Las ideas no pertenecen a algún grupo específico

Las ideas no pertenecen a algún grupo específico

Quien es fanático en algo, debe aceptar ese horror cuando proviene de quienes piensen lo contrario.

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Resumen Automático

17/09/2025 00:04
Fuente: Prensa Libre 

Dentro de los efectos negativos de la simplificación de cualquier idea, sin tomar en cuenta sus variados matices, intencionalmente o no, se encuentra el fanatismo y con ello la falacia de generalización imperfecta. Según esta —por ejemplo— la totalidad de los seguidores de un partido político, sin excepción alguna, están de acuerdo, son mensajeros, profetas y apóstoles, por tanto representantes con autoridad de esos criterios. Pero la verdad es otra: actuar así es penetrar en el fanatismo, apasionamiento y tenacidad desmedida y esto a su vez tiene consecuencias a las cuales se les puede considerar resultado de estas exageraciones, con la diferencia de referirse a criterios opuestos. Aceptar eso resulta difícil y necesita inteligencia, es decir lo contrario a la estupidez.

La forma de defender ideas incitando a la violencia y a la descalificación implica creer en la propiedad de estas.

Quien es fanático en algo, debe aceptar ese horror cuando proviene de quienes piensen lo contrario. El fanatismo, la intolerancia y la estupidez, cuando se juntan, dijo el filósofo francés Sartre, son imposibles de vencer porque llevan implícita la violencia. Lo mismo ocurre cuando la defensa oral de una idea se realiza violentamente con un lenguaje incendiario. Ejemplo: Hitler, quien convenció con la fuerza de su lenguaje, y sus gesticulaciones a la mayoría del pueblo alemán y provocó los 70 millones de muertos de la Segunda Guerra (1939-1945). La oratoria ha sido un arma terrible desde hace miles de años y la Historia está llena de casos, pero también de pensamientos opuestos de destacados filósofos, dirigidos hacia la tolerancia y el análisis del pensamiento ajeno.

En este momento, ha levantado indignación el asesinato de Charlie Kirk a manos de Tyler Robinson, un fanatizado adulto joven de 22 años. Es un caso dolorosísimo en lo humano: quedan huérfanos dos niños y la viuda era su principal seguidora; Matt Robinson, su padre y policía retirado, le enseñó a disparar cuando era niño y al identificarlo como el asesino buscado, y le tocó ir a entregarlo; ambos padres son republicanos registrados; es un adulto joven fanatizado, en un país con 45,222 asesinatos anuales (datos de 2023), donde el 40% de la población está armada y ocupa el primer puesto del mundo al haber 120 armas por cada 100 habitantes. Como todas las vidas tienen el mismo valor, las banderas estadounidenses deberían mantenerse a media asta todo el año.

La declaración presidencial de ser los demócratas, es decir la totalidad de ellos, los responsables de la violencia política, puede ser comprensible pero no tiene base lógica y es una reacción emotiva por la muerte de uno de sus principales seguidores y recaudadores de fondos. Tiene relación directa con los puntos de vista políticos de la víctima y a mi juicio, no habría sido igual si le hubiera pasado a alguno de sus adversarios. Un presidente no debe dirigirse a un grupo determinado de los ciudadanos, sino a la totalidad, aunque —claro— ésta se dividirá en seguidores, adversarios y desinteresados. Esa es parte de la democracia, ya sea real o supuesta. Y por desgracia, la posibilidad del asesinato por motivos políticos es y ha sido un riesgo desde siempre.

Debido a esto, los políticos y oradores partidistas deben bajar el tono de sus discursos, sin incitar directamente o no a la violencia ni insultar. No es libre emisión del pensamiento, sino responsabilidad por los posibles efectos. Esto no eliminará los atentados y crímenes, pero puede reducirlos. No quien grita o gesticula tiene más razón ni fuerza en sus ideas. No es la forma sino el fondo lo importante. No incitar a reacciones violentas, sino convencer. Esto está resultando importante a causa de la comunicación instantánea. Y son necesarias declaraciones conjuntas de los partidos adversarios para prometer el discurso sereno, sin insultos. Dicho esto, lamento la injustificada muerte de Charles Kirk, quien cayó en los pantanos del fanatismo y también murió por eso.