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Caspa nerviosa: qué es y cómo se trata
El estrés puede provocar problemas de caspa que irritan el cuero cabelludo. Aunque suele desaparecer con productos especiales, es importante poner en práctica técnicas de relajación.
El cuerpo de cada persona reacciona de diferente manera al estrés. Cuando estamos en situaciones tensas, nuestro cuerpo se siente rígido y en alerta, lo que puede provocar dolor de cabeza, malestar estomacal y hasta caspa, según los expertos.
La caspa es una afección común que hace que la piel del cuero cabelludo se descame, se lee en el portal de Mayo Clinic. Esta afección no es contagiosa ni grave, sin embargo, puede ser difícil de tratar.
“Se conoce como Pityriasis capitis, nombre científico de la caspa, a la descamación excesiva del cuero cabelludo que provoca que pequeños restos de piel seca, en su mayoría de color blanco, se desprendan”, explica Claudia Gutiérrez, dermatóloga. Estos suelen quedar en el cabello o caer a los hombros, lo que los hace más visibles.
La caspa recibe el término Pityriasis, debido a que en ella van las esporas de Pitirosporum ovale, un hongo del cuero cabelludo que es muy común y que suele provocar picazón y aspecto grasoso en el cabello.
Tipos de caspa
Los tipos de caspa más comunes son dos:
- Pitiriasis simple (o caspa seca): es la más visible, ya que provoca la descamación del cuero cabelludo. Provoca pequeños copos blancos de piel, que se desprenden muy fácil. Ante este tipo de caspa, el cabello suele verse áspero y seco.
- Pitiriasis esteatoide (o caspa grasa): este tipo de caspa se caracteriza por provocar unos copos de piel más gruesos, que tienen un aspecto amarillento, grasoso y pegajoso. Incluso, su adherencia al cuero cabelludo y al cabello es mayor. Suelen aparecer, sobre todo, en la zona frontal de la cabeza y en la nuca, áreas en donde se produce más grasa.
¿El estrés provoca caspa?
“Son varios los factores que influyen en la aparición de la caspa, por ejemplo, la piel irritada y grasosa, la piel seca, sensibilidad a los productos para el cuidado del cabello y hongos, entre otros. El estrés también puede influir en su aparición”, comenta Gustavo Quinteros, dermatólogo.
Recordemos que una de las maneras más comunes en que se refleja el estrés es en nuestra piel, provocando acné, resequedad, erupciones cutáneas o exceso de grasa. Aunque estos son signos que se visibilizan más en nuestro rostro, también ocurren en el cuero cabelludo.

El estrés puede hacer que la barrera cutánea del cuero cabelludo se vea comprometida y se irrite, lo que puede provocar picazón, ardor y sequedad. Además, que el hongo común que vive en esta área sufra un desequilibrio y comience la aparición de la caspa.
De acuerdo con los expertos, además del estrés, influye en la aparición de la caspa dejar de lavar el pelo por largos periodos, acumulación de productos, sudor, irritación por quemaduras por el sol, entre otros.
“La caspa provocada por estrés provoca descamación excesiva del cuero cabelludo, picor intenso, enrojecimiento e inflamación del área, y algunas veces ardor”, añade Quinteros.
Cómo tratar la caspa nerviosa
Para combatir la caspa nerviosa se debe, primero, tratar el problema principal: el estrés. Para ello, se recomienda técnicas de relajación como el mindfulness, yoga o ejercicios de respiración que ayuden a que la mente se concentre en el presente.
También es útil practicar ejercicio, algún deporte que sea de su agrado y salir a distraerse. Tomar el descanso adecuado y una alimentación balanceada, son factores que ayudan a que los niveles de estrés disminuyan.
Además, es importante utilizar un champú anticaspa, que sea suave y ayude a reducir la grasa. Se recomienda lavar el cabello todos los días con este producto, hasta que haya desaparecido el problema.
En caso de que la caspa no desaparezca en cuatro o seis semanas, lo recomendable es cambiar de productos. Si el champú y las técnicas de relajación no son la solución del problema, entonces, se debe acudir a un dermatólogo.