Prepotencia: qué es y cómo identificarla en las personas

Prepotencia: qué es y cómo identificarla en las personas

La prepotencia es una conducta marcada por la arrogancia y la necesidad de superioridad, que refleja inseguridad y afecta la calidad de las relaciones. Conozca cómo identificar a una persona prepotente según los expertos.

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20/08/2025 17:00
Fuente: Prensa Libre 

Dentro de las relaciones interpersonales hay actitudes o características de ciertas personas que no suelen encajar con nuestra personalidad. Sin embargo, algunas de ellas molestan o incomodan más que otras.

En algún momento de la vida, todos hemos conocido a personas que creen hacerlo todo bien, que piensan tener siempre la razón, intentan controlarlo todo y se sienten superiores. La psicología engloba este tipo de comportamiento en la prepotencia.

La psicóloga Gabriela Escobar define la prepotencia como una actitud o conducta de superioridad exagerada hacia los demás. El sitio psiquiatria.com agrega que esta actitud es propia de personalidades narcisistas.

Aunque parezca que la autoestima de este tipo de personas es muy alta, según la experta ocurre lo contrario, ya que sus miedos e inseguridades son mucho mayores.

¿Cuáles son las características de una persona prepotente?

Existen algunos indicios que permiten reconocer si estamos ante una persona prepotente. Estos rasgos pueden servir como referencia, aunque cada individuo es único. Escobar comparte los siguientes:

  • Aires de grandeza: Se comporta con ostentación y exagera sus logros para parecer más importante.
  • Sentido de superioridad: Cree estar por encima de los demás en capacidades, conocimientos o valor personal.
  • Apariencia de superioridad: Finge sabiduría o éxito para destacar sobre otros.
  • Arrogancia extrema: Su trato refleja desprecio hacia quienes considera inferiores.
  • Desprecio por las opiniones ajenas: No escucha ni valora lo que otros piensan o proponen.
  • Convicción de tener siempre la razón: Se muestra inflexible y no admite equivocaciones propias.
  • Descalificación constante: Resta valor a las capacidades o méritos de quienes lo rodean.
  • Uso del ridículo: Recurre al sarcasmo o la burla para menospreciar a otros.
  • Invalidación de opiniones: Desacredita cualquier punto de vista distinto al suyo.
  • Necesidad de dominio: Intenta controlar conversaciones, situaciones o personas.
  • Falta de empatía: No considera si sus palabras o acciones hieren a otros.
  • Incapacidad emocional: No reconoce ni valida los sentimientos de los demás.
  • Intolerancia a la crítica: Reacciona de forma negativa ante señalamientos sobre su conducta.
  • Tendencia a manipular: Utiliza engaños o estrategias sutiles para obtener beneficios personales.
  • Ansias de reconocimiento: Necesita aprobación constante y busca ser el centro de atención.
  • Impulsividad y explosividad: Reacciona de forma exagerada y descontrolada ante situaciones de tensión.
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Reconocer a una persona prepotente es posible a través de rasgos como la arrogancia, el desprecio y la intolerancia a la crítica. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

¿Por qué las personas son prepotentes?

Según Escobar, existen diversas razones por las cuales una persona puede presentar este tipo de conductas. Generalmente, quienes actúan con prepotencia tienen la autoestima muy baja y buscan validación constante porque se sienten inferiores.

También presentan escasa habilidad para gestionar sus emociones e impulsos, y poseen una autoimagen sobrevalorada.

Las personas prepotentes suelen manifestar rasgos narcisistas y distorsiones cognitivas; piensan que siempre tienen la razón, se creen superiores y muestran un ego desmedido.

¿Cómo tratar con una persona prepotente?

Interactuar con alguien arrogante puede convertirse en un reto. No se trata de cambiar su actitud —una tarea que demanda tiempo y preparación—, sino de lograr que el diálogo sea lo más fluido y respetuoso posible. El sitio Psicología y Mente brinda las siguientes recomendaciones:

  • Mantener la firmeza. La sumisión suele ser aprovechada por quienes imponen una actitud altiva. Para evitar caer en esa dinámica, es recomendable expresarse con asertividad y defender los propios puntos de vista, aunque esto signifique llevar la contraria.
  • Evitar el drama. Las personas arrogantes tienden a interpretar cualquier desacuerdo como un gesto exagerado o fuera de lugar. Ante esa reacción, lo mejor es mantener la calma, reafirmar la validez de los propios criterios y reconducir la conversación sin ceder a la condescendencia ni al gaslighting.
  • Ir al punto. Una manera efectiva de neutralizar la aparente importancia que buscan proyectar es tratarlas con normalidad, sin otorgar privilegios especiales. Una actitud neutral, educada y clara permite avanzar en el diálogo; si la situación se torna tensa, lo más saludable es retirarse de manera cordial.