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Cómo opera la red que vende tarjetas de salud falsas en Guatemala y qué riesgos representa para la población
En redes sociales se oferta ilegalmente la venta de tarjetas de salud, de manipulación de alimentos y licencias sanitarias, con documentos falsificados que evaden controles y ponen en riesgo la salud pública.
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Entre publicaciones de ropa, zapatos, vehículos y electrodomésticos en redes sociales se esconde un mercado peligroso: la venta ilegal de tarjetas de salud, de manipulación de alimentos, de pulmones y hasta de licencias sanitarias para negocios.
Los precios oscilan entre Q85 y Q300; cualquier persona puede obtener un documento que certifique que está libre de enfermedades transmisibles, aunque jamás haya pisado un laboratorio.
Así se constató en una llamada con uno de los vendedores que ofertan en la web.
“Nosotros trabajamos de dos maneras. Las que más nos piden tienen un costo de Q85; estas llevan todos los datos físicamente exactos, pero no quedan registradas. Se entregan el mismo día o al siguiente, y se paga al recibir; el 98% pasa bien, pero no quedan registradas. Ahora, si usted gusta, la otra opción es de Q160 cada una, ya sea la de salud o la de manipulación de alimentos. Con estas sí se pide anticipación, ya que nosotros las pagamos al dejar de una vez la papelería para el trámite; esta queda garantizada, registrada en el sistema de salud.
Las dos llevan físicamente todo: sello del centro de salud, firma y nombre de médico colegiado”, aseguran quienes las venden.
“Es rara la empresa que llama para corroborar datos, por eso le digo: si quiere irse a lo seguro, tiene un costo de Q160 c/u; solo que esta tarda de 4 a 5 días hábiles para la entrega, ya que se debe subir al sistema”, reiteran.
En las publicaciones, llamadas o mensajes, todos prometen que son “originales y registradas”; incluso aseguran que las tarjetas “aparecen en el sistema”. Solo piden una foto del DPI y una imagen tipo cédula. Nada de exámenes ni de controles médicos.
Lo más preocupante es que, como en los centros de salud no se hacen los exámenes médicos, pese a estar obligados, dentro de los requisitos piden constancia de los resultados de laboratorio, cuya autenticidad nadie garantiza. De hecho, algunos oferentes aseguran poder “corregirlos” o adaptarlos para que todo luzca en regla.
“Si usted quiere ir al centro de salud solo el examen, nosotros lo damos en Q90; son los cuatro exámenes, que todo está bien, ¿verdad? En un caso, una señorita se quiso ahorrar porque el año pasado estaban muy caras las tarjetas, y me dio sus exámenes, y le salieron con infección; entonces, igual damos los que nosotros trabajamos. Esos los trabajamos tanto para las tarjetas de salud como para la licencia sanitaria”, señaló la vendedora.
Detrás de este negocio podría existir algo más que simples falsificadores: un posible contubernio entre vendedores y trabajadores del Ministerio de Salud, que facilitaría el ingreso irregular de tarjetas al sistema oficial por parte de personas que, desesperadas ante la burocracia, buscan acceder a ellas.
Otro vendedor contactado por mensaje indicó que, incluyendo las dos primeras tarjetas y la de pulmones, se ofrece un combo: “Le tiene un costo de Q200; son completamente originales y registradas”.
En el área metropolitana, cada centro ha fijado horarios y reglas que complican el proceso.
Por ejemplo, en el centro de salud de la zona 5, un rótulo indica que, para tramitar la tarjeta de salud, se debe enviar la papelería por correo electrónico los lunes y martes de 10.00 a 11.00 horas. En tanto, la de alimentos debe enviarse los lunes, de 8.00 a 9.00 horas. Fuera de ese horario no se admite. Algunos, pese a enviar lo requerido, no reciben respuesta.
Llevarla de forma impresa no es permitido, así se comprobó.
“Solo por esa vía se pueden enviar los datos; acá no aceptamos papelería”, respondió el personal del lugar.
En redes sociales del mismo centro hay quejas por falta de respuesta a los correos enviados.
