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Congreso finaliza periodo de sesiones con baja productividad legislativa
Los bloques deben buscar acuerdos para avanzar en una agenda en favor del país, de acuerdo con analistas.
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Este jueves 15 de mayo concluye el primer período ordinario de sesiones del Congreso de la República, marcado por una baja productividad legislativa en comparación con años anteriores. Durante las 19 sesiones, el pleno aprobó cuatro decretos y cuatro acuerdos legislativos.
Este desempeño contrasta con el mismo período de 2024 —el primero de la décima legislatura—, cuando se realizaron 26 sesiones ordinarias y una solemne, y se aprobaron 12 decretos y 21 acuerdos legislativos.
De acuerdo con analistas políticos, la baja producción legislativa tiene múltiples causas, entre ellas la falta de consensos, las tensiones internas entre bancadas y el desinterés en temas clave para el desarrollo del país.
Creo que, a pesar de que el año pasado hubo un mayor desempeño legislativo, tampoco fue un año mejor que este, en el sentido de que, si uno analiza realmente qué es lo que han aprobado y cuáles son los temas que hacen falta aprobar, es claro que aún nos quedan en deuda, asegura el analista Luis Mack.
El estancamiento político que se ha vivido desde enero afecta gravemente la agenda nacional. Me refiero a temas políticos, sociales, institucionales y administrativos. Esta falta de avances va en perjuicio directo de la población, señala Óscar Morales, analista independiente.
En la misma línea se expresa Alejandro Quinteros, también analista político, quien considera que la falta de acuerdos ha sido perjudicial para Guatemala. Con el ir y venir de las últimas semanas, el país pierde. No se están aprobando las reformas necesarias para el desarrollo económico y social. Terminamos este período sin avances sustanciales y ahora viene el receso legislativo, aseguró.
Interpelaciones que no avanzan
De las 19 sesiones convocadas, cinco se destinaron a la interpelación del ministro de Salud, Joaquín Barnoya, impulsada por el diputado Bequer Chocooj, del bloque Cabal.
Este juicio político comenzó el 6 de marzo y hasta la fecha avanzó a la décima de 35 preguntas del cuestionario base. Las sesiones se han suspendido en reiteradas ocasiones por falta de quórum, lo cual ha paralizado el avance tanto del proceso como de otros temas legislativos.
Además, hay en fila otras interpelaciones: al ministro de Comunicaciones, Miguel Ángel Díaz, a iniciativa del diputado Inés Castillo, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), y a la ministra de Ambiente, Patricia Orantes, promovida por el diputado Miguel Ovalle, también de la UNE.
Aumento salarial genera tensión
Otro tema que marcó el período de sesiones fue el incremento salarial que entró en vigor en febrero con el visto bueno de la mayoría de la Junta Directiva. La medida generó rechazo en distintos sectores sociales y provocó ausencias estratégicas por parte de algunos diputados.
A finales de marzo, el presidente del Congreso, Nery Ramos, anunció que la Junta Directiva presentaría una moción para dejar sin efecto el incremento salarial de los 160 diputados. Sin embargo, la propuesta no prosperó, ya que varios jefes de bloque evitaron asistir a las sesiones donde se discutiría el tema, lo que impidió que la moción llegara al pleno. Como resultado, no se realizaron sesiones plenarias durante las dos semanas previas a la Semana Santa.
Esta situación también generó ese estancamiento, ya que muchos diputados no acudieron al hemiciclo con tal de que no se conociera esa moción privilegiada para poder derogar el acuerdo por medio del cual se hizo este incremento al salario. Obviamente, se ha demostrado que ellos —los diputados— no quieren y no van a tocar ese tema, asegura el analista Luis Mack.
Llamado a retomar el rumbo
Los expertos coinciden en que, para superar el estancamiento actual, es fundamental que la Junta Directiva del Congreso y los distintos bloques legislativos establezcan una agenda mínima de país que priorice los temas urgentes y permita destrabar el trabajo legislativo.
Mi sugerencia es que se sienten a negociar. El presidente del Congreso debe convocar a los directivos y a los jefes de bloque para alcanzar consensos. De lo contrario, este estancamiento continuará durante el receso y en el segundo período ordinario. También deberían reflexionar sobre el salario que están percibiendo sin que esté debidamente justificado, opina Morales.
Por su parte, Quinteros propone que se definan objetivos básicos para el período extraordinario, que podría utilizarse para avanzar en comisiones y atender asuntos urgentes. El receso no debe interpretarse como vacaciones. Los diputados tienen la obligación de continuar trabajando, al menos desde las comisiones, para sacar adelante temas de país, puntualizó.