En Nov2020 tomó posesión la Junta Directiva del Colegio de Arquitectos, que presido acompañado de un grupo de colegas con amplia formación administrativa y política, decidido a restablecer el orden interno, recuperar espacios en la vida de la Nación, estimular la capacitación profesional de los agremiados, y fortalecer la defensa gremial y la representación del Colegio en las subsedes departamentales; ofrecimientos cumplidos satisfactoriamente.

Como es sabido, la Arquitectura es la expresión más contundente de la obra humana, inequívoca expresión de cada período histórico y, por lo tanto, fuente de identidad cultural del pueblo que la produjo. Inicialmente fue resultado del trabajo de maestros de la construcción que dominaron su arte, reconocidos por el conocimiento y manejo de los materiales y sistemas constructivos. La formación universitaria vino después. En Guatemala es una profesión joven. La primera facultad se creó en 1958.

Sin embargo, entre los años 1000 aC al 1500 dC se hizo arquitectura excepcional. Primero fueron los centros ceremoniales y rutas comerciales de la cultura Olmeca, desarrollada por grupos asentados en la costa del Pacífico, y luego la civilización Maya, en tierras bajas de Petén, con ciudades, palacios y templos ricamente decorados; calzadas, patios para el juego de pelota, con marcadores y plazas con estelas para conmemorar hechos y personajes. Del período colonial destaca La Antigua Guatemala, protegida desde 1969 y declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por Unesco, 10 años después.

De 1983 y 2018 reconozco con agradecimiento a una docena de colegas que ejercieron la presidencia del Colegio de Arquitectos y contribuyeron con su conocimiento y dedicación a la defensa del patrimonio cultural de la Nación, en particular de La Antigua Guatemala y, desde luego, a mi gestión como Conservador de la Ciudad entre 1978 y 1985.

Fueron ellos: Francisco Chavarría Smeaton (1983-84), a quien acompañé como vicepresidente; César Porres Lessing, Hermes Marroquín Campos, Jorge Escobar Ortiz, Miguel Ángel Santacruz Ochoa, Carlos Haeussler Cordón, Roberto Burbano Rodríguez, Byron Rabé Rendón, Fernando Burmester Pellecer, Alfonso Leonardo Arzú, Aroldo Rodríguez Portillo y Haroldo Melgar Osorio (2016-18).

Los años de mi gestión (1978-85) coincidieron con los más sangrientos de la guerra interna, agravados por los efectos de los terremotos del 4 y 6 Feb1976, aunque, en contraposición, positivos para esa ciudad. Hubo significativo apoyo internacional que, sumado a los recursos propios, permitió ejecutar intervenciones de conservación, consolidación y reestructuración de monumentos de una calidad no superada. La aplicación de la ley protectora provocó la necesidad de establecer vínculos estrechos con los vecinos, más allá de los programas educativos regulares. En 1985 se recuperó la primera asociación de vecinos dedicada a la conservación y desarrollo de la histórica ciudad, Amigos de Antigua, cuyos estatutos resalen a 1932. Siguieron la asociación de Arquitectos Diego de Porres (1992), de vecinos Salvemos Antigua (1999) y Consejo Cívico de Vecinos (2006), que aglutina a una docena de organizaciones no gubernamentales.

La junta directiva del Colegio de Arquitectos, a fin de impulsar el desarrollo profesional desde la subsede de La Antigua Guatemala, nombró como coordinador a José Miguel To Gordillo, subcoordinador a Nery Orozco Pérez, secretario a Carlos Pol Pérez y a Juan Carlos Álvarez Gómez como vocal. Es su deseo incidir en el desarrollo del país, por lo que estimula a los colegas nombrados a hacer presencia técnica, profesional y científica ante las autoridades locales, y unir esfuerzos cívicos con los grupos de vecinos organizados en torno a su conservación y desarrollo, ofreciendo apoyo para consolidar los instrumentos técnico-legales de planificación territorial existentes.