Grietas profundas en paredes y pisos, columnas separadas de los muros y cielos falsos colapsados forman parte del panorama en 14 de las 36 aulas de la Escuela Oficial Rural Mixta 669, ubicada en la colonia Linda Vista, zona 4 de Villa Nueva.

Una semana después de los sismos del 8 de julio, la comunidad educativa vive con temor constante.

La infraestructura de dos niveles, construida hace más de 40 años, presenta daños tan severos que incluso se perciben vibraciones al caminar en el segundo piso.

La preocupación aumenta porque el establecimiento alberga a más de 1,500 estudiantes de preprimaria y primaria en las jornadas matutina y vespertina.

“Uno teme que un día colapse con los niños adentro, solo con el peso o cuando corren en los pasillos”, lamentó una madre de familia.

Padres señalan que hasta ahora no se han realizado evaluaciones técnicas para determinar el nivel real de vulnerabilidad del inmueble. Aseguran que un equipo de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) efectuó únicamente una revisión visual, pero no estructural.

Solicitan con urgencia una inspección técnica por parte del Ministerio de Educación y autoridades de infraestructura, antes de que ocurra una tragedia.

Los padres recuerdan que no fueron notificados de los daños y se enteraron al ser convocados el 10 de julio a una jornada de limpieza.

Otra madre expresó que la situación es complicada y que el riesgo puede aumentar durante una evacuación, debido a que se trabaja con niños pequeños.

El Ministerio de Educación informó que, hasta la fecha, contabiliza 62 establecimientos afectados por los sismos.

Conred, por su parte, ha realizado 33 evaluaciones en edificios públicos y privados del departamento de Guatemala. De estos, solo dos son centros educativos, ambos con daños severos. Ninguno se ubica en Villa Nueva; las inspecciones han sido en la capital y en Amatitlán.