Sergio Ramírez recibe la Orden Cinco Volcanes:  “Vivo con la pasión del exiliado que siempre espera volver a su patria”

Sergio Ramírez recibe la Orden Cinco Volcanes: “Vivo con la pasión del exiliado que siempre espera volver a su patria”

El escritor Sergio Ramírez recibió la Orden de los Cinco Volcanes e hizo una reflexión del valor de la integración centroamericana desde la cultura para llegar a otros ámbitos.

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22/05/2025 14:45
Fuente: Prensa Libre 

El presidente Bernardo Arévalo entregó la condecoración en grado de Gran Cruz, placa de oro, de la Orden de los Cinco Volcanes, al novelista de 82 años Sergio Ramírez, Premio Cervantes 2017, quien se encuentra en Guatemala para presidir el Festival Centroamérica Cuenta (CAC 2025).

La Orden de los Cinco Volcanes, en el grado de Gran Cruz, es una distinción honorífica otorgada por el Gobierno de Guatemala a personas o entidades que han realizado una contribución significativa a la integración regional o internacional.

Este grado de la orden se considera el más alto y se suele otorgar a jefes de Estado, embajadores, ministros plenipotenciarios y otros funcionarios nacionales o internacionales de alto rango.

Este reconocimiento está contenido en el Acuerdo Gubernativo 81-2025, por medio del cual se le otorga la orden al escritor. El acuerdo describe la labor de Ramírez, reconocido escritor, periodista, político y abogado nicaragüense, quien ha estado involucrado activamente en el proceso de integración centroamericana. Ha escrito extensamente sobre la historia, la cultura y la política de la región, promoviendo de manera continua la integración entre artistas, escritores e intelectuales centroamericanos.




Trayectoria de Sergio Ramírez

Ramírez es un referente de la novela centroamericana contemporánea, reconocido con varios premios de literatura a nivel internacional y en distintos idiomas. Fue vicepresidente de Nicaragua de 1985 a 1990. Actualmente está exiliado en Madrid, luego de que en 2023 fuera despojado de su por el gobierno de Daniel Ortega.

En 2013, el escritor nicaragüense y Premio Cervantes creó el Festival Centroamérica Cuenta (CAC), con el propósito de contribuir a la proyección y difusión de la literatura iberoamericana desde Centroamérica. Actualmente, cuenta con dos ediciones: una en el primer semestre, en un país centroamericano o del Caribe, y otra en el segundo semestre, en Madrid, España.

Hasta 2017, su sede fue Nicaragua. Desde 2019, ha realizado ediciones en Costa Rica, Guatemala, Madrid, República Dominicana y Panamá.

Sergio Ramírez con 82 años tiene una trayectoria importante en la literatura y en proyectos culturales. (Foto Prensa Libre: AFP)

Durante la entrega, el presidente Bernardo Arévalo mencionó que este reconocimiento era un testimonio de la lucha de Ramírez contra todo tipo de opresión y autoritarismo. Desde su primer libro de cuentos hasta sus novelas más recientes, la obra literaria de Sergio Ramírez ha sido la expresión y el testimonio preciso que nos cuenta el drama de la vida individual y colectiva, dijo el mandatario.

Se recordaron títulos emblemáticos del autor como Castigo divino, Margarita, está linda la mar y Adiós muchachos.

Sergio Ramírez habla de sus raíces

En su discurso de agradecimiento, Sergio Ramírez compartió con los asistentes cómo se hizo consciente de sus raíces centroamericanas y sus convicciones al respecto.

Recordó con afecto la fecha de su boda con su esposa, Gertrudis Guerrero, el 26 de julio de 1964: ese mismo día se trasladaron a vivir a Costa Rica. “Mi maestro en la universidad me dijo: aquí ya no tengo nada que enseñarte, tienes que irte de Nicaragua”, relató. Añadió que aquel profesor quiso que le asignaran un cargo como jefe de Relaciones Públicas en el Consejo Superior Universitario Centroamericano (CSUCA), que, según explicó, fue el primer organismo de integración que llegó a funcionar en Centroamérica.

Habló de esta institución pionera, formada por las cinco universidades nacionales de los países centroamericanos, cuando aún no se había incorporado Panamá. En 1964, Ramírez fue designado secretario general del CSUCA. Antes de ocupar ese cargo, ya había comenzado a viajar por la región, y considera que fue en esa etapa, a los 21 años, cuando se convirtió en centroamericano.

“Siempre me gusta decir que yo soy primero nicaragüense. En el siguiente círculo soy centroamericano, después soy del Caribe y después soy latinoamericano. Entonces, a partir de estas afirmaciones de estos círculos concéntricos, yo defino mi propia identidad. Y mi identidad centroamericana nunca la perdí”, afirmó el laureado, asegurando que siente el mismo afecto por cada uno de los países de la región como por su propia patria.

Imagen de la entrega a Sergio Ramírez de la Orden de los Cinco Volcanes por el presidente guatemalteco Bernardo Arévalo. (Foto Prensa Libre: AGN)

Ramírez subrayó la necesidad de contar con un esquema de integración regional para ser respetados: “Si no hay integración cultural o identidad cultural, me parece que no será posible conseguir integridad política, económica o social”.

Además, recordó que desde su juventud ha tenido amigos entrañables en Guatemala. “Cuántos amigos queridos conocí en la universidad, escritores y otros espacios intelectuales que han dejado su vida o les fue arrancada en su lucha por una Guatemala diferente y, por lo tanto, por una Centroamérica distinta”. Mencionó, entre ellos, a Edmundo Vásquez y Rafael Cuevas del Cid.

Dejó el CSUCA en 1978 y, desde entonces, se dedicó a luchar por la liberación de su país. También fue parte de la creación de la Editorial Universitaria Centroamericana. “Por primera vez logramos que los escritores centroamericanos circularan de uno a otro país y fueran leídos. Un escritor guatemalteco fuera leído en Costa Rica, un escritor hondureño fuera leído en El Salvador. Con tirajes que aún hoy parecerían inauditos. Nosotros editamos La patria del criollo, de Severo Martínez Peláez: llegamos a hacer 10 ediciones para más de 50 mil ejemplares”, comentó.

También se hicieron innumerables ediciones de obras de Miguel Ángel Asturias y Ernesto Cardenal, por mencionar algunos autores.

“Hablo aquí como un escritor exiliado que creyó en un sueño que fue una revolución perdida, malversada, desgraciadamente falsificada y que hoy es usada para los fines más ignobles que se pueda imaginar. El nombre de esa revolución ya lejana en la mente de muchos centroamericanos que tanto se identificaron con ella”, dijo durante su discurso.

“Vivo el exilio como una pasión: la pasión del exiliado que siempre espera volver a su patria y la pasión de esperar que la sombra de la dictadura un día se despeje y la democracia pueda regresar a Nicaragua”, expresó.

Finalmente, Ramírez afirmó que su eventual regreso al país que lo vio nacer está condicionado a una transformación profunda del régimen político. “Mi regreso alguna vez al país que me vio nacer está necesariamente ligado a la transformación de ese país en un lugar en donde existan las posibilidades democráticas y desaparezca toda forma de opresión, de dictadura y de represión”, expresó.