Podrida, la Cancillería va contra el migrante

Podrida, la Cancillería va contra el migrante

Curioso. Escuché que desea que ahora a la sede de su ministerio se le conozca como la “Casa de la Diplomacia”. Cosas como lo de Maryland nos hacen pensar que le queda mejor la “Casa de Inaceptables Cobardías”.

20/03/2022 00:02
Fuente: Prensa Libre 

Estas letras, llenas de repulsión, vienen de alguien que creía haberlo visto todo en cuanto a la ineptitud y al maltrato gubernamentales contra nuestras poblaciones expatriadas que viven alrededor del mundo. Por años hemos visto mucha vileza, crueldad e incluso sadismo contra la dignidad de los más notables ciudadanos que sostienen económicamente a este país desde afuera. A ese pesar, nunca pensé que el espíritu humano pudiera llegar tan bajo, como eso que vi poseer al personal del Consulado General de Guatemala en Maryland, hace unos días. Un detallado video muestra cómo esos empleados, públicos, guatemaltecos, tiraron en contra de un paisano migrante a la intimidante autoridad policíaca. Y todo por el único hecho de que el ciudadano, en toda legitimidad y toda legalidad, intentó grabar y documentar en redes sociales los flagrantes atropellos contra los más básicos derechos ciudadanos de los que han sido víctimas por largos años.

El video tiene un claro e irrefutable contexto. Y es que, por múltiples razones, pero todas conectadas por el fétido hilo de la penetrada corrupción, Guatemala es un singular país, incapaz de siquiera dar acceso a tramitar documentos de identidad ciudadana. Quien esté en el país ha visto cómo Migración tarda meses en dar una cita para el ínfimo pasaporte. Pero, créalo, en el exterior la situación es abismalmente peor. Hace años, el sistema era tortuoso y les obligaba a hacer largas filas en los consulados para lograr un turno. Pero a partir de años Patriotas, una serie de mediocres medidas instalaron un sistema-embudo de “citas”, a las que debe accederse telefónicamente. El desastre aún empeoró. Hoy, la gente muestra en sus teléfonos el registro de 20 llamadas. Cien llamadas. Doscientas llamadas al call center y nadie, nadie les contesta. Una estructura pirata de citas creció, y ahora lograr ser atendidos por el consulado es casi imposible.

Fue en esa indignación que el ciudadano decidió ser voz de cambio, documentando su pésima experiencia. Ya, finalmente en el Consulado, tardaron horas en atenderles. Con sus ojos vio aquella prepotente despreocupación, tan común en los consulados. La última gota. Lo grabó en su celular con estilo periodístico. En ese momento, él fue la voz de millones de migrantes que no han podido manifestarse. Pero no hay adjetivos para calificar la reacción del Minex, que no tiene amparo de ley que prohíba ese tipo de grabaciones ni de reglas internas que —en todo caso— estarían publicadas en letreros. “Delincuenciales” podría ser uno, pues le arrebataron vulgarmente su propiedad. “Infantiles” podría ser otro, pues, amenazados, estúpidamente argumentaban cosas sin fundamento. “Torpes”, “soberbias” “racistas” y últimamente “traidoras”, al llamar a la policía contra el paisano, adentro de su fuero diplomático, conociendo el peligro de una posible deportación.

Estas acciones no se limitan a lo que pasó en el consulado en Maryland. Trascienden y denotan podredumbre de espíritu evidente en la Cancillería. Y es que, ante semejante yerro, la plana mayor debió recular. Disculpas públicas, anunciar medidas acordes. ¡Decirle al migrante que sus consulados no les tirarán a la policía! En vez, el Ministerio ha promocionado a la cónsul en otras actividades intrascendentes. Pareciera publicidad, maquillaje. Anunciaron además un nuevo sistema de citas que tampoco se ve legítimo. Un nuevo fraude publicitario. Y el problema central, la ineficacia por que el migrante acceda a sus documentos permanece. Esto es algo que hereda el nuevo canciller. Pero sus primeros pasos indican que sigue similar camino. Curioso. Escuché que desea que ahora a la sede de su ministerio se le conozca como la “Casa de la Diplomacia”. Cosas como lo de Maryland nos hacen pensar que le queda mejor la “Casa de Inaceptables Cobardías”.