Muere uno de los niños rescatados en cueva en Tailandia en 2018
Duangphet Phromthep, uno de los 12 niños rescatados de una cueva de Tailandia que se…
Duangphet Phromthep, uno de los 12 niños rescatados de una cueva de Tailandia que se inundó en 2018 y atrajo la atención mundial, murió en el Reino Unido, anunciaron funcionarios británicos y tailandeses.
Phromthep, que estaba inscrito en una academia de fútbol en Leicestershire, Inglaterra, murió después de ser trasladado de urgencia al hospital este domingo, dijo la policía de Leicestershire en un comunicado a CNN.
El gobierno tailandés dijo en Facebook que Phromthep, de 17 años, murió debido a un accidente, sin proporcionar más detalles.
“La atmósfera en su casa en la provincia de Chiang Rai estaba llena de tristeza”, decía la declaración de PR Tailandia.
Zico Foundation, una organización tailandesa sin fines de lucro que había ayudado a Phromthep a estudiar en el Reino Unido a través de una beca de fútbol, escribió en Facebook junto a una foto del niño: “Zico Foundation quisiera expresar nuestro pesar por el fallecimiento de Dom Duangpet Phromthep, un estudiante becado de la Fundación Zico”.
CNN contactó a The Brooke House College Football Academy, donde Phromthep se inscribió con una beca de fútbol. La Academia dijo que publicaría un comunicado.
Un rescate audaz
Phromthep era el capitán del equipo de fútbol juvenil Wild Boars que fue rescatados después de estar atrapados durante más de dos semanas en una red de cuevas inundadas en la provincia de Chiang Rai, en el norte de Tailandia, en el verano de 2018.
Los 12 niños y su entrenador quedaron atrapados cuando el agua de la inundación los dejó encerrados en lo profundo de la cueva provocando lo que se convirtió en un esfuerzo de rescate internacional de casi tres semanas.
Los buzos involucrados en el rescate describieron condiciones como traicioneras, con aguas poco profundas que se mueven rápidamente atravesando pasajes muy angostos.
En una complicada operación final de tres días, los niños se dividieron en grupos de cuatro y se les proporcionaron trajes de neopreno de cinco milímetros de grosor, máscaras faciales completas y aire comprimido.
Cada niño fue sacado por dos buzos, quienes cargaron sus tanques de oxígeno y los guiaron a través de túneles turbios. Cada rescate tomó varias horas, y gran parte del tiempo fue bajo el agua.
La parte más peligrosa fue el primer kilómetro, durante el cual los buzos y los niños debían pasar a través de un estrecho canal inundado.