Se necesita un viraje estratégico en el CIV

Se necesita un viraje estratégico en el CIV

O alguien no estaba diciendo la verdad allí o el problema de desorganización institucional es mucho más dantesco de lo que se pudiera suponer.
12/03/2025 00:06
Fuente: Prensa Libre 

Ya quedan menos de dos meses para el inicio de la temporada lluviosa, que este año se prevé fuerte a causa del retorno del fenómeno de La Niña, y es francamente alarmante que a 50 días de tal umbral climático solo un 8% de la red vial del país esté recibiendo mantenimiento. Los funcionarios a cargo de Covial y de la Dirección General de Caminos llegaron a una citación legislativa a protagonizar un sonoro ridículo, al atribuirse mutuamente el cuidado preventivo de la aún convaleciente autopista Palín-Escuintla. Por cierto, vienen los días de más tránsito de viajeros a la Costa Sur y la promesa de finalizar el 30 de este mes la reparación del socavón del kilómetro 44 parece estar en vilo.

El propio ministro de Comunicaciones, Miguel Angel Díaz Bobadilla, estaba en esta cita y formó parte del lamentable espectáculo de descoordinación iniciado por sus subalternos. Al exponer que había enviado un oficio a Lizzette Benítez, directora de Covial, con la orden de contratar mantenimiento para dicha autopista, la funcionaria adujo no haber recibido el documento con dicha directriz. O alguien no estaba diciendo la verdad allí o el problema de desorganización institucional es mucho más dantesco de lo que se pudiera suponer.

Y hablando de suposiciones, se podría pensar que el bagaje militar del ministro como coronel de Ingenieros le daría una tónica de energía, disciplina y gestión por resultados a dicha cartera. Es cierto que apenas está cumpliendo dos meses de haber sido designado, después de dos fiascos; sin embargo, se supone que fue jefe de la zona vial 6 de Caminos, con lo cual el manejo burocrático no es ajeno. Al ser cuestionado por periodistas, después de la citación, acerca del rendimiento de sus colaboradores, dijo que actuaría racionalmente y no movido por razones hepáticas.

En efecto, no se espera que un funcionario a la cabeza de la cartera rectora de la infraestructura decida con el hígado, pero, ante la situación que ya afronta la red de carreteras principales del país, con obras marcadas por las oscuridades del gobierno anterior y con un clamor de todos los sectores productivos por rehabilitar cuanto antes los tramos estratégicos para el comercio y la exportación, es necesario que el coronel Díaz Bobadilla tenga los arrestos suficientes para imponer una alta exigencia basada en logros concretos y datos confiables, en comunicación asertiva y en claridad de atribuciones de las dependencias de su ministerio.

El ministro necesita dar un golpe de timón y cualquier obstaculización maliciosa por parte de burócratas, sindicatos, contratistas, diputados, alcaldes o cualquier otro sector debe ser denunciada de inmediato a la opinión pública. Para esto debe contar con el apoyo político necesario del binomio presidencial, si es que acaso les interesa agilizar un tema que golpea la rutina de millones de guatemaltecos que necesitan desplazarse a diario para ganar el sustento, para generar empleos, para producir riqueza de la cual devienen los tributos con los que ahora cuenta el CIV y no utiliza al ritmo necesario.

Tampoco engañan a nadie los diputados poseros que ahora ponen el grito en el cielo y se rasgan las vestiduras, pues cuando fueron funcionarios se acoplaron a un discurso retrógrado y populista que criticaba la inversión carretera hace tres lustros, pues en su retórica demagógica decían que esa obra era para los “ricos”. Ayudaron a perder tiempo y costo de oportunidad, al igual que exministros y expresidentes podridos que desperdiciaron el dinero de la ciudadanía en obras inconclusas, fraudulentas e inservibles. Aun así, el ministro debe poner firme a su cartera porque está en juego su prestigio, pero, sobre todo, el futuro del país.