TGW
Guatevision
DCA
Prensa Libre
Canal Antigua
La Hora
Sonora
Al Día
Emisoras Unidas
AGN
Tramo tradicional
La invitación es a salir de la esfera de comodidad al encuentro de la necesidad de otros, la cual, a veces, no es de dinero, sino de escucha, atención y valoración.
Enlace generado
Resumen Automático
Diciembre concentra valores, tradiciones, multiplicación de gestos nobles y emociones, todo motivado por la conmemoración de la llegada de Cristo al mundo. Es usual la expresión “fiestas de fin de año” para englobar todo este último tramo del año, caracterizado por la predominancia de luces nocturnas, luces artificiales, convivios, obsequios y poderosos simbolismos.
Para Guatemala, con su diversidad cultural, este último mes del año trae aromas, sabores y sonidos de un pasado siempre presente, aunque se esté fuera de las fronteras: el aroma del ponche, el tronar de la pólvora, las conversaciones durante la preparación de los tamales, la percusión de las posadas, las marchas festivas de los rezados de Concepción y Guadalupe. Son ocasiones dignas de ser revaloradas y vividas, pero son innegables los desafíos. Vivimos tiempos en los que la velocidad de la vida, el estrés social y el incesante fluir de opiniones, versiones e imágenes de redes sociales pone a prueba la capacidad de análisis y el sentido de propósito vital.
Se viene también un intenso ciclo comercial, que a su vez abre oportunidades de empleo y emprendimiento; en la economía nacional se inyectan miles de millones de quetzales más, debido al pago de aguinaldo y también a las remesas, que, según proyecciones recientes del Banco de Guatemala, tendrán un repunte adicional a lo ya registrado durante el año. Es una temporada de altas expectativas de ingreso en las empresas de todo tamaño, lo cual acicatea la competitividad.
Pero, de nuevo, el gran foco de atención debe estar en el ser y no solo en el tener. Existen numerosas fundaciones, asociaciones, iniciativas de responsabilidad empresarial, iglesias, grupos de vecinos y personas individuales que se trazan la meta de organizar actividades para niños en hogares, para ancianos recluidos en asilos, apoyo a comunidades en situación de pobreza. Hacer el bien está al alcance de la mano —y del libre albedrío— durante todo el año, pero es en esta temporada del año que adquiere un sentido aún más profundo y humano. Todo ello se integra con los valores subyacentes a las tradiciones populares de la época.
Por eso mismo, las tradiciones y la alegría no deben ser pretexto para extralimitarse. Prácticas como la quema del Diablo, el uso de pirotecnia excesivamente potente o el abuso de alcohol en las convivencias pueden convertirse en riesgos para la seguridad y la armonía social. Defender las costumbres implica también actualizar su sentido e implicaciones para el contexto. Las tradiciones están vivas cuando evolucionan, no cuando se imponen.
Este domingo arranca, según la liturgia católica, la temporada de Adviento, que invita a la preparación del corazón para potenciar la celebración espiritual. Por eso, las tradiciones y costumbres guatemaltecas deben apuntar a ser un punto de encuentro, no de tensión. Este es el tiempo perfecto p para practicar —y enseñar con el ejemplo— la empatía. Sobre todo porque diciembre llega cargado de alegría para muchísimas familias, pero para otras puede ser un duro momento de nostalgia, dolor o dificultad económica. La invitación es a salir de la esfera de comodidad al encuentro de la necesidad de otros, la cual, a veces, no es de dinero, sino de escucha, atención y valoración.