Las cortes, sin pena ni gloria, pero mejor que como estábamos

 Las cortes, sin pena ni gloria, pero mejor que como estábamos

Esta semana en ROBERTO ALEJOS PODCAST me atreví a no invitar a nadie y a ver qué pasó en las cortes, tomando en cuenta todo lo que pudimos observar y todas las declaraciones que alrededor se dieron de los y las que fueron protagonistas. Y es que lo primero que llama la atención, y habría […]
10/10/2024 08:58
Fuente: La Hora 

Esta semana en ROBERTO ALEJOS PODCAST me atreví a no invitar a nadie y a ver qué pasó en las cortes, tomando en cuenta todo lo que pudimos observar y todas las declaraciones que alrededor se dieron de los y las que fueron protagonistas.

Y es que lo primero que llama la atención, y habría que celebrarlo, es que el Presidente de la República, no metió las manos. De hecho, estuvo viajando durante esos días con el tema de su presentación en Naciones Unidas y la toma de posesión con el Presidente de México, un país aliado que necesitaba de su presencia, especialmente cuando el Presidente de la República continúa necesitando el apoyo internacional. Esto es algo que sabe conseguir muy bien, de hecho vimos que a su regreso invitó a los magistrados electos de la Corte Suprema para que se reunieran con él. Algunos los vieron como algo bueno, otros lo criticaron por hacerlo. La verdad es que si él no tuvo nada que ver en las cortes, cómo sabemos quién fue. Me parece que promover el diálogo entre los organismos del estado es algo que debemos verlo positivo, sobre todo si se hace públicamente, ya que siempre hemos sabido que el Presidente de la República se reúne con los magistrados pero “en escondidas”.

Todo mundo esperaba que fuera un tema difícil de trabajar. Como siempre, quienes llegaran a un acuerdo obtuvieron apenas los votos más allá de lo que se necesita para ser electos.  Sin embargo, estoy seguro que nadie esperaba, incluyéndome a mí, que alguien tuviera el 100% de los votos de los diputados y la gran mayoría alrededor del 90% de los mismos 98 y 99% en varios casos.

Incluso, se habla que Semilla, como bancada, había promovido la participación de tres Magistrados, pero que por algún error, por su inexperiencia, molestaron a los otros partidos políticos con quienes habían llegado de acuerdo, estos 3 magistrados no fueron electos y en su lugar eligieron tres que no se esperaba que quedaran, y que por cierto, fueron los menos votados. Esto se dio pues al no ser votados por Semilla,  no tuvieron la cantidad de votos que tenían los demás, aunque eran alrededor de 107 votos, que son mayoría absoluta, es decir, tuvieron el respaldo total del Congreso.

Esto no significa que esos Magistrados y Magistradas, sean como decimos, en buen chapín niñas y niños vestidos de primera comunión, recién confesados, entendiendo y aceptando que significa el pecado y comulgando Por Primera Vez.  De hecho, únicamente el Magistrado que sacó el 100% de los votos viene de litigar en las calles y el resto viene de la carrera judicial. Es decir, son Magistrados, que de una u otra forma, han formado parte de ese cuestionado Organismo Judicial que, no de ahorita sino desde hace varios períodos viene siendo un organismo corrupto, cooptado, manipulado, como lo dijera el propio Presidente de la Corte que entregará su cargo esta semana después de apenas 10 meses de haber ocupado el mismo trabajando en contra del resto de su supuesto equipo. Es decir, no lo digo yo, lo admiten los mismos administradores de justicia, que el Organismo Judicial amerita una profunda reforma, comenzando con una reforma constitucional o, como mínimo, una nueva forma de elegirlos.

Lo que podemos observar como ganancia es que no será una Corte Suprema de Justicia al servicio del estado, pero tampoco será una Corte Suprema de Justicia al servicio del Ministerio Público, es decir, de doña Consuelo, Curruchiche y demás cómplices, que no sólo han estado dejando en libertad a muchos culpables y manteniendo en prisión a muchos inocentes, sino estaban usando su poder en las cortes para mantener la persecución contra el actual estado, el equipo de gobierno y sus aliados, para insistir en sacar del poder al Señor Presidente y de ser posible a la vicepresidenta, o por lo menos a los principales miembros de su equipo. Un MP que insiste en el fraude electoral, que insiste en defenestrar a Semilla, en fin, un MP que mantiene la lucha, una lucha, que sabemos que es la pantalla para mantener protegidos a los del gobierno del pacto y probablemente algunos del anterior, culpables de tantos delitos y de tanta corrupción.

NO SE VALE que el Organismo Judicial continúe operando de esa manera, pero tampoco se vale que no reconozcamos que lo que se logró fue un éxito. En primer lugar, porque el Congreso, por cuarta vez, llegó a un gran acuerdo para sacar al país de una crisis, porque vaya si no era una crisis elegir a la Corte Suprema en estos momentos, con esa ley y con esas costumbres, que no reconozcamos que si bien en el Organismo Judicial no serán los probos, limpios, en esto que deseamos, pero tampoco estarán al servicio, por lo menos no total, y con descaro, de quienes quieren interrumpir nuestro sistema republicano basado en una democracia participativa, que vaya si no ha costado mantenerla desde el primer gobierno encabezado por el presidente Vinicio Cerezo.

YA ES HORA que reconozcamos que realmente necesitamos refundar el estado. Ya antes se dio una refundación, cuando se aprobó la nueva constitución. Lamentablemente, esos cambios han sido aprovechados por las grandes mafias, por el crimen organizado y, por supuesto, por los grandes financistas que están en los distintos gobiernos que hemos tenido y a quienes debemos de buscar la forma de detenerlos. Sin embargo, también es una Constitución que dejó las puertas abiertas para que a través de la legislación ordinaria se puedan llevar a cabo cambios profundos y de esa forma evitar que esto suceda. Dichos cambios sólo se pueden llevar a cabo con la participación ciudadana, con el Congreso de la República, que llegue a acuerdos y que responda a la presión popular que necesita una Guatemala diferente, no sólo en el Organismo Judicial sino en todas las estructuras del estado en donde tristemente no se sabe cuál está peor. Este tema vale para los magistrados y magistradas de Salas de Apelaciones que también fueron electos esa semana de la misma manera, pero esta vez, con una participación más activa más positiva y más exitosa de la bancada oficialista. Según las declaraciones de su propio jefe, Samuel Pérez, no es lo mejor de lo mejor, pero los avances son considerables y suficientes para dar una muestra de que cuando se quiere se puede. ¿Qué hacemos para que se quiera? No quitar el dedo que hace que se mantenga la presión y participar más activamente en el quehacer del estado, desde cualquier punto, sea tu trinchera.

Hoy un viva para la Corte de Constitucionalidad que con varias resoluciones hizo posible esto. Obligó al Congreso anterior a elegir a una nueva Corte para terminar en el período que manda la Constitución, obligó a las Comisiones de Postulación a cumplir con su plazo y al mismo Congreso. Y no le dio trámite a los últimos amparos que únicamente hubieran logrado que no se cumpliera con el plazo constitucional, pues aunque parezca mentira, solo eso ya es digno de celebrar.