Mineduc: las fallas que detectó en el seguro médico escolar

Mineduc: las fallas que detectó en el seguro médico escolar

De momento, solo existe una evaluación en establecimientos urbanos. La calidad del servicio del seguro médico escolar no se ha evaluado en áreas rurales.

05/06/2021 05:00
Fuente: Prensa Libre 

El Seguro Médico Escolar que cubre a niños de preprimaria y primaria del sector público en 138 municipios ha costado Q29 millones 894 mil 316 en 2021. Una evaluación de calidad realizada por el propio Ministerio de Educación (Mineduc) detectó fallas en su funcionamiento, aunque obvió pronunciarse por las preocupaciones ya expresadas por la comunidad médica.

El Seguro Médico Escolar cubre 18 patologías comunes, además del covid-19. En 2021, se realizaron 137 mil 248 asistencias médicas, de las cuales el 96 por ciento han sido consultas vía telefónica. En 2020 la proporción fue la misma: de 464 mil 789 asistencias, el 96 fue por teléfono.

A la fecha el seguro cuenta con 435 médicos, 34 funerarias, 316 clínicas y hospitales 457 farmacias, lo que suma 807 proveedores afiliados, según la información pública.

Recientemente, el Mineduc, que ha invertido en 2020 y 2021 Q124 millones 422 mil 800 en el seguro, evaluó el costo beneficio del programa con base a las asistencias médicas prestadas el año pasado.

Para ello la Dirección General de Participación Comunitaria y Servicios de Apoyo (Digepsa), realizó visitas en una muestra de 141 establecimientos para evaluar la característica de los locales, la atención que brindan y la divulgación del programa.

De la muestra seleccionada la Digepsa advirtió que el 92 por ciento de las visitas fueron en el área urbana. De tal cuenta, no se tiene conocimiento de la calidad del servicio en el área rural. Esto lo justificaron por “las restricciones de movilidad” por la pandemia.

Los departamentos visitados fueron Alta Verapaz, Chimaltenango, Chiquimula, El Progreso, Escuintla, Sololá, Retalhuleu, Totonicapán, Huehuetenango, Quetzaltenango, Quiché, Sacatepéquez y San Marcos.

De las visitas se detectó el 12 por ciento de establecimientos no estaba ubicado en la dirección registrada en el seguro. El 8 por ciento no está identificado en su exterior para facilitar su localización y en el 11 por ciento de los centros el nombre no coincidía con el proporcionado por la aseguradora.

Asimismo, el 21 por ciento de los establecimientos no estaba enterado que presta debe prestar seguro médico escolar a los estudiantes y esto impide una buena atención. El 14 por ciento no tiene licencias sanitarias a la vista del público y 3 de cada 10 centros no prestaron ningún tipo de atención médica en el 2020.

Las otras fallas

Adrián Chávez, ex viceministro técnico de salud, considera que el Mineduc debe transparentar de qué forma se están erogando los recursos. Es decir, aclarar cuánto cuesta cada consulta y asistencia brindada.

Chávez explica que una de las debilidades que se han notado del seguro en los últimos dos años es cómo “fragmenta el sistema de salud”.

“Se debe evitar que ese esté duplicando el gasto de recursos en lugares cubiertos por la infraestructura del MSPAS. Esto conlleva una duplicación de gastos y a un despilfarro de los escasos recursos orientados en salud”, explicó Chávez.

Asimismo, opina que los alcances que pueda tener la atención telefónica es limitada. “EL examen físico es insustituible para el desarrollo de un diagnóstico. En países como España el médico que atiende este tipo de consultas requiere de un perfil especial y se vuelve un coordinador de un equipo de actores”, explica el entrevistado.

Chávez considera que el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), como ente rector de la salud, debería normar este tipo de servicio para saber cuándo es necesario que una consulta derive en una visita domiciliaria o una asistencia personal, por ejemplo.

Por su parte, Julio Valdés, exsecretario ejecutivo del Consejo de Ministros de Centroamérica (Comisca), considera que este seguro tiene una debilidad y es que “desvirtúa” el acercamiento de servicios de salud a los pacientes.

“Al ser el acercamiento vía teléfono se puede medicalizar a la población. No puede a partir e una llamada atender sin fundamento a un paciente. Para diagnosticar una autitis de oído, por ejemplo, tengo que ver el tímpano o el oído”, dice Valdés.

Valdés ve con preocupación que en las consultas teléfonicas, al no tener mayores insumos, los profesionales de la salud podrían inadvertir ciertas enfermedades, como un cáncer o diabetes. “El niño puede manifestar autitis o amigdalitis, pero podría tener finalmente fiebre reumática. Es complicado quedarnos únicamente con una llamada telefónica sin valorar el entorno donde el niño está”, dice.

Hasta ahora el Mineduc no ha evaluado si las llamadas telefónicas tienen un debido seguimiento por parte de los establecimientos afiliados que proveen el servicio.

Se intentó consultar al Mineduc sobre estas fallas, pero no hubo respuesta al cierre de esa edición.

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