Protector solar: ¿protege o causa cáncer en la piel? Esto opinan los expertos

Protector solar: ¿protege o causa cáncer en la piel? Esto opinan los expertos

El protector solar se ha promovido como un producto clave en la prevención del cáncer de piel. Sin embargo, en redes sociales crece la polémica sobre sus efectos en la salud.

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12/08/2025 18:00
Fuente: Prensa Libre 

Expertos en salud recomiendan el uso diario de protector solar como una herramienta clave para prevenir el cáncer de piel, especialmente en personas expuestas directamente a los rayos solares. No obstante, en redes sociales han surgido campañas que afirman que este producto podría permanecer en la piel y provocar cáncer, además de afectar la absorción de vitamina D.

Para entender su funcionamiento, especialistas explican que el cáncer de piel se debe principalmente a la exposición solar, aunque también influyen factores genéticos. La dermatóloga Miriam Yak señala que, cuando existe predisposición, la radiación puede precipitar la aparición de una lesión cancerosa.

Las áreas más sensibles y expuestas a los rayos solares son la región temporal —que incluye pómulos, ala nasal, orejas— y el dorso de las manos, por lo que deben protegerse especialmente.

Por su parte, la dermatóloga Eva Oliva indica que estudios recientes revelan que la luz artificial —como la emitida por pantallas y focos— también puede causar manchas y problemas de pigmentación en la piel. Aunque no se ha demostrado que provoque cáncer, recomienda protegerse para prevenir la aparición de dichas manchas.

Ante la necesidad de protección, los protectores solares se han convertido en un producto popular que ha evolucionado con el tiempo. Expertos consultados por Prensa Libre detallan sus ventajas, desventajas y explican el dilema que circula en redes sociales.

¿El protector solar provoca cáncer de piel?

El uso de protector solar se ha promovido en las últimas décadas como una medida eficaz para prevenir el cáncer de piel y el envejecimiento cutáneo. La doctora Miriam Yak destaca que no existe evidencia científica de que este producto cause dicha enfermedad, ya que sus componentes ayudan a proteger la piel del daño solar.

Yak explica que existen tres tipos de radiación ultravioleta: A, B y C. Los protectores solares están diseñados para bloquear principalmente las radiaciones A y B, responsables de manchas, quemaduras y lesiones que pueden aumentar el riesgo de cáncer de piel.

Andrea Crasborn, jefa de residentes de Medicina Interna del IGSS, señala que la mayoría de los ingredientes aprobados en los protectores solares son seguros, ya que los productos disponibles en el mercado han sido evaluados y no representan riesgo para la piel.

Por su parte, la doctora Eva Oliva, docente de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Rafael Landívar, afirma que no hay evidencia de que dichos filtros provoquen cáncer. No obstante, destaca que es importante identificar qué componentes contienen y si están aprobados por la FDA.

Actualmente, existen dos tipos principales de filtros: los químicos y las pantallas minerales. Estas últimas no presentan riesgos conocidos ni evidencia de que provoquen cáncer.

La médica docente resalta que algunos filtros químicos, como la oxibenzona, han sido objeto de controversia. Sin embargo, no hay pruebas concluyentes que demuestren que causen cáncer en humanos. “Las autoridades de salud revisan constantemente estos ingredientes para garantizar su seguridad”, afirma.

Oliva detalla que, en el pasado, ciertos protectores solares incluían compuestos como las benzofenonas, asociados a reacciones cutáneas como dermatitis por contacto, alergias o fotosensibilidad. No obstante, estos ingredientes no fueron aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y no se ha demostrado su relación con el cáncer de piel.

¿Qué dicen los estudios?

La doctora Maureen Barahona, dermatóloga y cirujana dermatooncóloga, reafirma que no existe evidencia médica que vincule el uso de protector solar con el cáncer.

Barahona cita estudios internacionales como Daily Sunscreen Use and the Risk of Skin Cancer, el cual concluye que el uso diario de protector disminuye la aparición de queratosis actínicas, lesiones precancerosas que pueden derivar en carcinoma espinocelular, un tipo de cáncer de piel moderadamente agresivo.

También menciona la publicación Sunscreen in Dermatology: Current Evidence and Controversies, que resalta la eficacia del protector solar en la reducción del riesgo de carcinomas basocelular y espinocelular, desmintiendo así campañas de desprestigio hacia estos productos.

Según la experta, los estudios médicos que han evaluado los protectores solares destacan que el uso continuo reduce el riesgo de carcinoma espinocelular y melanoma, lo que refuta los señalamientos que circulan en redes sociales.

¿Qué componentes podrían dañar la piel?

Barahona explica que algunos ingredientes fueron retirados del mercado por provocar reacciones adversas y carecer de evidencia suficiente sobre su seguridad. Entre ellos se encuentran el ácido paraaminobenzoico (PABA) y el trolamina salicilato. Aunque no se les ha relacionado con el cáncer, sí causaron otras reacciones cutáneas.

Señala que otros ingredientes como la oxibenzona y el homosalato generaron preocupación debido a estudios que han demostrado su absorción sistémica y su posible actividad como disruptores endocrinos, aunque sin evidencia concluyente de que sean cancerígenos en humanos.

