UNE naufragará, pero Torres podrá continuar

UNE naufragará, pero Torres podrá continuar

La UNE quedará fuera, pero Torres podrá seguir su ciega ambición desde el “partido” de su yerno, fundado la semana pasada.

13/06/2022 00:05
Fuente: Prensa Libre 

El “amparo en definitiva” —es decir último, irreversible, terminante; en suma, final— contra el amparo temporal utilizado por la tenaz y terca Sandra Torres para ser candidata de la UNE, mata a ese partido. El amparo inicial es automático, pero se mantiene solo mientras la autoridad decide en forma sólida e inamovible. Sandra Torres, en forma ciega, se apresuró a realizar asambleas a fin de elegir autoridades, pero eran inválidas y así fueron declaradas oficialmente. El partido entró en coma mortal al no haber tiempo suficiente para repetirlas y entonces termina su historial, pero una maniobra le permitirá participar.

Torres podrá hacerlo porque la misma semana pasada sacó una carta guardada bajo la manga: su yerno Rudy Guzmán anunció el nacimiento del nuevo “partido” Nosotros y realizó la primera asamblea. Esa insistencia es la responsable del voto por el menos peor en las últimas dos elecciones y de la llegada al poder de los dos peores presidentes de la historia nacional: el comediante Jimmy Morales y el incalificable Alejandro Giammattei, así como Álvaro Colom, del cual ella fue el poder detrás y al frente del trono presidencial, no el lugar de donde emanan las increíbles decisiones politiqueras de hoy en día.
La jugada sandresca de convertirse en “nosotrista” enojará a Giammattei, quien contaba con la eliminación de la UNE y de ella en el ruedo. La dueña de ese partido no recordó el viejo dicho “no hay enemigo pequeño”, al expulsar en forma tiránica a Edgar Raúl Reyes Lee —un ilustre desconocido en la política—, quien inició las acciones legales ahora triunfadoras, pero inútiles a causa de su capacidad de maniobra de la lideresa. La última opción de salvar al partido verde será acudir a la Corte de Constitucionalidad, pero desde ya es fácil adivinar cuál será el fallo, pues responde a las directrices giammatteiescas.

Garras rusas en el Istmo

La lógica del neozar ruso es simple: si Estados Unidos se mete en Ucrania, país fronterizo a Rusia, yo hago lo mismo con Nicaragua, Cuba y Venezuela y logro un acuerdo con mi colega sátrapa Daniel Ortega, fronterizo con Costa Rica, Honduras y El Salvador, y a paso de perico de Guatemala. Las armas permitidas de ingresar constituyen una amenaza para esa zona vital para Estados Unidos, cuyos intereses económicos le permiten coqueteos con Cuba y con Venezuela. Aprovechó esa nueva circunstancia en favor de los dictadores cubano y venezolano. Mientras, Biden envía dinero a esa parte del Istmo.

Lo ocurrido demuestra cómo pueden cambiar el juego de ajedrez político e ideológico de las potencias. Un análisis sereno sobre la realidad como es, no como se quisiera, acerca de los dos líderes actuales de los países principales de la Guerra Fría, le otorga ventaja a Putin, cuyo poder es más fuerte a lo interno, mientras el de Biden tambalea por razones varias. La sangrienta lógica putinesca le permite sin problema ordenar la destrucción de ciudades y la muerte de civiles inocentes, apoyada de hecho porque las acciones económicas contra Rusia no parecen tener efecto real a causa de la actitud de países supuestamente adversos.

Las tropas rusas en Nicaragua, pese a las promesas, en efecto son un riesgo. Ya hace años Ortega, con los helicópteros soviéticos, tenía superioridad absoluta sobre las fuerzas de tierra y de aire del resto del Istmo. Nadie puede perderse con esa luz tan potente en el camino. Ortega era una amenaza real, y ahora es una súper amenaza y nunca se justificó la alianza económica con él de los grandes capitales centroamericanos, quienes hasta hace muy poco tiempo se referían al régimen orteguista con admiración y la equivocadísima idea de tener un aliado confiable por haber dejado sus ideas de cuando era guerrillero.