Formar para conquistar un futuro incierto

Formar para conquistar un futuro incierto

La falta de aprendizaje en gran parte de América Latina exige una transformación educativa profunda y urgente.

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18/08/2025 00:03
Fuente: Prensa Libre 

Educar en el siglo XXI no se trata solo de enseñar contenidos. Tampoco basta con actualizar los libros o agregar computadoras. La verdadera tarea, como se concluyó en el seminario “Educación: construyendo el capital humano”, del diplomado Raíces Humanistas de Occidente y Asuntos Globales, es formar a personas capaces de enfrentar un futuro incierto. Personas con criterio, empatía y herramientas para adaptarse a cambios constantes. El reto es cómo lo hacemos, especialmente en Latinoamérica, donde hay países que aún tienen grandes retos en cobertura y calidad educativa.


En la región, la gente estudia en promedio nueve años, aunque Chile, Argentina y Uruguay están por arriba del promedio y en los países desarrollados es de 12 años. En Guatemala, apenas si se logran los seis años, un gran reto ya que difícilmente las personas lograrán desarrollar su potencial.


También se tienen enormes retos en calidad. Las pruebas PISA —evaluaciones internacionales que comparan el desempeño educativo entre países— muestran que cuatro de cada 10 estudiantes en la región de Latinoamérica no llegan al nivel básico en matemáticas. Más de la mitad falla en lectura y un 54 % alcanza el nivel mínimo en ciencias. Guatemala sale muy abajo entre los de mayor reto. Hay asistencia a clases, pero no aprendizaje. Se memoriza, pero no se analiza.

El reto es preparar a las nuevas generaciones para decidir, crear y adaptarse con sentido.


Mientras tanto, los trabajos están cambiando. Ya no basta con saber seguir instrucciones y hacer cosas operativas. Hoy se busca gente que sepa resolver problemas, comunicarse bien, trabajar con otros, adaptarse, usar herramientas nuevas. Por eso se habla tanto del enfoque STEM (siglas en inglés): ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas para dotar a los jóvenes de las habilidades que se están requiriendo. Además, cuando se amplía al modelo STEAM añadiendo las artes, se potencia también la creatividad.


El panorama docente también preocupa. En la región, uno de cada cinco maestros de primaria no tiene título habilitante. En Guatemala, las evaluaciones diagnósticas de los docentes muestran que muchos no alcanzan ni el 60% en materias clave (matemática, comunicación, lectura y estrategias de enseñanza). Hay países con grandes presupuestos y otros con pocos, pero el desafío es cómo se invierten los recursos. Por ejemplo, en Guatemala hay un presupuesto actual de más de Q23 mil millones, la mayoría se va en sueldos, bonos masivos sin relacionarse con la mejora del aprendizaje de los estudiantes. Hay muy poca inversión en formación, en infraestructura, conectividad e innovación.


Y en medio estos desafíos, surgen las nuevas tecnologías —especialmente la inteligencia artificial— como algo potente que cambiará el mundo. Puede ser una herramienta valiosa si se emplea correctamente, pero no puede ni debe reemplazar al docente, por lo que es necesario capacitar a los profesores-tutores de los estudiantes. Si no se guía desde un proyecto pedagógico con sentido humano, la tecnología se vuelve una ilusión.
Hablar de educación hoy es hablar de futuro. Pero no de cualquier futuro, sino uno con incertidumbre, con cambios rápidos, con decisiones complejas. Formar a alguien para eso no se logra con más tareas ni con más exámenes. Se logra con sentido, con visión, con comunidad, con compromiso y con cambios. Y, sobre todo, con la convicción de que cada persona debe tener la oportunidad real de desarrollar su potencial. Esa es, en esencia, la tarea educativa más urgente.


La mayoría de los países de América Latina reconoce que la educación es clave, pero no todos actúan con la urgencia que se necesita. Es momento de despertar, aprender de quienes han logrado avances reales e iniciar una transformación cuanto antes. Como dijo Nelson Mandela: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.