15 años de historias que iluminan Guatemala: derechos, igualdad y empoderamiento

15 años de historias que iluminan Guatemala: derechos, igualdad y empoderamiento

  En el Valle del Polochic, dos mujeres que antes vivían en situación de pobreza viajaron a la India en 2017[1], se formaron como ingenieras solares y regresaron a su comunidad para instalar paneles solares que empezaron a iluminar hogares y caminos. La luz no solo trajo energía, sino también mayor seguridad – traducida, entre […]

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02/07/2025 08:54
Fuente: La Hora 

En el Valle del Polochic, dos mujeres que antes vivían en situación de pobreza viajaron a la India en 2017[1], se formaron como ingenieras solares y regresaron a su comunidad para instalar paneles solares que empezaron a iluminar hogares y caminos. La luz no solo trajo energía, sino también mayor seguridad – traducida, entre otros, en la reducción de la violencia sexual en la zona.

De manera similar, en el mismo departamento de Alta Verapaz, 337 mujeres maya-q’eqchi’es que aumentaron sus ingresos mensuales a lo largo de 18 meses, afirman: “Ahora ya no nos da miedo hablar, ya no nos da miedo decir lo que pensamos”, ilustrando la relación intrínseca entre la autonomía económica, la reducción de la violencia y el incremento de la participación en espacios de toma de decisión. Las acciones de cada una de ellas demuestran que, cuando las mujeres tienen oportunidades económicas, no solamente prosperan ellas y sus familias, sino comunidades y sociedades enteras.

Estas transformaciones no ocurren por casualidad. Son resultado de años de trabajo articulado entre mujeres organizadas, sociedad civil, instituciones públicas, sector privado y cooperación internacional. A lo largo de este camino, ONU Mujeres ha sido una aliada clave, acompañando procesos de empoderamiento, fortaleciendo capacidades, articulando esfuerzos, siempre poniendo en el centro los derechos, las voces y las necesidades de las mujeres.

Una de las áreas en las que este acompañamiento ha sido visible es en la participación cívica y política de las mujeres: desde el trabajo con órganos electorales en temas de conflictividad electoral y diplomados de formación a mujeres políticas, hasta el apoyo para el avance de propuestas normativas en temas de paridad y prevención de la violencia contra las mujeres en el ámbito político. Se ha contribuido a la construcción de una agenda legislativa, desde las organizaciones de mujeres y la institucionalidad parlamentaria, para abordar los retos y desafíos que siguen frenando la plena y efectiva participación de las mujeres en la sociedad.

En paralelo, en materia de empoderamiento económico, el enfoque ha sido claro: sin autonomía económica no hay igualdad posible. A lo largo de estos 15 años, más de 10,000 mujeres han sido beneficiadas directamente y más de 214,000 indirectamente a través de programas que fortalecen emprendimientos y micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMEs), promueven la inclusión financiera y reconocen el trabajo de cuidados como un pilar que sostiene la economía y la sociedad. Porque cuidar también es trabajar y porque, sin cuidados, no hay desarrollo sostenible.

En cuanto a la justicia de género, la sentencia del caso Sepur Zarco[2] sigue siendo un referente histórico, en la región y en el mundo. Las Abuelas, que rompieron el silencio y llevaron su verdad a los tribunales, lograron medidas de reparación transformadora, incluyendo en materia de educación, salud, memoria y garantías de no repetición. ONU Mujeres estuvo presente en este proceso desde un inicio, y sigue acompañando para la implementación plena y efectiva de la sentencia.

También en escenarios de emergencia, la acción humanitaria con enfoque de género ha sido esencial. Desde los efectos de los huracanes[3] hasta la pandemia[4], se ha evidenciado la importancia de incluir las necesidades diferenciadas de mujeres y niñas en los planes de respuesta y recuperación. ONU Mujeres ha impulsado análisis rápidos de género y llamados a la acción[5], ha promovido los liderazgos de las mujeres en la gestión del riesgo y visibilizado su contribución en contextos adversos.

Todo esto forma parte de una historia más amplia: este año, ONU Mujeres cumple 15 años de existencia. En Guatemala, su presencia ha significado acompañamiento técnico en la formulación de políticas públicas, fortalecimiento de instancias gubernamentales y de liderazgos de las mujeres, apoyo a procesos legislativos, participativos, judiciales y comunitarios, y trabajo con sector privado e instituciones financieras, entre otros. Su rol ha sido —y debe seguir siendo— el de una entidad que escucha, articula y fortalece procesos para la construcción de un país más justo e igualitario.

Sin embargo, los avances no deben hacernos perder de vista los retos persistentes, entre los que se encuentran los altos índices de violencia contra las mujeres, la carga desproporcionada del trabajo no remunerado o la baja representación política. En un contexto global donde los derechos de las mujeres enfrentan retrocesos, Guatemala tiene una oportunidad histórica: consolidar lo logrado y avanzar con mayor determinación. El 2025 marca 30 años desde la Declaración de Beijing, cinco años para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS- y un presente que exige acción transformadora.

Porque al igual que aquellas ingenieras solares que iluminaron su comunidad, cuando las mujeres acceden a derechos y oportunidades, transforman su entorno. Y así como ellas encendieron una luz en el Polochic, hoy, más que nunca, es tiempo de avanzar con decisión y seguir construyendo una Guatemala con historias de derechos, igualdad y empoderamiento.


[1]https://www.unwomen.org/es/news/stories/2018/5/from-where-i-stand-martha-benavente.

[2]https://www.unwomen.org/es/news/stories/2018/10/feature-sepur-zarco-case

[3]Impacto Humano del Fenómeno Tropical ETA e IOTA en Guatemala

[4]Análisis Rápido de Género, ONU Mujeres-CARE, 2020

[5]Llamado para la atención a mujeres en movilidad humana