Desde la psicología, la jardinería es reconocida como terapia debido a sus múltiples beneficios para la salud mental. El contacto con la naturaleza, los árboles y las plantas puede generar en las personas una sensación de tranquilidad y bienestar.

Y con el objetivo de trasladar estos sentimientos a nuestros espacios, las plantas se han hecho cada vez más presentes en los hogares.

El interés por la decoración “verde” en interiores ha experimentado un auge en los últimos años. Esta tendencia va desde plantas pequeñas y minimalistas hasta arreglos completos en los que las plantas son las protagonistas.

Además de contribuir a una mejor calidad de vida, las plantas nos recuerdan que todo en la existencia sigue ritmos y etapas. Diversos estudios afirman que este fenómeno va más allá de lo estético, ya que se convierte en una forma de expresar sentimientos y crear, de alguna manera, un refugio simbólico lleno de vida.

No obstante, la psicología también explica el significado de tener muchas plantas en casa y sus beneficios.

Qué dice la psicología sobre tener muchas plantas en casa

Diversos estudios señalan que las personas que llenan su hogar de plantas presentan varios rasgos de personalidad. Según explicó la psicóloga Regina Villagrán, para una nota de Prensa Libre sobre cómo los árboles nos ayudan a mejorar nuestra calidad de vida, quienes tienen muchas plantas en casa suelen ser más empáticos, pacientes y sensibles, especialmente con su entorno.

Además, quienes disfrutan decorar sus espacios con plantas valoran los procesos de cuidado pausado que exige la jardinería y suelen anhelar vínculos profundos, incluso con seres vivos que no responden de forma inmediata a sus gestos.

Este comportamiento también está vinculado a una necesidad de equilibrio, estética y organización del entorno, lo cual revela una personalidad que valora la estructura y busca construir ambientes tranquilos y protegidos.

¿Cuáles son los beneficios de tener muchas plantas en casa?

Vivimos inmersos en un ritmo acelerado, y enfrentarnos a procesos naturales que demandan constancia, tiempo y paciencia —como sembrar y cuidar plantas— puede ayudarnos a desacelerar y reconectar con el presente. “El contacto con la naturaleza reduce de manera significativa el estrés y la ansiedad, lo que nos permite disfrutar del entorno y experimentar una sensación de bienestar”, explica la psicóloga Nissely Herrera.

Otro de los beneficios que ofrecen las plantas es que nos hacen conscientes de que todo en la vida son ciclos y procesos, y que muchas veces solo necesitamos paciencia y tiempo para crecer y florecer nosotros mismos.

Según Herrera, el cuidado de una planta implica involucrarse en el proceso y cultivar la paciencia, lo cual puede llevarnos, inesperadamente, a un mayor conocimiento personal.

Además, al estar rodeados de plantas, nuestros sentidos se conectan y se vuelven más receptivos a los estímulos naturales, favoreciendo la contemplación y la conexión con el presente.

Villagrán señala que, en algunas terapias, recurre al uso de plantas como herramienta para establecer analogías y metáforas con sus pacientes.

Cuidar una planta desde su etapa inicial, explica, puede ser una forma efectiva de ayudar a las personas a reconstruir la confianza en sí mismas, al tiempo que fomenta la responsabilidad, la serenidad y el bienestar. “Nos sentimos bien al saber que estamos dando vida”, afirma.

Asimismo, sostiene que el contacto con las plantas y el entorno natural nos ancla al momento presente. Esta conexión con los ciclos de la naturaleza contribuye a disminuir, por ejemplo, la ansiedad relacionada con la muerte, ya que nos enseña que todo en la vida tiene un inicio y un cierre, y que cada etapa, por más difícil que sea, cumple su propósito antes de concluir.

Las plantas como reflejo de la personalidad

Las plantas, además de ayudar a las personas a relajarse, también reflejan algunos rasgos de la personalidad.

Según el medio La Razón, las plantas en el hogar o en espacios como el estudio o el trabajo pueden:

• Mejorar la concentración
• Liberar tensiones
• Promover un ambiente armónico
• Estimular la responsabilidad
• Generar una sensación de paz, energía y felicidad
• Fomentar un entorno limpio y minimalista

Además, según explica Villagrán, basándose en la psicología del color, el verde de las plantas puede hacernos sentir más cómodos y calmados, mientras que el blanco de algunas flores puede estimular emociones como la calma, lo cual impacta de forma positiva en el bienestar emocional de las personas.