El FC Barcelona puso el broche de oro a una temporada brillante con una victoria de peso en San Mamés. En la última jornada de LaLiga, el conjunto dirigido por Hansi Flick venció 2-0 al Athletic Club con un doblete temprano de Robert Lewandowski y uno más de penal en el último minuto de penal por parte de Dani Olmo, así cerró su campaña con autoridad, alcanzando los 88 puntos y consolidando su dominio a nivel nacional.

Los goles del artillero polaco llegaron en cuestión de minutos. Al minuto 14, aprovechó una desatención defensiva para abrir el marcador, y apenas tres minutos después, al 17, volvió a marcar tras una gran jugada colectiva que evidenció el poder ofensivo del campeón. Fue suficiente para sentenciar un partido que, aunque intenso, tuvo claro color blaugrana desde el arranque.

Con esta victoria en condición de visitante, Barcelona sumó su triunfo número 28 en la temporada, a los que se agregan 4 empates y solo 6 derrotas. Números que reflejan no solo eficacia, sino también consistencia, la misma que llevó al equipo a conseguir su título de Liga número 38.

El dominio en España fue total. Además de ganar LaLiga, los culés conquistaron también la Copa del Rey y la Supercopa de España, logrando así un triplete doméstico que devuelve la sonrisa al Camp Nou y marca un arranque prometedor de la era Flick.

El técnico alemán, que asumió las riendas del club, logró imponer su idea de juego, mejorar el sistema defensivo y potenciar el talento joven, todo sin perder el protagonismo ofensivo que caracteriza al Barça. Con Flick al mando, los azulgranas se convirtieron en uno de los equipos más regulares de toda Europa.

San Mamés, uno de los estadios más exigentes de la competición, fue testigo del cierre perfecto. Aunque el Athletic Club ya estaba clasificado a la próxima edición de la Champions League y celebró una gran campaña, no pudo frenar el ímpetu del campeón, que se plantó con determinación y jerarquía.

Lewandowski, que llegó a los 27 goles en el torneo, fue otra vez determinante. Su experiencia, movilidad y oportunismo le permitieron ser una de las piezas más confiables del equipo a lo largo del año. Junto a él, figuras como Gavi, Pedri y Lamine Yamal consolidaron una plantilla equilibrada que supo responder en los momentos clave.

Barcelona también destacó por su fortaleza fuera de casa. Fue el mejor visitante del campeonato y sumó puntos cruciales en plazas difíciles, como el Metropolitano, Mestalla y ahora San Mamés, reafirmando su condición de campeón más allá de su localía.

El cierre de temporada deja un panorama alentador. Más allá de los títulos, el equipo mostró crecimiento colectivo, identidad de juego y profundidad de plantilla, tres aspectos que serán fundamentales para los desafíos internacionales que se vienen en la próxima campaña.

Con 28 títulos de Liga, un triplete doméstico en el bolsillo y una plantilla sólida, el Barcelona de Flick ya mira al futuro con ambición. En Bilbao, el campeón dejó claro que su reinado está lejos de terminar. Y la próxima temporada, buscarán ampliar su dominio, ahora también en Europa.