Desde 2020, se han incrementado las amenazas de inundación en la aldea Los Quíneles, en el municipio de Puerto Barrios. Además, el informe destaca el aumento de aguas fuera de su cauce en otro poblado de Izabal: El Rico, en el municipio de Los Amates, así como los riesgos en los sectores cercanos a la bocabarra del río. Estos son parte de los hallazgos del estudio Aplicación de tecnología espacial radar para detectar zonas de riesgo a inundaciones por efectos de la variabilidad climática en la cuenca baja del río Motagua, Izabal, elaborado por Fonacyt con apoyo de Euroclima.

El estudio subraya que, gracias al análisis de los datos, se logran observar efectos ambientales como el arrastre de basura y desechos sólidos provenientes del río Motagua, a consecuencia de las fuertes lluvias e inundaciones.

Melvyn Teni, representante para Centroamérica del Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos (CISP), explica que desde hace 18 meses se inició el proyecto para la creación de un centro de monitoreo en las áreas cercanas al río Motagua. Para dicho centro fueron necesarios €20 mil, (unos Q175 mil) que incluyeron equipos, asistencia técnica e insumos.

Según el estudio, las inundaciones en la cuenca baja del río Motagua causan daños en las riberas y en las costas, además de afectar la infraestructura, el sector agrícola y la salud de los habitantes. El informe indica que, dentro del departamento de Izabal, en el área del valle del río Motagua, se observan efectos debido a las lluvias de temporada, los cuales se agravan con eventos extremos como depresiones, tormentas tropicales y huracanes. Estas áreas presentan saturación de suelos y condiciones de mal drenaje.

A raíz del monitoreo, también se espera impactar la parte baja del río Motagua, especialmente en la conservación y el manejo de sus recursos. Murielle Gurtner, directora del programa de Euroclima Biodiversidad y Ecosistemas, señala que el centro de monitoreo es relevante para conocer el estado de conservación de los recursos naturales, así como la contaminación que se presenta en la cuenca.

Inundaciones y sus efectos

Cada año, el informe asegura que Izabal presenta inundaciones, primordialmente en comunidades cercanas a riberas y la bocabarra del río Motagua. Alrededor de dicho río, hay un área inundada de 29 mil 470 hectáreas, sentencia el estudio. Entre los efectos destacados, está el deterioro de infraestructura, salud, agricultura y el arrastre de desechos sólidos y basura provenientes del río.

Asimismo, se menciona que el municipio de Los Amates presenta una alta escorrentía —niveles de agua que se desbordan del cauce de un río—, la cual afecta toda la cuenca baja del río Motagua, generando amenaza y vulnerabilidad en caso de tormentas o huracanes.

Según el estudio, se establecieron 19 puntos de control en regiones de El Quetzalito, la Bocabarra del río, Los Quíneles, Las Vegas, Tenedores, Puente/Frontera, La Palmilla, Morales, Jimercitos, Champas Corrientes, Cacao y Chachagualía.

De esta forma, el informe determinó que en las áreas de la cuenca baja del río Motagua existe una variabilidad climática que impacta de manera directa, generando eventos extremos como huracanes y aumentando la frecuencia e intensidad de las lluvias, lo que provoca el crecimiento de ríos y el incremento de la humedad en el suelo. Estos factores, junto con la subida del nivel del mar, hacen que las regiones de la cuenca baja del Motagua sean más vulnerables a inundaciones.

Necesidad de gobernanza

El estudio destaca la importancia de la gobernanza en áreas propensas a inundaciones, como la cuenca baja del río Motagua:“La toma de decisiones informadas es crucial para garantizar que las medidas adoptadas para mitigar y adaptarse a los efectos de la variabilidad climática”.

Además, el informe señala que es necesaria la participación de múltiples actores en la gobernanza para asegurar que las decisiones reflejen los intereses y necesidades de las comunidades vulnerables.

Asimismo, menciona que dicha investigación permite la integración de conocimientos locales y técnicos, lo que puede apoyar el análisis de riesgos y mejorar la capacidad de respuesta de los sectores ante desastres.

“Un enfoque colaborativo en la gobernanza promueve la responsabilidad compartida y la implementación de soluciones más efectivas y sostenibles”, señala el estudio, que agrega que, a partir de una gobernanza conjunta, será posible enfrentar los desafíos de las zonas inundables y otros problemas ambientales.

Un nuevo centro de datos

El centro de datos, según Melvyn Teni, fue realizado en conjunto con la Universidad de San Carlos, que cuenta con instalaciones en el sector.

A partir de los fondos otorgados por Euroclima, se montó una sala de monitoreo y se capacitó a los investigadores de la universidad en el uso del sistema satelital Copernicus para monitorear las aguas y el avistamiento de especies en peligro de extinción. Según Teni, el centro de control se utiliza para supervisar el deterioro y el mantenimiento de las coberturas forestales cercanas al río Motagua.

“Al inicio era para monitorear biodiversidad y el crecimiento de sistemas agropastoriles que se han establecido en la zona. Ahora, a la universidad le están pidiendo que genere otro tipo de información, por ejemplo, sobre zonas susceptibles a inundación para saber dónde sembrar y establecer cultivos”, explicó Teni.

De acuerdo con Gurtner, el proyecto ya se encuentra activo realizando labores de monitoreo. Por su parte, María Emma Orejudo señaló que uno de los puntos principales para el desarrollo de una hoja de ruta es contar con un diagnóstico actualizado sobre el estado actual del río.