Convenio y definición evitan nuevos fracasos

Convenio y definición evitan nuevos fracasos

Las condiciones de las alianzas público-privadas deben ser conocidas porque así disminuye el riesgo de malos manejos.
22/03/2024 00:04
Fuente: Prensa Libre 

Catalejo

Convenio y definición evitan nuevos fracasos

Las condiciones de las alianzas público-privadas deben ser conocidas porque así disminuye el riesgo de malos manejos.

Cuando se usa un concepto con variadas posibilidades llegan a ser contradictorias; si se quieren evitar fracasos, abusos y corrupción es imprescindible enmarcar y especificar el significado. No solo eso: también se necesitan acuerdos para decidir cuál o cuáles criterios serán tomados en cuenta. En el manejo del Estado, todas las decisiones son políticas, pero sólo en el sentido real de esa palabra y sus relaciones con el arte de gobernar una comunidad, con la doctrina de la Moral y del Derecho y la teoría del Estado. En suma y brevemente: la búsqueda de la corrección, superior a la legalidad, aunque esta última sea muy importante. Sobre este tema durante milenios, desde tiempo de Aristóteles, por ejemplo. En resumen, tener claras las metas es fundamental.

Las condiciones de las alianzas público-privadas deben ser conocidas porque así disminuye el riesgo de malos manejos.

Para lograr el éxito, la realidad objetiva obliga a realizar cambios. La posición ética va más dirigida a buscar la corrección en los resultados y para lograr esto, quienes deciden deben tener claras las metas, qué se desea lograr, y no opinar ni mucho menos exigir en el cómo, el cuándo. Esto es crucial cuando la decisión se otorga a un Congreso carente de las condiciones reales a causa de la manera equivocada de integrarlo porque los partidos no lo son. Pero también se necesita decidir si la Corte de Constitucionalidad, existente en pocos países, es la Corte Celestial y por ello puede declarar cuadradas a las llantas de bicicletas, al no tomar en cuenta sus decisiones el significado de las palabras. Por eso, las decisiones absurdas son una verdadera plaga.

Esta necesidad de definición alcanza todo. Se está hablando, por ejemplo, de las alianzas público-privadas como forma de lograr la mejor manera de construir infraestructura. Por supuesto, tienen una sólida base, pero sólo si se explican siquiera las bases de ese criterio y no hacerlo deja las posibilidades de éxito en mínimo porcentaje. Antes de solicitar la aprobación nacional sobre este tipo de trabajo, se debe explicar de qué se está hablando y cuáles son los basamentos libertarios y capitalistas, la libertad de mercado y la propiedad privada en obras de infraestructura o cualesquiera otras. Es una organización complicada porque debe cuidar por igual los legítimos intereses o los derechos individuales del ciudadano inversionista y el receptor de los beneficios de tales alianzas.

El Congreso de Guatemala debe tener participación. Pero la realidad lo califica de un ente cuyas decisiones son riesgosas para el país, como lo prueban docenas de casos, a causa de la forma de su integración y de la participación de pseudo-partidos con diz-que líderes. Aunque sea el mejor de los planes de alianzas público-privadas, fracasará si la decisión la toma cien por ciento un grupo lamentablemente no capacitado —o sin voluntad— para tomar decisiones beneficiosas. Sin embargo, la decisión de cuáles sugerencias no debe tampoco quedar en las manos sólo de los inversionistas, sino a la vez de entidades con ciudadanos conocedores del tema para el cual se hará la alianza. Y aquí entran también los términos de la firma de los contratos. La tela para cortar es larga.

A nadie escapa la urgencia de mejorar las carreteras. Pero en realidad no son solo eso: la decisión incluye toda una serie de temas colaterales: ¿ampliar o hacer carreteras paralelas?, ¿puentes o túneles?, otros tipos de transporte, como el tren, paso por las áreas urbanas, periféricos en las ciudades, condiciones de inclinación de la vía asfáltica. ¿Cuál va primero? ¿Qué sucederá con los caminos vecinales? Ignoro si hay avances en esto, pero cualquier plan analizado por el gobierno anterior debe ser cuidosamente analizado. Todo consume tiempo y mientras tanto, la superpoblación de vehículos cada vez es mayor. A causa de eso veo con desconfianza los anuncios de lanzarse a aventuras.