Me tengo que pellizcar para confirmar que es verdad, que ya estamos iniciando el segundo semestre 2022, aunque siento que, en un parpadeo, me transporté de la celebración de Año Nuevo al 2 de junio.

¿No sientes que el tiempo se va como agua entre las manos? Es tanto lo que deseamos hacer y lograr que de verdad ¡los días y las horas no colaboran! Haciendo un recuento de daños, doy gracias a mi equipo porque hemos avanzado en nuestro propósito de despertar el poder de las personas y de las organizaciones a través de la disrupción en la formación empresarial de alto nivel.

Aunque he descubierto un rasgo inquietante: siempre queremos más, siempre buscamos más, siempre deseamos ir más allá. ¿Qué tan bueno es eso? ¿Será inconformismo y ambición desmedida?

A la luz de la visión corporativa, claro que suena descabellado pensar que no es bueno querer siempre más y mejores resultados, porque la naturaleza de las empresas es el crecimiento. Pero le di la bienvenida a la reflexión porque el parteaguas covid-19 nos enseñó a plantearnos una estrategia holística que contribuya con la realización y la calidad de vida personal, empresarial y social.

¿De qué forma promueves el bienestar organizacional? Si algo debemos ambicionar es una familia de colaboradores inspirados, motivados, integrados, bien equipados y empoderados. Es un excelente objetivo crear el mejor ambiente para que aporten sus talentos con entusiasmo porque se saben pieza vital de un propósito compartido que impacta positivamente al mundo.

No se trata solamente de felicitar por el cumpleaños, la boda, el nacimiento de un hijo y el logro de las metas de ventas. No se trata de sonreír de dientes para afuera y “hacer el esfuerzo por caer bien” en vista de que las estadísticas dicen que las personas en un ambiente laboral positivo son 31% más productivas, 37% mejores promotoras de la empresa y 300% más creativas.

Se trata de visualizarnos como líderes genuinamente comprometidos con el desarrollo integral de nuestra gente, con quienes compartimos sueños y desafíos, con quienes planeamos y ejecutamos estrategias de alcance, convencidos de que nuestra propuesta de valor merece trascender globalmente porque brinda soluciones, genera satisfacción y aporta crecimiento a la sociedad.

Claro, podrías decirme: “Julio, por favor, no exageres, con que logre pagarles a tiempo, ellos estarán bien.” Mi respuesta sería que tienes razón hasta cierto punto. Todo esfuerzo por promover el bienestar organizacional parte de la satisfacción de lo elemental, como Maslow diría, pero además de ser puntual con la remuneración, toma en cuenta que es inherente al ser humano la búsqueda de la plenitud y trascendencia. Todos deseamos crecer, mejorar y brillar al realizarnos en cada aspecto de la vida.

En ese sentido, la realización profesional como ingrediente indispensable de nuestro propósito personal está íntimamente ligado a lo que aportamos en comunidad, y tu empresa es una comunidad en la que sus integrantes deben percibirse valorados.

Así que no es meter en saco roto ni es ambición desmedida todo el esfuerzo que hagas por implementar un sistema de gestión del bienestar en tu organización que mejore las capacidades, fortalezca la confianza y fidelice el talento de cada ser humano que integra tu familia corporativa.