Fitch Ratings mejora calificación país para Guatemala
Recuperación económica y fiscal hacen que el país avance.
La semana pasada una de las noticias más importantes, además de la apertura de la planta de Yazaki en San Marcos, fue la mejora de la calificación país de Guatemala por parte de la calificadora Fitch Ratings que pasó de BB- a BB con perspectiva estable. Este ascenso nos coloca a dos calificaciones de ser grado de inversión, que según Fitch sería estar en BBB-.
Una mejora de la calificación de riesgo país es muy importante para Guatemala. Según el profesor de Economía de la Unam, Raúl Martínez Solares, las calificadoras de riesgo “son instituciones privadas cuyo propósito es calificar el riesgo de impago de países o compañías en su carácter de emisores de deuda. Dicha calificación analiza (entre otros factores) la situación económica y financiera, así como las decisiones y orientación de política económica, fiscal y monetaria y, el efecto de factores del entorno económico, financiero, pero incluso también de lo político o social, para medir la capacidad para cumplir las obligaciones derivadas de la colocación de deuda. En cierta forma es la reputación de pago”.
Esto tiene un enorme impacto en la capacidad de un país de colocar deuda soberana en los mercados de capitales internacionales y puede ayudar a elevar la inversión social si esa deuda es utilizada para inversión en carreteras, puertos, aeropuertos, escuelas, hospitales, cárceles, en fin, para mejorar la inversión pública, si la deuda es colocada con mejores condiciones. También tiene un impacto financiero muy práctico para todos, ya que el techo de la deuda de un país también es el techo de la calificación de una emisión de deuda de una empresa, en el caso de los bancos por ejemplo, nos afecta directamente a la hora de adquirir préstamos.
Por eso es tan importante que reconozcamos que la mejora es un paso en el camino correcto, pero todavía nos falta mucho para ser calificados como grado de inversión. La calificadora describe que el incremento se debe a que hubo una fuerte recuperación fiscal y económica de Guatemala, y las métricas externas mejoradas, luego de la pandemia, así como un impacto positivo de los shocks de precios globales. La recuperación del PIB real pospandemia fue una de las más rápidas de América Latina. Los déficits fiscales y la deuda siguen siendo de las más bajas en la categoría ‘BB’ y se han beneficiado de una mejor recaudación de impuestos (por primera vez el país logra un 12.1% del PIB de carga tributaria). Los superávits en cuenta corriente han avanzado las ya sólidas métricas de solvencia y liquidez externa.
Ahora bien, tenemos que ser capaces de mejorar nuestros indicadores de gobernabilidad, especialmente aquellos relacionados a reducir la corrupción y fortalecer el Estado de Derecho. Esto implicaría seguir avanzando en la recaudación de impuestos que conduce a una mejora en la flexibilidad fiscal, preserva bajos déficits fiscales y mantiene estable la deuda respecto al PIB en niveles bajos. Continuidad del fuerte impulso económico y evidencia de una mayor inversión y perspectivas de crecimiento a mediano plazo, lo cual implica seguir avanzando en la atracción de inversión extranjera directa y en la gobernabilidad o capacidad de la próxima administración para avanzar en su agenda, por ejemplo, implementación de presupuestos o reformas importantes que se han quedado rezagadas en temas como el servicio civil, la independencia judicial, la capacidad de la contraloría general de cuentas, entre otras, así como aquellas reformas que permitan al país aumentar la inversión pública de 1.6% del PIB a 6% en los próximos años.