El presidente de EE. UU., Donald Trump, dijo este viernes que su ahora exaliado, Elon Musk, “perdió la cabeza” y que aunque el magnate tecnológico quiere conversar con él después de su ruptura pública este jueves, el mandatario no está “particularmente” interesado en entablar un diálogo.

Estas afirmaciones se producen un día después de un agrio intercambio en redes sociales que incluyó amenazas de Trump con suspender los contratos millonarios de Musk con el Gobierno y acusaciones del sudafricano de que el presidente no hubiera ganado las elecciones del 2024 sin su apoyo.

El encontronazo comenzó el jueves al mediodía con palabras del presidente ante las críticas del hombre más rico del mundo al plan fiscal y presupuestario impulsado por el republicano, que según estimaciones aumentará en más de US$2 billones la deuda pública del país.

Según el magnate, esto “socava” su labor para recortar el despilfarro en el Gobierno federal al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge), del que se despidió formalmente la semana pasada.

Musk llegó a afirmar que Trump figuraba en los archivos del pederasta Jeffrey Epstein, los cuales supuestamente incluyen los nombres de sus cómplices, en una nueva escalada del enfrentamiento público.

El mandatario, a su vez, aseguró que Musk se había vuelto “loco” y continuó defendiendo su “gran y hermoso proyecto de ley”, ahora a discusión en el Senado.

¿Cómo afectará esta ruptura?

El mandatario indicó este viernes que Musk quiere hablar con él,pero que de momento “no está particularmente” en cerrar la brecha abierta entre ambos.

Un funcionario de la administración dijo que Trump estaría considerando regalar o incluso vender el Tesla que compró durante el evento inédito que organizó en la Casa Blanca en marzo para apoyar a la empresa de vehículos eléctricos del magnate en medio de ataques a concesionarios y estaciones de carga, junto a caídas en los ingresos y la bolsa.

Lo que viene ahora es un tanto confuso e incierto, pero habrá efectos en varios campos. En primer término, según analistas, el enfrentamiento envía un mensaje a escala geopolítica de un cisma, y a la vez un debilitamiento del gobierno de EE. UU.

En el campo de la ciencia, Musk, el magnate y consejero delegado de la aeroespacial SpaceX, anunció ayer que dará de baja a la nave Dragon, usada por Estados Unidos para transportar material y personas a la Estación Espacial Internacional (EEI), en medio de su ruptura visceral.

Washington depende enteramente de la nave Dragon para transportar personal y objetos hacia la EEI. Más recientemente, en marzo de este año, EE. UU. utilizó esta cápsula para traer de vuelta a los astronautas de la Nasa Butch Wilmore y Suni Williams después de que estos pasaran meses sin poder regresar a la Tierra.

“¿Qué pasa cuando el hombre más rico del mundo y el político más poderoso del planeta se enfrentan?”, se preguntaba este viernes el diario británico BBC.

A escala política interna, uno de los efectos inmediatos, según la cadena, es que a los republicanos en el Congreso les será más difícil mantener el apoyo a los planes del presidente republicano. Musk proporcionaba “apoyo retórico, y quizás financiero, a quienes rompan filas”.

Respecto del flamante Doge, el departamento que Musk dirigía y con el que hizo miles de recortes a aparatos del Estado, Trump aseguró que “la manera más fácil de ahorrar dinero en nuestro presupuesto, miles y miles de millones de dólares, es terminar con los subsidios y contratos gubernamentales de Elon”, según BBC.

Sin embargo, Musk también podría accionar de muchas formas contra el gobierno de Trump, incluido el apoyo financiero a rivales demócratas del presidente; más aún, de cara a las elecciones primarias del próximo año.

El magnate, también dueño de Twitter, lanzó una desafiante frase, destacada por la BBC: “A Trump le quedan tres años y medio como presidente, pero yo estaré aquí más de 40 años”.

*Con información de EFE y AFP.