y discutieron las diferentes maneras de uso.

Francis Reyes, ingeniero agrónomo peruano, conversó que se dedica al cultivo de la palta en el desierto de Sechura. Por el área se utilizan técnicas de riego tecnificado. Con el uso del inoculante los productos de consumo humano son más sanos porque tienen menos químicos.

“Nosotros tenemos muy buenos resultados utilizando microorganismos, que es básicamente lo que la naturaleza hace, devolverle la fertilidad al suelo para reducir costos en fertilizantes. Esto para recuperar suelos degradados y producir alimentos de mejor calidad para la población”, explicó.

Reyes además detalló que todos los suelos enfrentan dos obstáculos que son el degradado por mal manejo y los agroquímicos.