“Ver los logros de Mirciny me rompe el alma… pero de alegría”: el impulso que Magaly Morales brindó a la chef internacional en su carrera

“Ver los logros de Mirciny me rompe el alma… pero de alegría”: el impulso que Magaly Morales brindó a la chef internacional en su carrera

Inspirada por el ejemplo de su madre, Magaly Morales, la chef Mirciny Moliviatis persiguió sus sueños entre fogones y culturas, elevando los sabores de Guatemala ante el mundo.

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09/05/2025 14:05
Fuente: Prensa Libre 

Sobre un pequeño banco de madera y con la autoridad de una líder nata, Mirciny Moliviatis, con apenas cuatro años, dirigía la cocina de su casa. Sus “auxiliares” eran sus dos hermanos mayores. Jugaban a ser restaurante, y ella organizaba los platos y repartía instrucciones. Ese juego, alentado por su madre, Magaly Morales, fue el inicio de una carrera brillante.

Lo que comenzó como una fantasía infantil se convirtió en vocación. Años después, Moliviatis es reconocida como una de las chefs más influyentes de Guatemala y ha sido galardonada internacionalmente con el Gourmand Award, llevando la cocina nacional a escenarios globales.

Detrás de cada paso estuvo Magaly, su primera fan y principal impulsora. Con admirable equilibrio, combinó su carrera profesional con la crianza de sus hijos. Siempre motivó a su hija a brillar con luz propia.”Yo soy la mayor fan de Mirciny Moliviatis”, dice Magaly con orgullo.

“Era muy traviesa, muy extrovertida. Le encantaba jugar a la casita. Cocinaba, ponía a sus hermanos al frente y jugaba a ser la dueña del restaurante. Les preguntaba: ‘¿Señor, le sirvo?’”.

Hoy, madre e hija comparten más que una historia: un legado donde el amor, el respeto y la vocación familiar encontraron su mejor receta.

Desde pequeña, sabía lo que quería

Magaly Morales supo desde temprano que su hija tenía una pasión innata por la cocina, compartida con su abuela. Por ello, decidió no imponerle límites: la dejó explorar y acompañó su camino con entusiasmo.

Como madre trabajadora, Morales confiaba el cuidado de sus hijos a su madre, una cocinera excepcional. “Mi mamá cocinaba exquisito, y Mirciny era feliz cuando se quedaba con ella. Jugaban y cocinaban”, recuerda.

Desde entonces, Mirciny ayudaba en la cocina, pequeña, pero decidida. “Tenía un banquito donde se subía para cocinar. Desde ahí observaba a sus hermanos. Era la supervisora desde los cuatro años”.

Tan curiosa era, que a esa edad ya pedía ir al colegio. Incluso supervisaba la preparación de su lonchera. En clase era activa, decidida y de personalidad arrolladora. “Desde pequeña, sabía lo que quería”, afirma Morales.

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“Mi mamá y mi abuela han sido fundamentales en mi carrera”

Mirciny Moliviatis reconoce que el apoyo de su madre fue clave: “Siempre ha estado en mi carrera. Es mi referente más importante porque siempre ha sido sincera conmigo. Me dice: ‘Esto puedes hacerlo mejor’, ‘Aquí debes esforzarte más’. No lo hace por criticar, sino porque quiere que yo crezca”.

También recuerda con cariño el tiempo compartido con su abuela, quien disfrutaba cocinar. Junto a ella aprendió sus primeras recetas y vivió momentos entrañables, como la preparación de tamales, pasteles y fiambre, símbolos del compartir familiar.

“La casa de mi abuelita era el punto de encuentro: para el caldo, el cocido de los domingos, los almuerzos familiares, los tamales, el fiambre. Ahí nos reuníamos y nos queríamos. Ese espíritu aún vive gracias a la cocina”, afirma.

Magaly Morales ha sido un ejemplo para Mirciny Moliviatis sobre el balance entre una carrera profesional y la familia. (Foto Prensa Libre: Esdras Laz)

Entre el trabajo y ser “MAPACHO”

Magaly Morales siempre buscó lo mejor para sus tres hijos. Durante la infancia de Mirciny, trabajaba en cooperación internacional, entre vuelos y reuniones, sin dejar de estar presente en sus vidas.

Quiso enseñarles independencia, afecto y la importancia del esfuerzo. “Lo profesional fue parte de mi vida, pero mi papel más importante fue ser madre”, dice.

Con humor recuerda haber sido “MAPACHO”: madre, padre y chofer. “Me convertía en lo que mis hijos necesitaran para que estuvieran bien”.

Una de sus anécdotas favoritas es cuando, al trabajar en el Palacio Nacional, llevaba a Mirciny en un neceser y la escondía bajo su escritorio para cuidarla mientras cumplía sus funciones.

Ser madre ha sido, asegura, su mayor logro. Procuró equilibrar amor, disciplina, ayuda y libertad. “Lo hacía con firmeza, pero sin herir. Quería que fueran niños, pero con límites”.

Mirciny recuerda con admiración: “Nos ayudaba a estudiar, cocinaba, asistía a nuestras actividades. No sé cómo lo hacía: al despertar, ya estaba activa; al dormir, seguía de pie”.

“Nunca nos faltó amor, tiempo ni lo esencial”, agrega la chef, quien aún en su adultez tiene a su madre a su lado. “Ella siempre estuvo. Incluso ahora, si estudio algo, se sienta conmigo. Leemos juntas”, destaca.

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Magaly Morales es una de las promotoras del ingreso del internet en Guatemala, (Foto Prensa Libre: Esdras Laz)

El valor invaluable de su mamá

Para Mirciny, su madre es un pilar. Aún hoy la recibe con la cena servida y la escucha cuando comparte proyectos.

“Es mi fan número uno… y mi crítica más fuerte. No me aplaude por ser mi mamá, sino porque cree en mí. Me exige, me impulsa. Eso valoro: su guía, su honestidad, su compañía”, expresa.

Magaly no solo fue madre: fue médica, chofer, cocinera, consejera, maestra, psicóloga… todo lo que su hija necesitó. “Siempre puso a sus hijos antes que todo”, resalta Moliviatis.

Gracias a ella, conoció el amor incondicional. “A veces me molestaba cuando me corregía, pero siempre tenía razón. La sabiduría de una madre nunca falla”.

“Su conexión conmigo es tan profunda que sus sueños se vuelven los míos. Cuando logro algo, lo celebramos juntas. Siempre está ahí, en silencio, pero presente”, concluye.

Mirciny Moliviatis se ha convertido en un referente culinario a nivel internacional donde promueve la gastronomía de Guatemala. (Foto Prensa Libre: Esdras Laz)