Cuando se inicia en el viaje asombroso de la paternidad, se suele decir que los hijos no vienen con manual incluido, por lo que cada uno funciona como la naturaleza y el instinto les permite. Si bien es cierto, los padres se enfrentan y afrontan la paternidad como más lo consideran, siempre desempeñan el rol con las mejores intenciones. Pero, ¿Cómo funciona la paternidad?

A lo largo de la vida, los seres humanos adquirimos aprendizajes que definen nuestras creencias y formas de ser a futuro. De acuerdo a lo que cada ser humano define en su interior, ya se tiene claro qué es lo que se quiere hacer y lograr cuando se decide iniciar con ese rol.

La paternidad puede influir en parte en la enseñanza que recibió cada uno en casa, por ejemplo: Hay mamás que copian el modelo de enseñanza que recibieron y la replican con sus hijos, otras que quieren ser más flexibles, otras desean ser estrictas y disciplinadas, por el contrario, otro porcentaje no quiere lo mismo que vivieron y dan espacio a nuevos modelos de maternidad.

Cómo se muestra, el espectro es amplio y cada quien quisiera poder hacer las cosas como las desea, sin embargo, la dificultad se presenta a la hora de la práctica. Instruir a un hijo en el camino de la vida es un reto, pues es un ser humano que tiene necesidades, estas deben ser suplidas de forma diferente al resto de los hijos.

¿DEBO APRENDER A SER MADRE O PADRE?

De esa forma, surge el cuestionamiento respecto a la paternidad, ¿Debería aprender a ser papá o mamá? Con tanta información circulando en las redes, libros y revistas sobre la paternidad perfecta, puede resultar abrumador el bombardeo constante y así causar inseguridades sobre sí estás haciendo las cosas bien o si estás ofreciendo lo mejor a tus hijos.

Al final de cuentas, terminas frustrado y culpándote a ti mismo ya que porque más que quieras aplicar toda la información de la mejor manera, no sabes cómo ejecutarla en cada situación.

EQUILIBRIO

Entonces, ¿Cómo encontrar el equilibrio para desempeñar el rol más importante de la paternidad? Gabriela Marroquín, madre, empresaria y coach parental, explica que es importante entender que no hay una receta perfecta para crear la familia perfecta.

“No hay varita mágica para este tema, la forma en que ejerzas tu paternidad será la que es y la adecuada pues todo lo que haces, es con la mejor intención y con los recursos que tienes en determinado momento. Existen formas de cambiar hábitos y poder fomentar las relaciones familiares para lograr una dinámica más sana y efectiva, cada persona lo hará a su manera, de la forma que mejor les resulte a cada quién”, enfatizó.

Asimismo, puntualizó que el aprendizaje debe ser constante, y de donde sientas que conecta tu interior.

“Siempre es bueno aprender y seguir creciendo desde tu interior. Procura dejarte llevar por tu instinto y antes que nada no te juzgues, ten compasión de ti mismo y así encontrarás la forma de realizar el rol más importante en tu vida, de la manera más efectiva recordando que no existe perfección”, manifestó.

Las formas y estrategias para enseñarte sobre paternidad y maternidad irán apareciendo. Recuerda que lo más importante en este viaje de la paternidad es ser flexible de mente, sabiendo que las enseñanzas que no te funcionan hoy, te puede ayudar mañana. En esa instancia, vale la pena romper parámetros y empezar a ser más flexibles para encontrar las formas más efectivas de avanzar y crecer desde lo que eres como ser humano.

Aunque no haya una escuela para padres que te califique cómo el mejor, para tus hijos ya lo eres el número uno. La práctica hace al maestro, porque la magia está en practicar y practicar para ser el mejor ejemplo de tus hijos.

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