Estructurando construcción de ciudades y edificios
El diseño arquitectónico tiene como objetivo satisfacer las demandas de espacios habitables.
La idea principal es planificar los entornos urbanos y resolver sus problemas. Esto con la finalidad de brindar calidad de vida a sus habitantes.
La arquitectura y el urbanismo están directamente vinculados, pero el área de conocimiento que estudia la creación y organización de las ciudades surgió oficialmente hace poco menos de 200 años. Gracias al urbanismo, se han creado formas planificadas de habitar los espacios, favoreciendo el desarrollo de la sociedad y solucionando problemas. Su esencia es el estudio de las relaciones entre el espacio y la sociedad en que vive.
En la actualidad existen varias teorías de la arquitectura. Desde el siglo XVI, cuando se descubrieron los diez tomos de arquitectura Vitruvius libri decem. El arquitecto del siglo XXI cuenta con un bagaje en teorías, movimientos y escuelas, por lo que no se debería precipitar en lo que se debe hacer. El significado de urbanismo varía siempre de acuerdo a la época y el lugar, pero a menudo se distingue de la simple acción de urbanización por parte del hombre. Esa disciplina sostiene que las ciudades son objetos a ser estudiados y no apenas trabajados. En ese contexto, el urbanismo es una ciencia humana insertada en el ámbito de una sociedad en proceso de constante crecimiento demográfico, respondiendo a una fuerte presión de civilización y urbanidad, enfrentando sus demandas y problemas.
¿Cuál es la importancia del urbanismo? Es el responsable de la planificación y organización de las ciudades, una cuestión que es inherente al desarrollo del ser humano. Además, crear nuevas soluciones de urbanismo es una demanda cada vez más importante, frente al gran crecimiento de la población mundial.
Dentro del urbanismo están cuestiones que van desde la planificación urbana, con la creación de espacios y servicios a favor de la población, hasta sostenibilidad y nuevas tecnologías. De esos términos tan parecidos surgió a principios del siglo XX el nombre urbanismo. Es una profesión que se ocupa de políticas públicas relacionadas con la calidad de vida de los habitantes de áreas urbanas, rurales en el ámbito local, regional e internacional. Por lo tanto, la planificación urbana trata simultáneamente con el desarrollo socioeconómico y cultural, la movilidad urbana, la infraestructura de transporte y de saneamiento básico, la política habitacional, la calidad y el acceso a los espacios públicos, la protección y conservación del medioambiente natural —tangible e intangible— y de zonas públicas verdes en medio urbano; la resolución de conflictos comunitarios, la gestión y creación de los equipos urbanos, el desarrollo e implantación —logística— de servicios públicos y el control del uso del suelo, entre otras cuestiones.
Una definición precisa de lo que es la planificación urbana necesariamente pasa por el trabajo de definirlo como disciplina en relación al urbanismo. Tanto la planificación urbana como el urbanismo se entienden como el estudio del fenómeno urbano en su dimensión espacial, pero difieren notablemente en cuanto a las formas de actuación en el espacio urbano.
El urbanismo trabaja —históricamente— con el diseño urbano y el proyecto de las ciudades, en términos genéricos, sin necesariamente considerar la ciudad como agente dentro de un proceso social interactivo; mientras que la planificación urbana, además de actuar directamente del ordenamiento físico de las ciudades, trabaja con los procesos que la construyen —aunque indirectamente, siempre actúa en el diseño de las ciudades—.
La planificación urbana es actividad, por excelencia, multidisciplinar, mientras que el urbanismo, a lo largo de la historia, se ha convertido en una subdisciplina de la arquitectura. Siendo el urbanista el técnico responsable de la licencia de obras a nivel municipal, y el planificador urbano el profesional responsable de las directrices de crecimiento y desarrollo urbano y regional.