Gustavo Montenegro
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Después de caóticos años de emisión monetaria en pesos sin respaldo, el presidente José María Orellana avala la reforma monetaria.
La mala situación económica de los gobiernos llevó a que se permitiera la emisión de papel moneda a bancos privados. Hasta entonces, la unidad monetaria era el peso, basado en el valor de la plata. El descontrol se llegó a convertir en un caos. Si a fines de 1896, ya con dificultades económicas, la circulación de billetes de banco llegaba a cerca de 10 millones de pesos, en 1910 ascendía a 75 millones de pesos y en 1923 era de 370 millones en moneda sin respaldo.
En 1905, el valor real del peso equivalía a cinco centavos de dólar, y en 1921, de centavo y medio. El presidente Manuel Estrada Cabrera intentó hacer una tardía reforma, pero no la concretó porque fue derrocado. En noviembre de 1924 y febrero de 1925, durante el gobierno del general José María Orellana, se emitieron la Ley Monetaria y la Ley de Instituciones de Crédito de la República de Guatemala. Se tomó el patrón oro, pero la reforma se hizo con base en recursos nacionales, y no créditos del extranjero.
Por medio del decreto gubernativo 879 se creó una nueva unidad monetaria, a la que se denominó quetzal, cuyo contenido de oro puro era equivalente al del dólar de Estados Unidos de América. La creación del nuevo signo monetario nacional dio paso a la fundación del Banco Central de Guatemala, el cual contó con la potestad de ser el único emisor de moneda. Sin embargo, la circulación del quetzal no se concretaría sino hasta 1927.
La importancia de esta reforma radicó en haber transformado un sistema de papel moneda inconvertible en uno de mayor estabilidad cambiaria. Con base en el tipo de cambio del dólar en los años previos, se determinó que un quetzal equivaldría a 60 pesos anteriores.
Bajo ese nuevo régimen, las antiguas monedas de plata y de cobre tuvieron la función de moneda en centavos; sin embargo, en 1925 se acuñaron monedas de 1 quetzal, 1/2 quetzal, 1/4 de quetzal, 10 centavos y cinco centavos en plata, así como monedas de un centavo en aleación de cobre. En 1926, también se emitieron monedas de 20, 10 y cinco quetzales acuñadas a base de oro. En 1932 se introdujeron en el numerario dos nuevas denominaciones, de centavo y 2 centavos, cuya aleación fue de cobre y cinc.
Con datos de la Historia general de Guatemala y del Banco de Guatemala