¿Las cárceles de El Salvador pueden recibir a los deportados de Trump?

¿Las cárceles de El Salvador pueden recibir a los deportados de Trump?

El presidente Nayib Bukele se ha ofrecido a encarcelar a los delincuentes deportados de Estados Unidos. Sus prisiones han hecho saltar las alarmas sobre abusos contra los derechos humanos.
05/02/2025 19:38
Fuente: Prensa Libre 
política

¿Las cárceles de El Salvador pueden recibir a los deportados de Trump?

El presidente Nayib Bukele se ha ofrecido a encarcelar a los delincuentes deportados de Estados Unidos. Sus prisiones han hecho saltar las alarmas sobre abusos contra los derechos humanos.

La megacárcel fue un ofrecimiento de la campaña de Bukele. (Foto: EFE/Presidencia de El Salvador)

La megacárcel fue un ofrecimiento de la campaña de Bukele. (Foto: EFE/Presidencia de El Salvador)

Un día después de que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ofreció encarcelar a delincuentes convictos procedentes de Estados Unidos, incluidos ciudadanos estadounidenses, la pregunta de si tal plan podría realmente aceptarse y aplicarse seguía sin respuesta.

El secretario de Estado Marco Rubio, quien hizo escala en El Salvador durante su visita a Centroamérica esta semana, dijo el martes que el gobierno de Trump tendría que “estudiar” la oferta de Bukele de encarcelar a convictos de Estados Unidos, a cambio de un pago. “Pero es una oferta muy generosa”, dijo.

El propio Rubio dijo que no estaba claro si Estados Unidos podía enviar legalmente a convictos, incluidos estadounidenses, a una prisión extranjera.

Pero la propuesta ha concentrado la atención en las prisiones que Bukele ha utilizado en los últimos años para debilitar a las pandillas que anteriormente operaban a sus anchas por El Salvador. Se han convertido en símbolos de su fuerza y popularidad, incluso con Trump. Esto a pesar de que los grupos de derechos humanos dicen que las prisiones extremadamente superpobladas son jaulas de retención para decenas de miles de personas acorraladas en detenciones que han atrapado a inocentes.

Los analistas afirman que es poco probable que un plan como este se sostenga en los tribunales, especialmente si afecta a ciudadanos estadounidenses. Pero independientemente de si la propuesta de Bukele es aceptada, los analistas dijeron que sirve como una manera en que los gobiernos de ambos países transmitan una visión compartida de mano dura contra quienes violan la ley.“El anuncio es una victoria de relaciones públicas”, dijo Gustavo Flores-Macías, profesor de Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad de Cornell, especializado en América Latina. Permite a Bukele demostrar que está totalmente a favor de Trump, y refuerza al gobierno de Estados Unidos, “que está buscando disuadir la migración indocumentada, aumentando el riesgo si es aprehendido”.

Sin embargo, sean cuales sean sus posibilidades de llevarse a la práctica, el anuncio de Bukele suscitó de inmediato la preocupación de grupos de derechos humanos de Estados Unidos y otros países, que advirtieron de que la cruzada antipandillas del gobierno de Bukele se ha hecho a expensas de los derechos humanos.

“Si bien la amenaza ya no son las maras, sí se instauró un sistema de terror y de represión en el país”, dijo Ana María Méndez Dardón, directora para Centroamérica de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos, una organización de derechos humanos sin fines de lucro.

En una comparecencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en julio de 2024, Alexandra Hill Tinoco, ministra de Asuntos Exteriores de El Salvador, dijo que el país “cumple con todos los estándares” sobre presos y añadió que los informes sobre violaciones de derechos humanos son “acusaciones infundadas y alejadas de nuestra realidad actual”.

¿Cómo ha sido la aproximación de Bukele a la delincuencia?

El Salvador fue conocido en su momento como la capital del homicidio en ese lado del hemisferio, con una de las tasas de asesinato más altas del mundo.

Pero en 2022, Bukele declaró el estado de emergencia para sofocar la violencia de las pandillas y envió al ejército a las calles, deteniendo a decenas de miles de personas en todo el país, acusándolas de vínculos con pandillas u otros delitos. Más de 25 mil personas fueron encarceladas en las primeras semanas de la represión de Bukele.

Casi tres años después, aún no se ha levantado el estado de emergencia.

En ese tiempo, el país ha experimentado una notable transformación. Los homicidios han disminuido drásticamente y también se han reducido las extorsiones que los grupos delictivos exigían a empresas y residentes.

Los videos y fotos difundidos por el gobierno muestran a menudo a decenas de reclusos, a veces sin camiseta y en calzoncillos, agachados con las manos en la cabeza rapada, un recordatorio de su política de tolerancia cero y mano dura contra la delincuencia.

Bukele se ganó la adulación de los líderes de la región y de fuera de ella, y la mayoría de los salvadoreños lo apoyan, no a pesar de sus tácticas de hombre fuerte, sino gracias a ellas.

En noviembre, su índice de aprobación era del 91 por ciento, según una encuesta de CID Gallup, uno de los más altos del mundo para un líder mundial, aunque el apoyo a su persona disminuyó recientemente después de que su gobierno revocara una histórica prohibición de la minería.

A pesar de eso, el enfoque de Bukele erosionó los derechos civiles en el país, afirman los expertos en derechos humanos: Varios grupos documentaron detenciones arbitrarias masivas, hacinamiento extremo en las cárceles, informes de tortura yal menos 261 muertes en prisiónentre 2022 y 2024.

¿Cómo ha utilizado Bukele el sistema penitenciario?

