Conductores explosivos: agresividad en el tránsito espejo de la salud mental, psicóloga explica

Conductores explosivos: agresividad en el tránsito espejo de la salud mental, psicóloga explica

En Guatemala, las peleas entre conductores en plena vía pública se han vuelto una escena común. Golpes, insultos y amenazas forman parte del panorama diario, especialmente en la capital, donde el caos vehicular es parte del día a día. Pero, ¿qué hay detrás de estas explosiones de furia? Expertos advierten que este fenómeno va más […]

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28/06/2025 05:00
Fuente: La Hora 

En Guatemala, las peleas entre conductores en plena vía pública se han vuelto una escena común. Golpes, insultos y amenazas forman parte del panorama diario, especialmente en la capital, donde el caos vehicular es parte del día a día. Pero, ¿qué hay detrás de estas explosiones de furia?

Expertos advierten que este fenómeno va más allá de simples malos ratos al volante: es un síntoma preocupante del deterioro de la salud mental colectiva, conducta humana, y la convivencia en sociedad.

De acuerdo con la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), el país tiene más de seis millones de vehículos registrados, con predominancia de motocicletas. Solo en la capital circulan más de 1.2 millones de vehículos al día, lo que provoca embotellamientos, retrasos y una tensión constante.

Factores como calles en mal estado, lluvias, falta de señalización y una débil infraestructura vial incrementan el nivel de estrés, llevando a muchos conductores a actuar con agresividad.

¿QUIÉNES SON LOS CONDUCTORES VIOLENTOS?

Según la psicóloga y Directora de HUMANENREACH, Coralia Peña, el perfil de estos individuos, suele tener varios rasgos presentes tales como:

  • Impulsividad: reaccionan de forma rápida y sin medir consecuencias. Su tolerancia a la frustración es muy baja.
  • Frustración acumulada: muchas veces, no es el tráfico el problema real, sino un cúmulo de tensiones laborales, familiares o económicas.
  • Ansiedad: desarrollan hipervigilancia, sensación de amenaza constante y una necesidad de “defenderse” incluso ante provocaciones menores.
  • Trastornos de personalidad: en casos más graves, pueden presentar rasgos del trastorno límite (emociones intensas e inestables) o antisocial (falta de empatía y conducta agresiva deliberada).

La experta subraya que personas con rasgos narcisistas, antisociales o límite son más propensas a la violencia vial y requieren atención terapéutica especializada. «Es importante que la persona ya observó que su conducta está irreconocible por el estrés, busque ayuda psicológica», agrega.

CASOS CADA VEZ MÁS FRECUENTES

Las redes sociales se han convertido en un registro constante de peleas entre automovilistas. Algunos incidentes incluso involucran a agentes de tránsito, quienes han sido agredidos o han sufrido daños a su equipo de trabajo.

Muchos de estos incidentes son captados por cámaras de seguridad o celulares y rápidamente se vuelven virales. Para Peña, la sociedad no prioriza el descanso ni la salud emocional. Las jornadas laborales, la falta de sueño y el estrés crónico hacen al cerebro más reactivo e irritable.

Según Amílcar Montejo, vocero de la Policía Municipal de Tránsito (PMT), en lo que va del año se han registrado al menos cinco casos de agresiones contra agentes, incluyendo la destrucción o daño de su equipo. Ante esto, asegura que los oficiales cuentan con respaldo legal para hacer cumplir los protocolos y procedimientos establecidos.

Pese a que los agentes de la PMT tiene una preparación física de defensa personal, hacen uso del protocolo ante situaciones de riesgo y vulnerabilidad, logrando evitar roses o problema en la vía pública.

Ante estas situaciones, Peña insiste en que se necesitan campañas públicas que promuevan el descanso adecuado, el autocuidado y la atención a la salud mental. También propone campañas mediáticas que promuevan la empatía, la autorregulación y la no violencia.

Además, sugiere que las autoridades deberían incluir educación emocional desde la escuela primaria y capacitar a policías, agentes de tránsito y funcionarios públicos en inteligencia emocional y resolución de conflictos.

VIDEO: Conductor agrede a agente de la PMT de Villa Nueva durante operativo de revisión

PSICOLOGÍA DEL ESPECTADOR

El fenómeno del “efecto espectador” explica por qué quienes presencian una pelea prefieren grabar antes que intervenir.

La experta detalla que las personas que no intervienen creen que alguien más lo hará, o no actúan por miedo. También influye la desensibilización, ver tanta violencia en redes o medios genera menos impacto emocional.

Adicionalmente, está el deseo de validación, quien graba y publica el video siente que “hizo algo” o busca atención en redes sociales, asegura Peña

«Intervenir puede ser riesgoso, entonces preferimos observar pasivamente», detalla.

Para la psicóloga, actualmente ver la terapia como “solo para locos”, es un estigma que sostiene por varias razones, como: cultura del silencio emocional, mitos heredados, Falta de educación emocional y miedo al autoconocimiento

RECOMENDACIONES

El tránsito se ha convertido en un espejo de la salud emocional del país. La falta de educación vial, sumada a un sistema que no prioriza el bienestar emocional de la población, contribuye a que los conductores actúen de forma impulsiva.

Peña comparte algunas recomendaciones básicas para evitar reacciones violentas y evitar un conflicto en el tráfico:

  • Respirar profundo y lento: oxigena el cerebro y calma el sistema nervioso.
  • Reconocer el pensamiento automático: cambiar ideas como «Me quieren pasar, me faltan el respeto» a: “No es personal, tal vez tiene prisa”.
  • Usar anclajes emocionales: música relajante, aromas o frases que devuelvan el control.
  • Pausar antes de reaccionar: esperar 3 a 5 segundos antes de reaccionar puede marcar la diferencia.
  • Visualizar el objetivo: recordar que lo importante es llegar con bien, no “ganar” una discusión.
  • Entrenar la inteligencia emocional: aprender a reconocer y canalizar las emociones de forma saludable.

La violencia vial no solo pone en riesgo vidas, sino que evidencia una herida emocional que Guatemala no ha querido enfrentar de lleno. Cada pelea en el tráfico es una señal de alerta.