Irredento enfrentismo

Irredento enfrentismo

Unos comentaristas de internet envenenan la convivencia.
14/03/2025 00:01
Fuente: Prensa Libre 

El enfrentamiento armado fue un período álgido. Renovar el deseo de agresión o revanchismo es de malhechores. El deseo de paz ha sido un anhelo genuino compartido por los ciudadanos. La liquidación de los asuntos pendientes, en especial castigar los crímenes de lesa humanidad, es una tarea azarosa y no deja a todos satisfechos. Pero la agitación contra la paz es de malévolos. En canales de internet y comentaristas en plataformas de videos cortos que no duran más de 10 minutos se ofrecen declaraciones contra la paz, por personas cuya edad muestra no haber vivido los lances políticos de aquellos años.


Lo insólito consiste en convertirlo en una adición cuando se crítica al gobierno. Señalamientos de carencias en la conducción pública sobran: tales como los continuos viajes, la falta de concreción del plan de la administración y el endeudamiento creciente sin destino hacia proyectos concretos. Las comunicaciones son un desastre: obras a medio construir, falta de puertos marítimos, paralización de proyectos de carreteras, diversificación rococó de los medios de transporte alternativo. Se mencionan estas obras porque son las dinamizadoras del mercado, permitiendo a la producción alcanzar a los consumidores. Igual, se puede ir por cada uno de los ministerios y secretarías para observar una administración pública paralizada, con una burocracia ineficaz y dispendiosa. Tal expediente es la especialidad de un diputado de oposición para excusar su falta de propuesta. A veces, la negatividad produce más votos que exponer proyectos de desarrollo. Las sugerencias de realizaciones futuras, que por definición no existen, admiten la crítica anticipada de sabihondos profetas del estrago. Sin embargo, con tantos temas, se dedican a la agitación por existir un juicio contra unos pocos militares.

El fortalecimiento de la paz necesita de la aceptación tolerante de las decisiones democráticas.


Proyectos al futuro existen. Pero, vuelta a supuestos héroes de guerra, insultos a los revolucionarios, como si fuera un asunto vital para el futuro. Se busca confundir y envenenar la conciencia social. Lo peor es el llamado a producir daños localizados contra familiares y sobrevivientes. Afortunadamente, se dejó de utilizar el ataque de pandillas para esconder represalias. Pero nada quita, retornen los allanamientos de casa, robo de vehículos y lesiones en asaltos, dadas las crecientes condiciones desastrosas de la seguridad pública.


La segunda mitad del siglo XX necesita mayor esclarecimiento, pues no deben esconderse excesos. Es risible afirmar una lucha por la Constitución. No había libertad política y las elecciones eran fraudulentas, donde ya estaba escogido un general ganador. La lucha contra la impunidad implica procesos y respeto a la justicia. Es un reprobable omiso no juzgar crímenes contra la humanidad, de cualquiera de los bandos. ¿Por qué discutir emocionalmente un hecho donde se amerita crítica histórica y la resolución de los señalamientos penales en tribunales imparciales? Habrá criterios opuestos en la evaluación, pero deben basarse en hechos y elaboración bajo libre adscripción ética, no en mensajes cortos mendaces donde se llama al desquite contra viejas posiciones sin expresión sociopolítica actual.


En 1996 se firmó la conclusión del enfrentamiento armado interno en los Acuerdos de Paz. ¡Son 30 años! Solo necios pueden insistir con alegatos cortos y ultrajes, lanzar mensajes contra la paz y llamar a la venganza. Si alguien tenía 30 años en ese entonces, ahora tiene 60; sin embargo, desea envenenar a los jóvenes para que no podamos vivir en paz. Parafraseando a Pink Floyd: ¡Hey, influenceros!, dejad a la gente en paz.