Homenaje a mi padre en el futbol guatemalteco

Homenaje a mi padre en el futbol guatemalteco

Muy pocas personas tienen la historia clara de cómo empezó el futbol en Guatemala.

18/06/2022 00:03
Fuente: Prensa Libre 

“En el día del padre, no puedo dejar de homenajear a mi padre, H.J. Nicol, que muchos conocieron como distribuidor único de la marca Willys, habiendo traído el primer jeep a Guatemala e incluso el primer camión de marca Reo. Así mismo la primera máquina de escribir marca Underwood y otras marcas exclusivas. Pero su gran éxito empresarial no se limitó únicamente al comercio, sino también sobresalió como deportista, al formar parte de la Selección Nacional de Futbol en Guatemala.

Sé que muy pocas personas tienen la historia clara de cómo empezó el futbol en Guatemala, y es que se creó el 23 de agosto de 1902, con 22 jugadores, con el primer juego en el Hipódromo del Norte. Al día siguiente, la patojada ya jugaba con balones de trapo, al no contar con pelotas de futbol. Los precursores del futbol en Guatemala fueron los hermanos Jorge y Carlos Aguirre Matheu, Delfino Sánchez Latour y Eusebio Murga, quienes cursaron estudios en Saint Grerogian´s College y jugaron en Inglaterra de 1896 a 1901. Mi padre también contribuyó con la técnica inglesa después de haber jugado en Londres por los años de 1910 a 1915, y al regresar a Guatemala se integró al futbol chapín por el año de 1920.

Los primeros juegos atléticos se dieron durante el cumpleaños del presidente Manuel Estrada Cabrera, en lo que antes se llamaba Barrios del Guarda Viejo y Pamplona. Se inscribieron los clubes Hércules, Allies y otros. Al pasar del tiempo se creó la Selección Nacional y fue en el Campo de Marte donde mi padre fungió como un sobresaliente delantero, y a veces haciendo de portero en la cancha, junto a otros jugadores como Rafael Villacorta, Manuel Ramírez, Ramiro Gálvez, Wenceslao Aldaz, Julio Dougherty, José Minondo, Constantino Kienhle, David Barrios y Enrique Álvarez.

El primer partido se dio el 14 de septiembre de 1921, contra Honduras, al que Guatemala derrotó por un marcador inapelable de 9 goles a 0. Tras muchos otros juegos de la extinta Copa CCCF —antecesora de la posterior Copa Concacaf—, Guatemala inició con el preliminar al Mundial de 1958 en el grupo 1, junto a las selecciones de Costa Rica y Antillas Neerlandesas. Cabe recordar nuestra primera gira al exterior, cuando ganamos contra México.

En otra ocasión, mi padre se lució junto a sus compañeros jugando de “tú a tú” en contra de los campeones británicos. Lo más notable fue la “chamarreada” que les dieron, superándolos con el veloz “pase corto”. Asombrado el capitán del equipo británico, reiteró que a pesar de haber jugado durante un año entero en todo el continente americano, jamás habían conocido una sola derrota hasta que se enfrentaron con Guatemala, que les ganó con creces.

Ganarle al campeón del mundo constituye un hito en nuestra historia y sirve para subirnos los ánimos de que podemos llegar a ser nuevamente número uno en el mundo si empezamos a entrenar a nuestros patojos a una tierna edad. La idea es formar clubes de futbol en todo el país.

Israel Montúfar Marroquín, autor y amigo, en un comentario personal me mencionó que siempre se ha emocionado con la idea de que Guatemala se fuera a un mundial de futbol, pero que tiró la toalla, pues comprendió que nuestros jugadores no estaban a la altura de sus contrincantes de la primera ronda. Me permito decirle a Israel que no desmaye, pues si ya logramos ganarle al campeón mundial hace un tiempo, no hay razón por la que no podamos lograrlo de nuevo hoy. Mi padre ha sido mi inspiración y lo seguirá siendo por siempre. Feliz Día del Padre a los descendientes de esos jugadores de antaño a quienes sus hijos jamás olvidan.