Una usuaria identificada como Marisol de Paz escribió: “¿Saben cuánto se tardan en entregar las tarjetas de salud? Envié mi PDF con lo requerido el lunes 27 de octubre, y quedaron de avisarme por correo y nada aún, y sí me urge”, escribió este lunes 3 de noviembre.
En la zona 1, el proceso es presencial. Quienes desean hacerlo conforme a la ley deben madrugar o pernoctar para conseguir un espacio en los horarios limitados de atención. El trámite es gratuito, pero puede tomar varios días.
Un rótulo a la entrada indica: “Se recibe papelería los días lunes y miércoles, de 6.00 a 7.00 horas; mientras que, para la de manipulación de alimentos, los martes a las 5.00 horas, y la entrega se realiza los jueves, a las 7.30 horas”. Solo en este lugar, entre 900 y mil tarjetas son solicitadas mensualmente.
Las tarjetas para ambos procesos son enviadas desde las direcciones de Salud —en este caso, la Central—, y al entregarse se anotan en un libro manual autorizado por la Contraloría, con el nombre completo del solicitante, el número de DPI, la fecha y el número de serie que identifica el lote. Estos datos también se ingresan a una base digital.
Aunque se indica que el trámite es personal, en algunos centros reconocen que el solicitante puede enviar su papelería con el DPI original por medio de otra persona. Sin embargo, está obligado a asistir a la capacitación en el caso de la tarjeta de manipulación de alimentos.
El Ministerio de Salud, a través del Acuerdo Ministerial 179-2019, regula la emisión de estas tarjetas, que deben estar firmadas por médicos y registradas en las direcciones de Salud. No obstante, las pruebas recopiladas muestran una red paralela que podría operar con falsificación documental o complicidad interna.
Las tarjetas falsas no solo vulneran la ley: también ponen en riesgo la salud pública.
El Código Penal, en su artículo 321, establece penas de hasta seis años de prisión por falsificación de documentos públicos.
Aun así, las publicaciones continúan, prometiendo rapidez, facilidad y “originalidad”, a cambio de un depósito y un mensaje privado.
Édgar González, viceministro de Regulación, Vigilancia y Control de la Salud, recordó:
“Los trámites que se realizan en la red de servicios, en los centros de salud principalmente, todos son gratuitos; no tienen ningún costo, por eso no se debe pagar ni un centavo”.
Sin embargo, reconoció que existen procedimientos y requisitos que deben atenderse ágilmente desde los centros de salud para evitar este tipo de situaciones.
“Sabemos que agentes externos, fuera del ministerio, o probablemente algunos agentes internos dentro de la cartera, hacen este tipo de acciones, y esto abre espacios de opacidad”, afirmó.
Añadió que investigan las denuncias y, cuando procede, remiten los casos al Ministerio Público. En otros, se ejecutan acciones administrativas.
Aseguró que trabajan en eficientizar el proceso y, para ello, buscan digitalizar la forma en que se solicitan y emiten estos documentos:
“El problema de fondo es el modo en que actualmente se hacen los procedimientos: son manuales, las personas deben presentarse, y no hay forma de dar seguimiento a su trámite. Para eso se están implementando plataformas digitales en Sololá y Guatemala nororiente”, afirmó.
Agregó: “Esta es una de las soluciones más fuertes y de fondo, ya que no habrá posibilidad de falsificaciones ni venta de tarjetas, como ha ocurrido durante mucho tiempo. El problema está en prolongar los tiempos y la necesidad de la gente. Estas tarjetas son urgentes para acceder a ciertos trabajos, y eso lleva a acudir a trámites anómalos, que deben denunciarse”.
Sobre los resultados médicos falsificados, indicó que los centros de salud están obligados a verificar que los laboratorios estén autorizados por la Dirección de Regulación, cuyo registro figura en el sistema.
“Cuando se hace el trámite se revisa en qué laboratorio se hicieron los exámenes, para que en el centro de salud se puedan verificar”, dijo González.
Aseguró que tener una enfermedad no debería impedir la obtención de la tarjeta ni limitar el acceso a un trabajo, y reconoció que se debe realizar un monitoreo constante a estos laboratorios, ya sea por riesgo o por denuncias ciudadanas. “Hemos solicitado que se haga énfasis en los laboratorios que ofrecen estos servicios para la tarjeta de salud”, concluyó.
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