Las cárceles de Bukele no son centros penitenciarios típicos. En el pasado, las pandillas de El Salvador utilizaban las cárceles como centros de operaciones para emitir órdenes, extorsionar a las empresas del exterior y reclutar nuevos miembros, algo que también se observa en las prisiones de toda América Latina.

Eso ya no parece ocurrir “debido a las extremas medidas adoptadas para controlar a los presos”, según un informe de 2023 de Insight Crime, un grupo de investigación sobre delincuencia organizada.

La estrella de la estrategia de Bukele es su denominada megaprisión: el Centro de Confinamiento del Terrorismo, conocido como CECOT, un enorme centro de detención inaugurado en 2023 a una hora de la capital del país, San Salvador. La instalación es lo suficientemente grande como para albergar hasta 40 mil reclusos, algunos de ellos de tan solo 12 años.

La inmensa mayoría de los 85 mil salvadoreños detenidos en virtud del estado de excepción de 2022 —que permite detenciones masivas sin garantías procesales— han desaparecido esencialmente en el sistema penitenciario, donde muchos llevan años recluidos sin juicio y sin que sus familias sepan siquiera si están vivos.

Aunque el imponente CECOT ha acaparado la atención internacional, la mayoría de los presos están recluidos en otros centros más pequeños donde “han sido sometidos a tratos crueles e inhumanos”, dijo Noah Bullock, director ejecutivo del grupo de defensa salvadoreño Cristosal, que ha entrevistado a cientos de detenidos bajo el estado de excepción.

Cristosal y Human Rights Watch han denunciado que se torturaba a los reclusos y se les privaba de alimentos. El destino de muchos internos se decidía en juicios masivos con jueces cuyas identidades se mantenían en secreto.

¿Quién podría acabar en las cárceles de Bukele?

El Departamento de Estado señaló en un comunicado que Bukele se ofreció a acoger a inmigrantes indocumentados de cualquier país, no solo de El Salvador, que hayan sido condenados por delitos, incluidos miembros de las pandillas MS-13 y Tren de Aragua.

Y en lo que el Departamento de Estado llamó “un gesto extraordinario, nunca antes extendido por ningún país”, dijo que Bukele se había ofrecido a albergar a “criminales estadounidenses peligrosos, incluidos ciudadanos estadounidenses y residentes legales”. Los analistas afirman que es probable que una medida de este tipo sea impugnada, incluso si fuera adoptada por el gobierno de Trump.

“No creo que se sostenga en los tribunales”, dijo Mneesha Gellman, profesora asociada de Ciencias Políticas en el Emerson College, citando múltiples leyes nacionales e internacionales que rigen el trato tanto de los indocumentados en Estados Unidos como de los ciudadanos estadounidenses.

Sin embargo, los dos gobiernos podrían llegar a un acuerdo que permitiera a Estados Unidos deportar a El Salvador a un gran número de personas, incluidos los no salvadoreños, dijo Gellman. Estados Unidos está ansioso por encontrar lugares donde deportar a los migrantes de Cuba y Nicaragua, cuyos países no aceptan los vuelos regulares de deportación estadounidenses.

Tanto dentro como fuera de las cárceles, los migrantes se encontrarían en una situación de extrema vulnerabilidad en El Salvador.

“No tendrían derechos ciudadanos en ese país”, dijo Gellman, señalando que los migrantes en El Salvador han denunciado haber sufrido abusos a manos de grupos delictivos, así como de agentes estatales, como la policía y el ejército.

¿Existe algún antecedente de la oferta de El Salvador?

En 2019, El Salvador firmó un acuerdo con el primer gobierno de Trump para recibir a migrantes no salvadoreños que habían sido detenidos en Estados Unidos después de que funcionarios estadounidenses cortaran parte de la ayuda a El Salvador, acusando al país de no hacer lo suficiente para frenar la migración ilegal.

También acordó tramitar las solicitudes de asilo para evitar que los migrantes se dirijan al norte, a Estados Unidos.

Conocido como acuerdo de “tercer país seguro”, el acuerdo nunca llegó a aplicarse debido a la pandemia de coronavirus y fue finalmente rescindido por el gobierno de Joe Biden. Bukele se refirió a él el lunes, diciendo que su nueva propuesta era “más importante y de un alcance mucho mayor que esos acuerdos que se hicieron en 2019”.

¿Qué podría obtener Bukele de este trato?

Bukele se ha visto deseoso de estrechar sus lazos con el gobierno de Trump y, según Manuel Meléndez Sánchez, politólogo salvadoreño e investigador en la Universidad de Harvard, la última oferta “claramente ayuda a consolidar esta relación entre el mundo MAGA y El Salvador”.

Pero las relaciones entre ambos gobiernos no siempre han sido estrechas. En 2022, Rubio criticó al presidente de El Salvador durante una audiencia en el Senado, acusándolo de burlarse “muy abiertamente” de las instituciones estadounidenses.

Durante su campaña presidencial, incluso Trump lanzó una indirecta fuera de lugar a Bukele, diciendo que estaba enviando a “todos sus criminales, sus traficantes de drogas” a Estados Unidos, y añadiendo: “Está intentando convencer a todo el mundo del maravilloso trabajo que hace dirigiendo el país; pues bien, no hace un trabajo maravilloso”.

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Además de ganarse el favor del nuevo gobierno, también hay un incentivo económico de la oferta de El Salvador, debido a que su enfoque sobre las prisiones es costoso de mantener.

“Hay un gasto que hay que abordar. No es sostenible para el pueblo salvadoreño mantener en prisión indefinidamente al 2 por ciento de su población”, dijo Bullock.