El Congreso pone fin al cierre más largo en EE. UU.: las claves del conflicto que costó US$14 mil millones

El Congreso pone fin al cierre más largo en EE. UU.: las claves del conflicto que costó US$14 mil millones

Con una votación ajustada, el Congreso de Estados Unidos puso fin al cierre gubernamental más largo de su historia, en medio de tensiones políticas y un incierto panorama sanitario.

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12/11/2025 20:19
Fuente: Prensa Libre 

La Cámara de Representantes terminó este miércoles con el cierre gubernamental más largo en la historia de Estados Unidos, tras 43 días de un duro pulso político que provocó cancelaciones de vuelos, el despido de miles de funcionarios y un debate sobre la sanidad pública que ahora entra en un nuevo capítulo.

Los representantes aprobaron, por 222 votos a favor y 209 en contra, una resolución legislativa proveniente del Senado, que la había aprobado el lunes. El martes fue feriado en Estados Unidos.

El presidente Donald Trump tenía previsto firmar la ley presupuestaria en las próximas horas, informó la Casa Blanca.

“Sabían que iban a causar daño, y lo hicieron de todas maneras”,
acusó el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, en alusión a los demócratas.

“Seguiremos defendiendo los derechos de los estadounidenses”, clamó poco antes el líder de la bancada opositora, Hakeem Jeffries.

La aritmética parlamentaria favoreció a los republicanos, que tienen una mayoría muy ajustada en el Congreso, pero que han mostrado mayor disciplina de voto en ambas cámaras. Los demócratas, en cambio, aparecieron divididos entre un liderazgo que quería mantener el pulso con el gobierno y ciertos legisladores moderados que optaron por romper filas.

Los servicios de investigación del Congreso calculan que el país perdió hasta US$14 mil millones en esta parálisis presupuestaria. Unos 670 mil funcionarios volverán al trabajo, con derecho a sueldo, a partir del jueves.

El debate sanitario

El Senado votó el lunes a favor, con la participación de ocho demócratas y la oposición de un solo republicano.

Los esfuerzos titánicos de los demócratas para reabrir toda la gran discusión sobre los subsidios a la cobertura sanitaria acabaron frustrados. Los republicanos se limitaron a prometer un debate separado, a corto plazo, en el Congreso sobre las ayudas para millones de estadounidenses que deben costear su cobertura médica.

Mike Johnson y el líder de la mayoría republicana en el Senado, John Thune, demostraron temple durante semanas de enorme presión, que incluyeron cancelaciones de vuelos por la falta de controladores aéreos, quienes no recibieron sueldo durante casi dos meses.

El nerviosismo de los demócratas

El líder de la minoría en el Senado, el demócrata Chuck Schumer, votó en contra de la reapertura, y Jeffries mantuvo la misma postura.

“La atención médica de la gente en este país está a punto de volverse impagable”,
clamó Jeffries.

La polémica se centra en el denominado Obamacare, la reforma sanitaria aprobada durante el gobierno de Barack Obama, que representó un primer intento de introducir una cobertura médica pública universal en el país.

Dicha cobertura, que la Corte Suprema dictaminó que no podía ser obligatoria, ha subsistido gracias a los créditos fiscales impulsados por los demócratas. Ante la crisis generada por la pandemia del coronavirus, el demócrata Joe Biden amplió en 2022 los subsidios para ayudar a millones de personas a pagar dicha cobertura médica.

Estas ayudas vencen a finales del 2025, lo que podría provocar un aumento considerable en el costo de las pólizas. Los republicanos argumentan que los subsidios deben concentrarse en los sectores más desprotegidos, y no extenderse de forma indiscriminada.

Durante los agrios debates en torno al cierre gubernamental, los republicanos acusaron a los demócratas de buscar beneficiar también a inmigrantes indocumentados mediante esos subsidios. Los sondeos mostraron que la mayoría de la población atribuía a Trump y a los republicanos la responsabilidad del cierre, ya que dominan la Casa Blanca y el Congreso.

Sin embargo, su unidad se mantuvo sin fisuras, mientras crecía el enojo en la opinión pública. El nerviosismo acabó pesando más entre los demócratas, que apenas una semana antes celebraban triunfos en sus feudos electorales, incluida la elección de un alcalde que se declara socialista en la Ciudad de Nueva York.

El relevo generacional se acelera en ese partido. La veterana líder en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, anunció su retiro la semana pasada, y Schumer aparece cada vez más cuestionado en el Senado.

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