Asimismo, menciona el compuesto 4-MBC (enzacameno), prohibido en la Unión Europea desde 2024 por su potencial efecto como disruptor endocrino. Aunque estos ingredientes no están asociados al cáncer, su relación con alteraciones hormonales motivó su retirada del mercado.

Según la FDA, solo el óxido de zinc y el dióxido de titanio están clasificados como GRASE (Generalmente Reconocidos como Seguros y Eficaces). Estos filtros solares físicos, ampliamente utilizados, no tienen asociación con el cáncer ni con la disrupción endócrina, por lo que se consideran seguros para el uso humano.

Oliva destaca que algunos compuestos, regulados por la FDA y otras organizaciones, han quedado en desuso tras asociarse a daños en la piel, sin evidencia de que causen cáncer.

Se recomienda aplicar el protector solar cada cuatro horas, incluso en interiores, para proteger la piel de la radiación ultravioleta y la luz azul. Foto Prensa Libre: Shutterstock)

El daño solar se acumula: así puede surgir el cáncer de piel

Oliva explica que algunas células de la piel tienen un “número de vida” limitado frente a la exposición solar. Cada quemadura ocasiona una alteración en su estructura, lo que obliga al organismo a regenerarlas para mantener tejido sano.

Con el paso del tiempo, este proceso de regeneración se vuelve más lento. En consecuencia, una exposición constante al sol puede impedir que la piel se recupere por completo y, en lugar de eliminar las células dañadas, estas comienzan a multiplicarse de forma anormal: ahí puede iniciarse el cáncer de piel.

El protector solar previene esas quemaduras, reduce el daño acumulativo y, por tanto, los cambios celulares que pueden derivar en cáncer con el tiempo, resalta Oliva.

¿Cómo actúa el protector solar en la piel para prevenir el cáncer?

Crasborn destaca que el protector solar funciona como un escudo: impide que los rayos ultravioleta penetren directamente en la piel.

  • Los filtros físicos rebotan la radiación.
  • Los filtros químicos la absorben y neutralizan.

Así evitan que los rayos dañen el ADN celular.

¿Cuándo y cómo elegir el protector solar adecuado?

Yak recomienda iniciar el uso de protector solar a partir de los 2 años. En ese rango, de 2 a 13 años, la piel no presenta características grasas, por lo que deben utilizarse fórmulas suaves que no causen irritación.

A partir de los 13 años, la elección debe hacerse según el tipo de piel: grasa, mixta o seca, y considerar condiciones como la rosácea o el melasma.

Se recomienda optar por protectores de marcas reconocidas y testeados dermatológicamente, en lugar de productos sin respaldo clínico.

Yak aclara un error común: “Muchas personas creen que al usar un protector con FPS 100 o 110 están completamente protegidas, pero eso no es cierto”. El nivel eficaz de protección se alcanza con productos que indiquen FPS 30+ o 50+, considerado el rango óptimo.

Además del protector, se aconseja el uso de gafas, sombreros, gorras y prendas con filtro UV, así como evitar la exposición solar entre las 10 y las 16 horas.

Factores para elegir el protector solar adecuado

  • SPF de 30 o más.
  • Que indique “amplio espectro” (protección UVA y UVB).
  • Según tipo de piel:
    • Sensible → filtro físico/mineral
    • Grasa → gel o fórmula “oil-free”
    • Seca → crema hidratante con protector
  • Resistente al agua si harás ejercicio o natación

Mitos sobre el uso del protector solar

  1. Todos los cánceres de piel se deben al sol: Oliva aclara que no todos los tipos de cáncer de piel están relacionados con el sol. Existen formas menos comunes —como el melanoma, los sarcomas y los linfomas cutáneos— que pueden tener origen genético.
  2. El protector impide la producción de vitamina D: En teoría, podría reducirla. Sin embargo, la mayoría de las personas no aplica el protector en cantidad suficiente ni de forma perfecta, por lo que la síntesis de vitamina D continúa.
  3. No sirve en días nublados: Falso, debido a que las nubes pueden dejar pasar hasta el 80% de la radiación UV.
  4. Causa cáncer por sus componentes químicos: No hay evidencia científica que respalde esta afirmación.
  5. Solo es necesario en la playa: Falso, ya que la radiación solar afecta en cualquier entorno.

¿Cuál es la diferencia entre protector solar físico y químico?

Barahona explica que existen dos tipos principales de filtros: los físicos (minerales) y los químicos (orgánicos).

  • Filtros físicos: contienen óxido de zinc o dióxido de titanio. Reflejan y dispersan la radiación UV. Son recomendados para piel sensible.
  • Filtros químicos: absorben la radiación y la transforman en calor. Tienen textura más ligera y se absorben con facilidad.

Ambos cumplen su función protectora. La efectividad depende de su correcta aplicación y reaplicación.

Barahona subraya que no son 100% eficaces por sí solos: deben complementarse con otras medidas físicas como sombrero de ala ancha, sombrilla de doble capa, camisas de manga larga y prendas con protección UV (UPF 50).