Andrea Ignacio
Andrea Ignacio. Ciudad de Guatemala. Tiene 20 años, es estudiante de Diseño Gráfico. Fue publicada por primera vez en la Antología Poética, Volumen I, por el Proyecto Editorial Independiente, Palíndromo en el 2020 y en proyectos posteriores como las Antologías El Vals de los Poetas y 20 Poemas Guatemaltecos, por el Proyecto Quetzal […]
Andrea Ignacio. Ciudad de Guatemala. Tiene 20 años, es estudiante de Diseño Gráfico. Fue publicada por primera vez en la Antología Poética, Volumen I, por el Proyecto Editorial Independiente, Palíndromo en el 2020 y en proyectos posteriores como las Antologías El Vals de los Poetas y 20 Poemas Guatemaltecos, por el Proyecto Quetzal Poético, 2021. Ha participado en Proyectos junto al Colectivo Escritoras Guatemaltecas en Geografía Literaria Guatemalteca, Guatemala: Antología Literaria Contemporánea y 56 Altares: Filos y Espejos entre los años 2021 y 2022.
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1 Simplemente Así
Astuta y tremenda,
te cruzaste en mi carretera
camino a tus desvelos.
Extraña y maldita
tu mirada me mata
y me desconoce
para explorar el particular
sendero de tus veladas.
Que me conoces
en cada palabra que pronuncio
y eres tan extraña
como la virgulilla
de mi idioma.
Suenas a canción
y sabes a mentiras,
llena de mis creencias y
vacía de tus verdades.
Escribes mis palabras no dichas
entre tus labios indiscretos
y las maneras insanas
de llegar a mi encuentro.
Corres
un poco rota
y casi incompleta
como si pudieras dejar de querer
como te enseñaron a odiar,
intensa y metiche
decían por ahí.
Te encuentro tranquila
y tú también me reconoces,
escuchas mi historia
y te retiras lenta en el deseo,
contenta de escuchar
y contenta porque estoy
Aquí de nuevo.
2 Amada Mía
Ay Amada mía,
si tan solo supieras
amada mía.
Que añoro
las noches de laguna
en las que olvido dejar de pensarte
me aferro a tus promesas vacías
y a todos los lunares
que tienes en la cara.
Te deseo el alma
y toco tus manos con tanta fuerza,
acaricio tus fantasías
y te contemplo de pies a cabeza
para comerte la pureza entera
y dejarte
ni para aquellos que aún no te conocen.
Ay Amada mía,
si tan solo supieras
amada mía.
Que te escucho vacía
y te tomaría completa,
juego a las escondidas
en cada uno de tus cabellos
y memorizo la chispeante
llama de tus sueños.
Te elijo
y elijo cada momento perdido
a todas las palabras no dichas
que tus labios sabrán decir
para quedarte y quedarme
en este país de enamorados
que nos robarán el amor
y nos dejarán, secas…
Como acostumbran morir
todas las flores.
3 Peticiones
Si yo pidiera
por favor
si lo pidiera.
Un beso de tu boca
amor,
un beso de tu boca.
Caricias perdidas
y llantos tirados al mar
turquesas por la mañana
y besos de despedida.
Si lo añorara,
amor,
y suplicara.
Cada uno de tus besos
en los míos
y todas las cosas
que se hicieron nuestras.
Si yo no existiera
amor
si no existiera
y tampoco estuviera.
Me crearías e inventarías
en cada uno de tus
perfectos amores,
tus pensamientos y emociones.
¿Estaría amor
en tus decisiones?
Si me dijeras,
amor
y contemplaras
con la delicadeza
con la que se sostiene
el pétalo de una rosa.
Con esa misma clase
y ese mismo querer
con el que te quiero
y te tengo,
amor.
Aunque ya no me quieras
y todavía me tengas,
aunque yo te quiera
y no te tenga,
mi amor.
4 Morí de Ti
Hoy
y no de costumbre,
morí de ti.
Morí de ti
cuando por las calles de tu sortilegio
recorrí las espinas talladas a ti,
caminé por tus recuerdos
y derramé
hasta la última gota de mí.
Morí de ti
cuando te relegué
dejé de pronunciar tu nombre
y encontré, en mí,
el sendero de tu lacerante vestigio.
Morí de ti
cuando te busqué
por debajo de mis sábanas
y fallé.
Morí de ti
cuando no moriste de mí,
cuando con cualquier poema de aquí,
aludí tus ínfulas locuciones,
me tragué mi propio veneno
y abrasé
cada migaja de tu falso querer.
Y morí,
morí de ti,
de ti y de mí.
de los dos.
Selección de textos Roberto Cifuentes Escobar.