En Guatemala, la extorsión continúa siendo un delito de alto impacto. La Fiscalía de Extorsiones del Ministerio Público ha identificado que muchas de estas operaciones se coordinan desde centros penitenciarios.

Uno de los patrones detectados recientemente es el uso de repartidores de comida y conductores de transporte para trasladar paquetes relacionados con actividades ilícitas. Según la Fiscalía, en la mayoría de los casos, estas personas desconocen el contenido de los envíos, que pueden incluir dinero producto de la extorsión o armas.

El procedimiento consiste en enviar encomiendas mediante aplicaciones de reparto o servicios similares, utilizando direcciones específicas sin revelar el contenido.

Esta práctica permite que la logística de las redes criminales continúe sin ser detectada con facilidad.

Para abordar esta situación, la Fiscalía realiza intervenciones telefónicas y operativos en cárceles, donde se ha documentado que algunos internos acceden a teléfonos celulares facilitados por personal penitenciario para coordinar las operaciones desde prisión.

Por Andrea Palacios