Guatemala lee en el mensaje de León XIV una continuidad del modelo pastoral de Francisco

Guatemala lee en el mensaje de León XIV una continuidad del modelo pastoral de Francisco

La Iglesia católica de Guatemala asegura que el papa León XIV comprende las necesidades de Latinoamérica y que continuará el trabajo iniciado por su predecesor, Francisco.

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08/05/2025 18:44
Fuente: Prensa Libre 

La elección del cardenal estadounidense-peruano Robert Francis Prevost como papa León XIV, este jueves 8 de mayo, genera expectativas en la Iglesia católica de Guatemala, donde sus autoridades resaltan el mensaje de paz que el Pontífice pronunció durante su primer discurso ante miles de fieles, en el balcón de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.

Además, las autoridades de la Iglesia católica de Guatemala destacaron la cercanía que el nuevo papa tendrá con Latinoamérica, lo cual, a su criterio, se evidenció con el mensaje en español que ofreció una hora después de haber sido electo como sucesor del fallecido papa Francisco.

Este acontecimiento cobra especial relevancia al ser el segundo papa americano, “quien comprende las realidades latinoamericanas y ha expresado su intención de continuar el trabajo iniciado en la Iglesia”, dijo desde Roma Luis René Sandoval, director de Comunicación del Arzobispado de Santiago de Guatemala.

Sandoval subrayó que la primera impresión que dejó el nuevo Pontífice fue su mensaje de paz, porque al aparecer en el balcón de la Basílica de San Pedro saludó a los fieles diciendo: “La paz esté con ustedes”, lo que, según el vocero, transmitió la certeza de que el Espíritu Santo guió a los cardenales para elegir al hombre de paz que el mundo necesita en tiempos de guerras y divisiones.

“Se presenta como una figura de unidad que, como el apóstol Pedro escogido por Jesús hace más de 2.000 años, guiará la barca de la Iglesia”, expresó Sandoval.

Agregó que este es un momento histórico que requiere no solo celebración, sino también oración constante para sostener al nuevo líder de la Iglesia católica en su ministerio.

También indicó que el papa León XIV ha manifestado su deseo de continuar el camino iniciado por su predecesor, manteniendo la fidelidad a la doctrina y a la verdad católica, mientras guía a los fieles hacia senderos de paz, unidad y justicia.

Asimismo, refirió que la conexión del Pontífice con Latinoamérica quedó evidenciada al dirigir un saludo en español a su diócesis de origen, en Perú, pues, aunque es estadounidense de nacimiento, está nacionalizado peruano y conoce profundamente las necesidades del mundo latinoamericano, lo que sugiere que sus mensajes estarán impregnados de esta sensibilidad regional.

Legado

Afable, moderado, reservado, Prevost —desde este jueves, el papa León XIV— fue una de las grandes apuestas de Francisco, quien lo designó responsable de los obispos de todo el mundo y presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, dado que también posee nacionalidad peruana y tiene orígenes españoles por parte de su madre, Mildred Martínez, como han destacado medios vaticanos.

Este misionero de la antigua Orden de San Agustín ha sido en los últimos años un estrecho colaborador del difunto papa Francisco y entró a su estilo —discretamente— en la lista de papables para este cónclave, como un outsider entre otros nombres prominentes.

Su talante moderado lo posiciona como puente entre las facciones conservadora y reformadora de la Iglesia, y su amplio conocimiento de América le ha valido el respaldo de cardenales tanto del norte como del sur del continente, muchos de los cuales fueron críticos de Francisco.

Prevost nació en 1955 en Chicago, EE. UU., con orígenes franceses e italianos por parte de su padre. Su carrera eclesiástica comenzó con el noviciado agustino de Saint Louis, donde, en 1981, asumió sus votos. Posteriormente cursó estudios en Teología y viajó a Roma para especializarse en Derecho Canónico.

Tras ordenarse sacerdote en 1982, fue enviado con 28 años a lo que se convertiría en su segundo país: Perú, mediante su misión de Chulucanas, en Piura (1985-1986).

Este sería el primer paso de una prolongada trayectoria en Latinoamérica, que prosiguió en 1988 en la misión peruana de Trujillo, donde seleccionó vocaciones agustinas en ciudades como Chulucanas, Iquitos y Apurímac, y ejerció diversos roles durante una década en esa arquidiócesis.

También cuenta con una amplia experiencia docente en EE. UU. y fue prior general del Capítulo Agustino de Chicago, hasta que en 2014, desde Roma, el papa Francisco lo puso al frente de la diócesis peruana de Chiclayo como administrador apostólico.

Un año después sería nombrado obispo de Chiclayo y desde 2018 se desempeñó como vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal de Perú, afrontando, entre otros desafíos, la grave crisis por los abusos del grupo Sodalicio de Vida Cristiana, disuelto este año por el papa.

Tras cinco años en Perú, en 2023 el pontífice argentino lo convocó a Roma para hacerlo cardenal y prefecto del Dicasterio para los Obispos, la institución vaticana que elige a los prelados de todo el mundo.

Desde esta poderosa oficina —que coordina una vasta red de jerarcas eclesiásticos— asistió a las tensiones entre el papa Francisco y sectores conservadores, como se evidenció con la destitución del obispo estadounidense Joseph Strickland en noviembre de 2023, por deslealtad hacia la Santa Sede.

Francisco también lo nombró presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, en reconocimiento a su conocimiento de la región y sus periferias.

Su rol como “ojeador” de obispos y su experiencia sudamericana lo mantienen en contacto constante con la jerarquía eclesiástica, especialmente en América, donde reside cerca de la mitad de los católicos del mundo (unos 637 millones en 2004).

Su elección pontificia representa una novedad, no solo por su edad relativamente joven —69 años—, sino porque se convierte en el primer papa procedente del corazón de un imperio ya suficientemente poderoso: Estados Unidos.

En cuanto a su magisterio, aunque cauto, se ha expresado en sintonía con el papa Francisco, defendiendo un clero “cercano al pueblo”, diametralmente opuesto a la figura de un directivo o gestor.