Ya somos siete mil arquitectos
Limitación que no impidió los correspondientes abrazos, brindis y la euforia de volvernos a ver.
Con fecha 3Ag2022, el Colegio de Arquitectos de Guatemala registró con el No. de colegiado 7000 al joven colega Diego Fernando Solís Estrada, hecho que coincidió con las actividades programadas por la junta directiva 2020-2022 para los meses de julio y agosto.
La más emblemática de ellas (22Julio) fue la celebración del 50 aniversario del Congreso de Restructuración de Arquitectura (CRA), que tuvo lugar entre abril y septiembre de 1972 y que, como he anotado en artículos precedentes, fue un proceso traumático que cambió la manera de enseñar la arquitectura y dio paso a que se crearan nuevas facultades en las universidades Rafael Landívar y Francisco Marroquín. Hoy son 10 unidades académicas, en igual número de universidades diseminadas en todo el país que enseñan el arte del diseño y la construcción.
Otras actividades, igualmente importantes, que debieron ser rutinarias en el manejo administrativo del Colegio pero que la pandemia del covid-19 interrumpió por cerca de tres años fueron la juramentación de nuevos colegiados y el homenaje de quienes cumplieron 25 y 50 años de haberse registrado. Por afinidad profesional, el Colegio de Arquitectos incluye las carreras con grado de licenciatura en Diseño Gráfico, Diseño Industrial y Diseño en 3D.
En cuanto a los nuevos colegiados, fueron convocados para la ceremonia de juramentación 785, en total: 627 arquitectos, 134 diseñadores gráficos, 12 diseñadores industriales y cinco diseñadores en 3D, quienes fueron recibidos en acto oficial, en dos grupos, los días 24 y 25 de agosto recién pasados. Se les colocó el botón correspondiente, con el Emblema de la Arquitectura en Guatemala y se hizo entrega del certificado que les acredita como miembro del Colegio de Arquitectos, de acuerdo con la Ley de Colegiación Profesional Obligatoria.
Por demás está decir que el acto fue emotivo, tanto para los recipiendarios como para las autoridades que tuvimos el privilegio de participar y compartir tan importante episodio, cuando inicia una nueva etapa en la vida profesional de los celebrados.
El homenaje de los arquitectos que cumplieron 25 y 50 años de haberse colegiado tuvo lugar el viernes 26. Para el grupo de 25 años fueron invitados 153, y 60 para los de 50 años. La ocasión permitió el encuentro de amigos y colegas que no se veían desde hacía muchos años. Salvando la diferencia generacional implícita entre 25 y 50 años, para unos fue más vibrante que para otros. El grupo de 50 años presentes fue de 13 colegas, en tanto que el de 25 fue de 61. Todos estuvieron acompañados de la persona más cercana que permitió la impuesta limitación sanitaria que agobia a la humanidad desde 2020. Limitación que no impidió los correspondientes abrazos, brindis y la innegable euforia de volvernos a ver.
Como es obvio, la arquitectura en nuestro país no es ninguna novedad. Desde época pretérita, nuestros ancestros produjeron una de las culturas más avanzadas de la humanidad, cuyos valiosos vestigios edilicios están para la admiración propia y de extraños, diseminados por todo el territorio. Con el transcurrir del tiempo, otros grupos produjeron lo propio, haciendo de nuestro país un amplio escenario de manifestaciones culturales, hasta nuestros días, cuando más de siete mil arquitectos en el libre ejercicio de la profesión han contribuido, con su esfuerzo y dedicación, al desarrollo y crecimiento de nuestro país.
Bravo por los colegas y amigos de tantas generaciones, quienes en la práctica de la profesión canalizaron su pasión por la creación del espacio urbano y arquitectónico, necesario e indispensable para el buen vivir.