Rechazo a una política con base en falacias

Rechazo a una política con base en falacias

Un programa radial cargado de erudición y aprecio estético.

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Resumen Automático

15/08/2025 00:00
Fuente: Prensa Libre 

Los representantes de los poderes fácticos globales sufren por la presencia de los gremios profesionales con poder para integrar o nombrar a diferentes cargos del Estado. No saben cómo presionar, comprar o subordinar a las decisiones tomadas en asambleas y votaciones abiertas. En los últimos tiempos, buscan generar ostracismo contra determinados líderes, atribuyéndoles un poder absoluto sobre una masa acrítica de seguidores. No toman en cuenta distintas razones para esos agrupamientos: a. iniciados en el ambiente universitario o de la juventud; b. tampoco generados al compartir una opinión sobre un asunto de la profesión, o c. integrar un interés de facción al formar parte de un estamento institucional, o d. simplemente haber construido unidad grupal a través de reuniones sociales donde se invita a la cortesía de un bocadillo o de un brindis. Ninguno de esos antecedentes sirve para explicar las votaciones, se prefiere señalar a una persona odiada por patrocinados de oenegés con financiamiento escondido.

El único camino en el debate público debe ser la propuesta sincera de programas para el futuro.

El próximo año tendrá lugar la elección de los magistrados del Tribunal Supremo Electoral, del fiscal general, del rector de la Usac, del contralor general de cuentas, de la Junta Monetaria para decidir sobre la Superintendencia de Bancos y del presidente del Banco de Guatemala. En todas, de manera directa o indirecta, se nombrará a representantes gremiales de la universidad pública, privadas o de los colegios profesionales. Como se indica, ciertas oenegés y grupos de presión, en lugar de hacer propaganda por postulantes o candidatos, se dedican a crispar el ambiente. Para el efecto, piden que se califique con criterios inventados o directamente llamar al veto de determinadas agrupaciones o candidatos.

Puede suceder que un grupo de abogados con certificados falsos, como con algunos de los actuales, sin decir una palabra, ocuparán los altos cargos electorales. Se espera que un amigo del presidente reemplazará a la fiscal general, si no se generan amparos y otros recursos en litigio malicioso. No se discutirá la lucha contra la corrupción, en relación con la contraloría de cuentas. El rector surgirá sin propuesta de poner al día la vieja legislación universitaria.

El hombre de paja es un recurso falaz para no escuchar las propuestas programáticas. Temas transcendentales en la vida institucional son pasados por alto, para centrar el interés en habladurías y chismes. En el caso universitario, dos personas con discurso de neoliberales renacidos proponen abiertamente la privatización universitaria, negando lo establecido constitucionalmente. Se busca confundir los colegios profesionales, claustro y estudiantes, para presentar un salvador. Preparan el camino emotivo de un agitador bueno, pero sin soluciones a la crisis jurídico-organizativa de la universidad pública.

Las decisiones de los colegios profesionales, claustros y estudiantes, cuando sea el caso, así como las asambleas de rectores de universidades privadas, llamados a manifestarse para fortalecer a las instituciones, deben respetarse. Pueden errar, pero es mejor una decisión democrática de mayoría a la imposición errática de los poderes fácticos globales a través de sus lacayos locales.

El balance de poder surgirá de decisiones limpias con participación abierta. En estos tiempos, falta la discusión de propuestas e ideas en los distintos cargos. Pero de ese faltante, no se debe pasar al apoyo de árbitros autonombrados para lanzar anatemas contra las decisiones de procesos donde un criterio se impone sobre otros por el número de votos. Procesos futuros corrigen errores.