
Un nuevo marco de desarrollo y cooperación
El gobierno de Guatemala debe abogar por un trato digno a los guatemaltecos deportados.
Un nuevo marco de desarrollo y cooperación
El gobierno de Guatemala debe abogar por un trato digno a los guatemaltecos deportados.
Como si se hubiese inspirado en la ilustración política de 1904, del entonces presidente de EE. UU. Theodore Roosevelt, halando una flotilla de barcos y tácticas de presión, la agresiva apuesta del actual mandatario, Donald Trump, le ha rendido resultados favorables durante la gira del Secretario de Estado Marco Rubio por Panamá, Costa Rica y El Salvador, la cual destaca por ser la primera vez —¡en más de un siglo!— que un funcionario de ese nivel abre su gestión con un periplo por países de América Latina. Pero también los vecinos, México y Canadá, optaron por ceder y recibir a cambio la suspensión temporal —por un mes— de los aranceles de 25% impuestos unilateralmente por Trump.
En este mismo espacio, ayer se aludía a esa estrategia como un juego de naipes, en el cual Trump apuesta la economía de su país. Las bolsas de valores amanecieron ayer con fuertes caídas; pero, a media jornada bursátil, se anunciaron las concesiones de México y Canadá, que prefirieron optar por la conciliación en favor de sus respectivas economías, pese a que de sostenerse los aranceles también iban a sufrir los consumidores estadounidenses.
Falta ver la reacción de China, a quien solo se le puso 10% de impuesto a sus exportaciones, pero cuyas compañías no tendrán renovación de contratos en la zona del canal, por promesa del mandatario panameño a Rubio, quien ya pasó también por El Salvador, cuyo presidente, Nayib Bukele, anticipó ayer un acuerdo “sin precedentes”. El secretario de Estado llega hoy a Guatemala, cuyas acciones de política exterior lo convierten en el más constante aliado geopolítico de EE. UU. en la región, pero que también tiene a más de tres millones de migrantes en suelo estadounidense, muchos de ellos en situación irregular.
El gobierno de Bernardo Arévalo ha declarado que se enarbolará la dignidad de Guatemala y de los guatemaltecos en el encuentro con el primer enviado del gobierno de Trump. Sin embargo, queda claro que Rubio llega con un aire estratégico en múltiples campos: frenar la migración irregular, allanar las deportaciones de guatemaltecos y asegurar la seguridad nacional de la Unión Americana. En este sentido, cobra especial significado el hecho de que Rubio sea ahora la cabeza de la Agencia de Cooperación de EE. UU. (Usaid), cuyas operaciones están en suspenso y bajo auditoría.
No obstante, los programas a cargo de Usaid en Guatemala están mayoritariamente orientados al aseguramiento portuario, al impulso del desarrollo rural y también a frenar las causas de la migración al Norte. Tal tema debe ser planteado de manera asertiva por el gobierno de Guatemala, como parte de los requerimientos de mutuo interés. El papel de Estados Unidos y el apoyo bipartidario a la democracia guatemalteca fueron claves durante el asedio contra el proceso electoral del 2023, que ahora ha cobrado otros rumbos y mimetismos.
La postura de Guatemala en favor de Israel y sobre todo de la República de China (Taiwán), además de las condenas a las dictaduras de Nicaragua y Venezuela, constituyen sólidos amarraderos que exhiben lealtad y coherencia. El resto de países del área, incluido El Salvador, prefirieron abandonar a Taiwán para decantarse por China continental. El gobierno de Guatemala debe abogar por un trato digno a los guatemaltecos deportados, quienes no deberían venir engrilletados. Se debe sugerir la ampliación de programas de trabajo temporal en EE. UU. y dejar abierto el diálogo en favor de un beneficio migratorio para connacionales con más de 10 años de aportar en esa nación.